CECILIA ZAID

Cecilia Zaid es morena, como las mujeres de Natagaima. Lleva en su sangre la música de sus ancestros y desde muy pequeña, motivada por su padre, un fotógrafo de profesión que adoraba la música colombiana, empezó a cantar.

Su tránsito por la canción es un camino de aprendizaje y experiencias que le han dado la madurez en la interpretación y la han convertido en la Dama del Bolero, una mujer que de día se desenvuelve en los juzgados, entre estrados, audiencias, leyes, delitos y sentencias y por la noche cambia su sastre por un vestido largo de lentejuelas y un moño clásico, se maquilla un poco más fuerte y sale al escenario a cantar boleros con dulzura, con rabia, con tristeza, con desesperación, dependiendo del tema que interprete.

Desde muy joven empezó a estudiar técnica vocal y cantaba las canciones de maestros como Jorge Villamil y José A. Morales, interpretando además como nadie la música llanera y convirtiéndose en partícipe como vocalista en importantes grupos de este género en Colombia.

A la par con la música popular empezó a estudiar la romántica y con mucho esfuerzo y dedicación se ha convertido en una gran bolerista que siempre incluye en sus conciertos un pasillo o un bambuco.

El debut profesional lo realizó en las fiestas de San Juan, en su ciudad natal, cuando tenía 23 años, para un homenaje que le hacían a Berenice Chávez. Esa presentación fue como su examen de entrada al mundo de la música porque se encontraban escuchándola artistas como José A. Morales, Jaime Llano González, Silva y Villalba, Garzón y Collazos, el Ballet de Delia Zapata y los Hermanos Martínez. Lo hizo con la Canción Pesares de José Barros y tuvo buena aceptación.

Después vinieron sus presentaciones en diferentes emisoras de Espinal, Girardot, Ibagué y luego en Bogotá. Grabó con el maestro David Parales varios sencillos de música llanera y un sencillo de baladas y boleros; también con el trío Los Quechuas un larga duración de boleros llamado Cómo olvidarte, y un disco para una empresa con varios intérpretes como Víctor Hugo Ayala y Matilde Díaz.

Piensa que el artista debe ser integral, tener un bagaje cultural y conocer otros espacios; por eso se dedicó a estudiar derecho en la Universidad Católica e hizo una especialización en derecho de familia en la Universidad Nacional.

Reconocidos grupos dedicados a la difusión del folclor en diferentes partes del mundo, como el Ballet Folclórico de Colombia, han incluido su nombre en importantes giras internacionales. Ciudades como Guilin, Haikou, Beiging, en China, destacaron en las páginas culturales la presencia de su voz en los espectáculos colombianos.

En la capital china se presentó en el Palacio Cultural de las Nacionalidades, uno de los más grandes escenarios artísticos del mundo. Participó además en el Festival Internacional del Lago de Ipacaraí en Paraguay y el Festival Internacional de la Canción en la ciudad de Trujillo, en el Perú.

Representó a Colombia en 1996 en uno de los festivales más importantes de Latinoamérica, El Festival Boleros de Oro en Santiago de Cuba y en La Habana, siendo una de las intérpretes extranjeras más destacada por la exigente crítica. Esto fue el resultado de una preparación a conciencia, pues sabía que tenía un compromiso muy serio y se sintió feliz de haber compartido con boleristas de la talla de Helena Bourque, Omara Portuondo, Beatriz Márquez y César Portillo de la Luz.

Participó en el festival Cien años del Bolero en Bogotá y otra veintena de ciudades colombianas. También en el Festival Show de América, Clásicas del Amor y con el maestro Manuel Bernal en una maratón llamada veinticuatro horas de bolero que presentó sin interrupción más de cuatrocientas canciones y en la cual participaron consagradas figuras.

Fue solista en coros polifónicos del Tolima y en la Compañía Nacional de Zarzuela dirigida por Gonzalo Henao. Obtuvo el premio nacional otorgado por la sociedad de autores y compositores de Colombia, SAYCO, y el Premio Nacional Orden Pacandé otorgado por el departamento del Tolima como la más auténtica intérprete del folclor colombiano.

Su más reciente trabajo discográfico se titula Cecilia Zaid es bolero y fue realizado con el pianista Eddie Martínez. Le encanta la música de Agustín Lara y Mario Clavel. Se siente feliz de combinar sus dos pasiones, la música y el derecho, a las que se entrega en cuerpo y alma y a las que dedica todas sus energías.

Para salir al escenario se prepara anímicamente dándose seguridad, tranquilidad y un dominio que los espectadores de sus conciertos pueden sentir. Ensaya constantemente y sabe que su voz tiene una gran fuerza interpretativa y por eso se ha consagrado como una artista de primera línea en el exigente club de los boleristas de América que nacieron y todavía perviven en países como Puerto Rico y Cuba.