LOS DEL CAFE
Sentados
como troncos en reposo,
apoyados los codos,
miran a los que pasan.
En un tinto diluyen
manojos de pereza,
fuman las horas
en lentas bocanadas.
-El mismo disco,
el cantante y los músicos
un solo bostezo-
se despiden a la hora del almuerzo
para encontrarse en la tarde.
Comentan lo mismo:
los negocios, el hijo calavera
la mujer del vecino, otro muerto.
Esperan la llegada de la noche
se desean buena suerte
de regreso a casa
cansados de no hacer nada.
Y con el nuevo día
sentados,
como troncos en reposo,
siguen construyendo sueños
en un mundo sin prisas.