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Escúchame, boga:
Pásame al otro lado del río en tu canoa. Pásame pronto,
lo más pronto que puedas. Necesito llegar antes de que
mi corazón se lo lleve la corriente. Debo recogerlo ya,
porque de lo contrario, las aguas lo arrastrarán como
un ahogado.
Mira que dejé mi corazón sobre la playa, y se durmió enseguida arropado con la sombra de un caracolí. Pásame, boga, al otro lado del río antes de que mi suelto corazón
se lo lleve la corriente. Te lo pido en angustia, con súplica de boga.
-¿Y por qué lo dejaste contra el río?
-Porque necesita descansar de amarla tanto. Solamente el rio y el vaivén de las olas y la brisa, le dan frescura a la ardentía de su sangre.
-Pero, dime: ¿para qué lo necesitas con tanta prisa? ¿Por qué no lo dejas que siga descansando?
-Porque ella acaba de llegar, y al saludarme, me dijo: buenas tardes, corazón…
Si se despide con igual lenguaje y llegare a decirme:
adiós, corazón mío, quiero que él la escuche, porque
nunca habían dicho sus labios:
-Buenas tardes, corazón…
Pásame al otro lado del río en tu canoa.
45
Ibamos navegando en una barca por el río ...
Tú, deseosa de hundir tus manos en el agua para acariciarla
en la tibieza de su piel y en la forma de su corazón.
Yo le había prestado mi corazón al río.
La altura de la quilla no te permitía agacharte. Yo vi que
tus ojos se convirtieron en caudal y hacían parte del
oleaje que dejaba la nave al remontar.
De pronto me miraste para decirme:
-Hasta ahora no sé por qué amas tanto al río. Es poderoso
como el amor sin demostrar su fuerza. Tiene la rara
virtud de ser quieto, eternamente móvil y de remozarse
eternamente viejo. Es sencillo como un dios y severo como una espada. El explica que la vida es un cauce que
se eterniza por el espíritu, la poesía y la belleza. Me está
diciendo sin hablarme, que el hombre es una gota de agua
y la humanidad un río y el río mar y el mar armonía y la
armonía luz y la luz equilibrio y el equilibrio ritmo, y el
ritmo fuerza y la fuerza sentido y el sentido plenitud
inteligente.
-Yo me limité a preguntarle a mi silencio:
-¿Por qué el agua busca la forma de la gota?
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Si la envoltura de tu alma diera paso a mi voz ...
Si entendieras mi voz ...
Si miraras mi voz ...
Si gozaras mi voz ...
Si tus células olvidaran al hijo y rasgaran el velo de tu
misión y me vieras sin hijo ...
Si supieras que no lo necesitas en las entrañas sino en
fuente de luz ...
Si tu envoltura recogiera mi voz y aceptara mi voz, comprenderías
por qué el ángel que me guía, al dormirse en tus manos sonríe con sonrisa de luz
y sabrías por qué amo tus manos
y cómo ellas no están hechas para mover la cuna
y alisar los pañales,
sino para teñir de azul
los ojos de los muertos.