DERROTADOS
¡Dios mio!, qué caminos
escoge la vida. Y uno que
piensa tenerlos a su arbitrio.
Qué inocentes somos. Vamos
siempre tanteando en la
oscuridad.
Jon Iturri
No adivinó el viejo
cuándo se decidió esta hora.
No supo el momento en que la vida
aún tersa
comenzó a apretar su rostro, cuando
su cara indecisa de adolescente
empezó a fijarse
en los rasgo hondos y desengañados
que ahora muestra.
¿Qué fue lo que esculpió, tajando,
en la cara de mi padre este fracaso
que me estremece como una premonición?
Ella no sabe qué rasgos
tendrá su rostro ahora adolescente
ni lo que se fragua
para ella ahora.
Baila,
desprevenida vestida de negro
dentro del círculo estrecho e invisible
que se le impone en el instante.