Democracia y territorio, de Augusto Trujillo Muñoz


 

Por: Carlos Orlando Pardo


 


 

Con la dedicación entusiasta de un investigador que consolida prestigio en el país académico, Augusto Trujillo publicó Democracia y territorio, un libro apasionante que nos conduce a reflexionar sobre el ordenamiento territorial entre el derecho y la política, divulgado por Siglo del Hombre Editores. Pareciera con él que sigue en la línea de sus preocupaciones intelectuales mostradas ya en Organización del Territorio” editado por la Universidad Libre de Bogotá (2004) y “Estudios sobre Descentralización Territorial: El caso particular de Colombia”, publicado por la Universidad española de Cádiz (2005). Frente a ese prurito y a esa ambición desmesurada que hoy tiene la gente de publicar por publicar generalmente libros mediocres, es refrescante este profundo ensayo de Augusto Trujillo, miembro de diversas prestigiosas instituciones académicas. No es vana su consagración al pensamiento ni vanos han sido sus estudios de postgrado en la Universidad Nacional y en el Instituto de Administración Pública de España y por sus méritos ser miembro numerario de la Academia Nacional de Jurisprudencia, de la Asociación Colombiana de Derecho Constitucional y Ciencia Política o de la Cátedra de Pensamiento Político Darío Echandía entre otros establecimientos, a más de ser profesor de derecho constitucional y de la cátedra de ordenamiento territorial en la especialización de derecho público en la Universidad Nacional. Cuando estamos superpoblados de especialistas en ideas generales, estas iluminaciones frente al país como Estado de Derecho pero no de deberes que suelen ser olvidados, tenemos el consuelo de que aún existen hombres de pensamiento pero no al estilo de ciertos sectores universitarios que como diría Vargas Llosa tienen un lenguaje esotérico, un lenguaje académico y endogámico sin originalidad, sin creatividad. La atrevida pero inteligente tesis de Trujillo sobre el alcance de la descentralización política y autonomía regional donde plantea el carácter fundamentalmente político del problema de la organización del territorio, lo hace como respuesta al tránsito de la legalidad a la legitimidad, sin dejar de lado los cambios sensibles de los últimos años sobre la relación entre lo nacional y lo internacional. Las nuevas realidades lo llevan a proponer como respuesta un Estado sustentado en la autonomía local para construir instituciones de abajo hacia arriba buscando con ello recuperar la legitimidad del Estado Autonómico para recuperar la legitimidad del Estado, hacer más gobernable la sociedad e incluso evitar un mayor deterioro de la condición del Estado como actor político de la globalización. Y demuestra cómo todo ello está implícito en la Constitución de 1991 sin que haya sido legislado. En síntesis, Augusto Trujillo busca contribuir a un debate que reactive el proceso e impulse el tránsito de la descentralización a la autonomía, así como años atrás propuso con éxito desde Ibagué la necesidad de una constituyente que finalmente resultó triunfante en el país. El libro resulta más que meritorio y debería ser por estos sagrados lugares como lo es en otras partes, un texto obligado de consulta y debate para no dar tantos palos de ciego en el asunto. De la generación a la que pertenece Trujillo, parece ser el único que está metido en honduras dando un combate recio a la superficialidad.


 

De la Escuela republicana a la Escuela del Tolima

Tal vez el más cabal de los libros hasta hoy publicados por Augusto Trujillo Muñoz es el que acaba de entregar al público lector del país la Academia Colombiana de Jurisprudencia. El hermoso y útil libro de 320 páginas con los colores del vino tinto y oro que nos simbolizan, es realmente el primer volumen que el intelectual nos entrega alrededor de esta región del país, puesto que sus otros textos van más dirigidos a tesis sobre la democracia y el territorio entre el derecho y la política, a estudios sobre descentralización y a desarrollar argumentos sobre la legalidad y la legitimidad, por demás útiles en el tránsito del debate sobre descentralización y autonomía en el actual proceso globalizante. Gozar este recorrido concreto sobre la tierra de sus orígenes resulta más que gratificante, puesto que nos enseña a los mortales que no somos abogados, el cuidadoso itinerario de las ideas que encarnaron los grandes de la región a lo largo de un liderazgo intelectual que logró transformar toda la nación.

Se trata entonces de un grupo de ensayos cohesionados alrededor De la Escuela Republicana a la Escuela del Tolima, original tesis que viene agitando el autor con demostradas razones desde hace ya no poco tiempo. Determina el lúcido ensayista en su primera parte un detallado derrotero alrededor de los Jefes de Estado oriundos del Tolima, remontándose a los precursores, el significado de La Gran Colombia, la agitación encabezada por el radicalismo y lo que encarnó la regeneración hasta la guerra de los mil días, sin dejar el pormenor de lo señalado por la hegemonía conservadora y el contraste de lo que encarnó la Convención de Ibagué como un gran prólogo a la república liberal, hasta llegar a lo angustioso de la violencia de mitad del siglo XX y cómo fue formándose el camino hacia la paz en el Tolima, lo personificado por el famoso Frente Nacional y de qué manera se concluyó el siglo que acaba de extinguirse. En su segunda parte, Trujillo Muñoz al concretar la Escuela Republicana, parte de la generación de la anticolonia y analiza el romanticismo como sensibilidad política. En tercera instancia ya se especializa en lo que él llama la escuela del Tolima con su apartado alrededor de la concepción social del derecho y el Estado y la reforma constitucional de 1936, para dirigirse en su cuarta parte a lo demostrado como impronta doctrinaria arrancando del origen del pensamiento libertario, el constante debate de ideas y la defensa del derecho, para concluir con los anexos documentales tanto de la escuela republicana como de la escuela del Tolima. La solvencia intelectual y la riqueza del pormenorizado estudio logran dejar plasmado con gran claridad y objetividad toda una época de pensamiento poco estudiada desde el aporte concreto de los tolimenses, darnos las razones del por qué de un espíritu de época y cómo se motivaron aquellos hombres que contribuyeron a conformar lo que es hoy la república