ADRIANO TRIBÍN PIEDRAHITA

Tal vez pocos recuerdan que fue dos veces Alcalde de Ibagué, que ejerció como Secretario de Hacienda del Tolima, que se desempeñó durante varios periodos como Concejal de la capital de este departamento, que cumplió una tarea meritoria al frente de la gerencia de ferrocarril de Ambalema y alcanzó a jugar un papel destacado en su calidad de Representante a la Cámara. Lo que más queda claro en la evocación de la gente es su labor como Gerente del Deportes Tolima, su época como Presidente de la Liga de Fútbol del Tolima, sus acciones en la Secretaría Ejecutiva de la Federación Colombiana de Fútbol y, en particular, su gestión como indiscutible creador del Festival Folclórico Colombiano.

Otros, por su parte, con justas razones, traen a su memoria la decorosa tarea de editorialista y columnista de los diarios El Siglo y La República, El País de Cali, el Diario de la Frontera de Cúcuta, El Frente de Bucaramanga y los periódicos, Tribuna y Cronista de Ibagué. De años más recientes se sabe su esplendida codirección del semanario El Derecho. Varios lustros antes había fundado los semanarios políticos Adelante y Unidad, entre 1937 y 1941.

En 1951 dirigió el púnico diario conservador que ha existido en el Tolima, La Época. Fue codirector del semanario El Norte. En Bogotá habría de dirigir el rotativo la Nación y el semanario Transformación, dejando tiempo para crear el diario deportes Ovaciones.

A la edad de 8 años, se inició en el periodismo en el cual fundó y dirigió en la Escuela San Luís Gonzaga, de Ibagué, el periódico ABC, cubriendo el valor de cada edición con el dinero que le daban para su recreo. Ya en su bachillerato dirigió, con Hernando Márquez Arbeláez, la revista renovación en el colegio San Simón y luego colaboró con la Revista del Colegio Mayor del Rosario, de Bogotá, donde culminó sus estudios.

Dirigió en 1958, la famosa Alianza de la Paz, organización que pactó con los partidos y el gobierno la pacificación de las regiones del país. Pero todos esos actos de su biografía, si bien es cierto muestran a un hombre en permanente acción, dejan de lado un numeroso anecdotario afable e ingenioso que lo convirtió en un personaje ineludible de las conversaciones de los ibaguereños de su tiempo.

En 1985, con otros tolimenses interesados en crear un futuro promisorio, fundó la Corporación Ibagué Siglo XXI, invitando a las gentes a pensar en la proximidad del nuevo siglo y a prepararse para ello adecuadamente.

En 1989 recibió el Premio Tolimense de Periodismo. Al otorgárselo se exaltó una vida dedicada al ejercicio de su profesión, su entrega al servicio cívico y su condición de ganador de mil batallas. De voz ronca, casi inaudible cuando se emocionaba, planteó con fe de carbonero la necesidad de la paz y la alegría a través del folclor, precisamente en tiempos violentos con color de incendio y muerte. Un alma sensible como la suya, cuando de lado y lado se imponía sólo el traqueteo de la fusilería en lo que se conoció como periodo oscuro de la violencia partidista, pensó con ingenuidad, aunque con razón al final, que los ritmos musicales contribuirían a apagar el ritual de crimen y asonada. Supuso que la bandera blanca instauraría la concordia y ante el rechazo de su propuesta la elevó a cabildo abierto con el inusitado resultado de lograr el respaldo unánime del pueblo y dejar abierto el camino para la realización de su fiesta más autentica.

Nació el Festival del Folclor en 1959 con un respaldo calificado impresionante y cuyas imágenes y emociones jamás olvidaron quienes en él participaron. De allí habrían de desprenderse otros eventos como el festival del Bambuco en Neiva, el festival del Bunde en el Espinal e incluso la misma Feria de la Caña, en Cali. Muchos años después el día de su muerte, la Alcaldía de la Ciudad Musical creó la Orden Adriano Tribín Piedrahita con la cual se premia a la más autentica delegación participante en el Festival Folclórico Colombiano y el gobernador Francisco Peñaloza Castro, en junio de 1995, descubrió a la entrada del edificio de la gobernación un busto del periodista y escultor Miguel Ángel Merchán, que rinde homenaje a su memoria.

En los considerandos de la orden mencionada, se enfatiza que Adriano Tribín, prestigioso dirigente cívico, deportivo, periodista, escritor, parlamentario y dos veces alcalde de Ibagué, fue durante su fecunda existencia, ideó, organizó y dio vida al Festival Folclórico Colombiano de su ciudad natal, proyectándolo al ámbito nacional porque en él se presentan grupos folclóricos de todas las regiones del país en sus más autóctonas expresiones musicales, literarias, coreográficas y costumbristas. Se destaca igualmente el hecho que, en 1990, se realizó pr primera vez dentro de su marco, el Concurso de Delegaciones Folclóricas. La alcaldía rindió así homenaje al gestor de este importante acto cultural y exaltó su memoria.

Creía profundamente en el tolimense del cual afirmaba que “está constituido de un barro humano moldeable para las mejores aventuras del corazón y de la inteligencia”.

Con el advenimiento del festival nacieron otros grandes propósitos como el Ballet de Sonia Osorio, conformado después del tercer encuentro; el Museo de Arte de Ibagué que terminó perdido en los vericuetos oscuros de los burócratas de turno, y sus cuadros, algunos de ellos Obregones y Boteros, sospechosamente robados de las oficinas públicas. Con el festival folclórico niños, jóvenes, hombres, mujeres, ancianas y ancianos tuvieron un fraternal divertimento que debió ser, sin embargo, interrumpido durante 14 años por diversas causas. El certamen de 1986 fue cancelado como manifestación de duelo ante la tragedia ocurrida el año anterior en Armero.

Era nieto del General Tribín, primer Secretario de Hacienda del Tolima en cargo creado en 1885 por el General Manuel Casabianca cuando se desempeñara como gobernador civil y militar del Estado Soberano del Tolima. Le correspondió a su antepasado organizar el Primer Tribunal de Cuentas del Estado Soberano, origen de la Contraloría General del Departamento.

En 1950, como alcalde, abrió a punta de bulldozer la avenida quinta, proyecto visto entonces con escepticismo y lo que era un rastrojo de la calle 19 hacia abajo, lleno de promontorios, casuchas y ranchos malolientes a lado y lado, se convirtió en una arteria que hoy es acaso la principal de la ciudad. De igual manera realizó la construcción del Parque Centenario para conmemorar los 400 años de la fundación de Ibagué.

Durante dos ocasiones fue Representante a la Cámara y ejerció como Presidente del Directorio Unionista del Tolima, en cuya acción política logró tal éxito que en alguna ocasión fue elegido Concejal en 16 municipios de manera simultánea.

A comienzo del año ochenta gerenció el Deportes Tolima e intentó sin lograrlo que Ibagué fuera sede permanente de la Selección Colombia.

Nunca aceptó la dictadura de reloj. Para él, cuando se trataba de trabajar era lo mismo la noche que el día, alcanzándole el tiempo para todo como si gozara del don de la ubicuidad. Transitaba por los clásicos de la literatura con pleno dominio, así como se desenvolvía ágilmente en la hacienda pública, privada o el derecho internacional. Sabía de memoria centenares de versos y fue multifacético por antonomasia, Su éxito brillaba en las tertulias del café automático con Juan y Carlos Lozano y Lozano, León de Greiff y Camacho Ramírez, los Villar Borda, Salom Becerra, Gerardo Valencia, Eduardo Carranza y Hernando Téllez.

Sentía especial predilección por Guillermo León Valencia, considerado como el Presidente de la Paz. Como ibaguereño integral, apasionado y afectivo, con permanente capacidad de servicio, combatió hasta el último momento por la realización de programas de claro sentido futurista, todo ellos son exaltarse ni perder su excelente humor.

Presidió la Liga de Fútbol del Tolima y en 1964 realizó en Ibagué el campeonato Nacional, torneo en que resultó ganadora la selección de casa. Cuatro años más tarde, mientras se desempeñaba como secretario de la federación Colombiana de Fútbol, el equipo del Tolima ganó en Girardot el torneo nacional.

Como Presidente de la División Mayor del Fútbol Colombiano (DIMAYOR) y secretario general de la Federación Colombiana de Fútbol, apoyó en forma decidida y vehemente, en compañía de Alfonso Senior, la consecución de la sede para Colombia del campeonato mundial.

A la edad de 71 años, murió en Ibagué, a las 6 de la tarde del viernes 22 de junio de 1990, en pleno furor del Festival Folclórico Colombiano que él había creado 31 años antes. Adriano Tribín Piedrahita nació el 12 de abril de 1919 en Ibagué. Casado con Cecilia París Chiape fueron sus hijos Patricia, Adriano, Daniel Enrique, Mauricio José y Lina María.