IMPLORACION
Señor, Señor, yo nada te he pedido
porque en tu Amor ya todo me lo has dado;
el más bello ideal he perseguido
y todos mis anhelos he alcanzado.
Humilde siempre en mi altivez he sido,
intensamente amé y así fui amado,
encontré mi sendero florecido
como también mi cielo iluminado.
Me diste una mujer de alma tan pura
como la blonda claridad del día
que esplende su traslúcida blancura ...
Y hoy te imploro, Señor, por vez primera:
¡que no vaya a morir la esposa mía
hasta que yo en sus brazos no me muera!