EN LA TARDE
Tarde discreta y apacible
tarde apacible y conventual.
Hay en el aire una invisible
florescencia sentimental.
Flota sedante en el ambiente
una ternura diluída:
yo siento que mi alma siente
que ya le duele la vida.
Y de la tarde en la quietud
va devanando su canción
mi dolorida juventud
mi fracasado corazón.
Ilusiones indefinibles
que embalsamaron mi niñez,
que pronto fueron imposibles
para mis pies, para mis pies...
Tortura de alguna quimera
que no he podido realizar
dolorosa ilusión que espera
lo que nunca habrá de llegar.
Sentir en el alma una loca
sed de amor...
y encontrar tan sólo la boca
convulsionada del dolor.
Pensar lo que yo hubiera sido
y lo que no podré alcanzar.
Mi esperanza que se ha dormido
y no la puedo despertar.
Y presentir que en mi camino
se frustrará toda ambición...
el epiléptico destino
nunca ha tenido la razón.