EL ROSTRO DE LA LUNA
Al maestro Narcís Galiá y a Mapy, afectuosamente
Luna lejana que llega a la boca del pozo y lo transforma con su luz serena
Luna pálida tan cercana y tan distante que nos transmite silenciosa la transparente claridad del universo
Luna fría y poética que imaginara Silva reflejada en el desvanecido rostro de su amada muriendo
Luna melancólica y triste que los ojos geniales de Beethoven vieron clara a través del sutil mensaje de su música secreta
Luna que acaricia con su destello intenso los viejos troncos de los perdidos caminos de la infancia
Luna cómplice que llenó de emociones los locos amores de la adolescencia cuando todos los mágicos fuegos se encendían en el alma
Luna extraña y viajera que los poetas persas llamaron “el apasionado espejo del tiempo”
Luna exótica que juegas atrevida con el mar en suspenso de la alta noche
Luna discreta, evaporada que va rodando misteriosa en la penumbra hacia el encuentro final con las estrellas jóvenes
Luna, en fin, que en los abandonados cementerios oculta bajo las tumbas
la gris e infinita soledad de los muertos.