RAUL SANTI

 

Nadie imaginaría que Raúl Santi, uno de los cantautores más prestigiosos en América Latina desde que grabó su primer larga duración cuando corría el año de 1978 y que aún se conserva dentro de la lista de los mejores baladistas contemporáneos, es el mismo Raúl Sánchez Prada, un hijo de campesinos que nació un 28 de julio de 1955 en Melgar y creciò recogiendo café y cortando caña en las fincas cercanas a Fusagasugá, donde vivió desde que tenía tres años de edad.

Luis Flórez, su profesor de música en el Colegio Departamental de Fusagasugá, fue quien inicialmente lo apoyó al decirle en alguno de los ensayos del coro: “Usted tiene una mina de oro en la garganta”, y Raúl, desde entonces, tuvo la certeza de que cantar se convertiría en su pasión vital.

Su viaje a Bogotá, siguiendo los pasos de su hermano Gustavo, no se hizo esperar. El aprendizaje rápido de la guitarra, que lo convierte en poco tiempo en instructor de una de las academias musicales de la capital, y la conformación en 1974 del trio Alma Latina, en donde interpreta música folclórica, le darán no sólo la posibilidad de sobrevivir sino también los conocimientos necesarios para ampliar su conciencia musical.

En 1976, conoce a Martha Isabel, una cantante profesional que le oye una de sus composiciones y lo invita a grabarla para ordenar los respectivos arreglos musicales e incluirla en su próximo disco. Las puertas del mundo artístico comienzan a abrirse para él. Efraín Lancheros, director artístico de Discomoda, uno de los sellos venezolanos más importantes, tras oír el casette de prueba, lo integra a su nómina de artistas exclusivos. Santi realiza de este modo su sueño de obtener un primer contrato discográfico.

Pero ni el primero ni el segundo sencillo, que contenían canciones de su propia autoría, como Es así mi amor y Yo soy ese soñador, despiertan mayor interés en el público. En el tercer sencillo, en cambio, el éxito es rotundo. La canción No más contigo, escrita por el mejicano Mario Quintero y con arreglos de Quique Fernández, lo coloca en los primeros lugares en todas las emisoras de Colombia, y meses más tarde su tema Eres para mi, que se encontraba en la contratapa del mismo disco, tiene igual aceptación. Simultáneamente, Raúl Santi comenzaba a posicionarse con éxito dentro del marco de compositores hispanoamericanos.

Aunque en un principio los locutores lo anunciaron como artista argentino, la equivocación resultó beneficiosa porque pudo romper fácilmente la barrera de “nuestro absurdo extranjerismo”, como él mismo expresara.

Para 1977, Raúl Santi cambia de sello disquero e inicia una nueva fase de su carrera con Discos FM, empresa que deposita en él toda su confianza como cantaautor. Su próximo sencillo contendría la canción Quisiera tenerte ahora, con la que obtiene su primer premio internacional en un concurso de la radio guatemalteca. Este éxito logra convencer a su nuevo sello de lanzarse a producir su primer L.P. en donde aparecieron obras suyas como Un amor en cada esquina, Ya me voy, No me cumpliste nuestra cita y otras que aún programan de manera continua las estaciones radiales del país.

Su aparición en revistas especializadas, sus discos al tope de las listas, las entrevistas de prensa y sus presentaciones en diferentes programas de televisión como El show de las estrellas, El show de Jimmy, La nueva estrella de las canciones, Donde nacen las canciones, Embajadores de la música colombiana y Espectaculares JES, terminaron por consolidar la imagen de quien sería catalogado como el mejor baladista colombiano.

En 1981 lanza su segundo L.P. con temas como Yo no soy un santo, Muchas gracias papá y Mi querida novia, que obtienen la misma figuración que los de años anteriores y en 1983, con su tercer larga duración, logra la consagración total con la canción Piénsame, que durante mucho tiempo estuvo en el primer lugar de las listas no sólo del país sino de toda Latinoamérica.

No sólo la interpretación le ha dado grandes satisfacciones a Raúl Santi. Considera la composición como una de sus mayores pasiones y se ha ganado la confianza de figuras como Eddy Santiago, Nelson y sus estrellas, La gran banda caleña, Los hermanos Lebrón, Isadora, Greta y Diego Verdaguer, quienes han interpretado obras suyas.

Hacia 1986, Santi busca productores internacionales y contacta en República Dominicana a Manuel Tejada, entonces director artístico de José Luis Rodríguez, El Puma. Bajo su dirección grabaría sus próximos dos álbumes en donde incluiría, en el primero de ellos, el tema Como un picaflor, que ha sido sin lugar a dudas la balada más difundida en los últimos años, y otras como Quédate, Nanny María, en honor a una de sus hijas, Por qué me engañas y Gracias por amarme, que canta a dúo con Dariana, una de las mejores voces femeninas de República Dominicana.

Para entonces su prestigio como compositor y como cantante era uno de los mayores en América Latina. Mientras otros artistas graban un disco por año, él lo hace cada dos o tres. Cuidadoso en la preparación del material que entrega a su público, no ha vuelto a cantar temas que no sean de su propia creación porque es un firme convencido de que “la imitación es la causante de la intrascendencia de los hombres.”

En 1988, cuando los medios rumoraban sobre su posible desaparición de la industria discográfica, lanza su quinto larga duración titulado Felino, también grabado en Santo Domingo, con la producción de Basilio y Yolandita Monje, y que tiene la vitalidad del rock en español. Este nueva modalidad le exige desplazarse ágilmente por el escenario. Observador obsesivo del comportamiento del león, animal que identifica su signo zodiacal, Santi se inspiró en él y trasladó su imagen al tema del amor. Los coros fueron realizados por el grupo 4:40 de Juan Luis Guerra y logró figurar nuevamente en el tope de las listas.

Hacia 1994 reaparece con su sexto volúmen, Una señora fiel, dirigido y producido en Los Angeles por el mismo Raúl, con la participación de los mejores músicos y arreglistas norteamericanos. En este larga duración figuran canciones como Amar y compartir, tema que fue elegido como el himno de la campaña Teletón; Marnie, dedicado su otra hija y la nueva versión de un tema que ya es clásico en la balada romántica: Quisiera tenerte ahora.

En el mismo año, Discos FM hizo la recopilación de Los clásicos de Raul Santi, para celebrar sus veinte años de vida artística. En este volumen se recogieron éxitos como Ya me voy, Felino, Basta ya, Aún te espero, un amor en cada esquina, Piénsame, Por qué hablas de mi, Mi despedida, Vida mía, Como un picaflor y Yo no soy un santo.

Ganador del premio internacional otorgado por la revista Bill Bord en 1981, de la Estrella de Oro al mejor cantante, del galardón La canción del año por el tema No más contigo, y participante de ceremonias tan importantes como la celebración de la independencia de Puerto Rico, este tolimense ha logrado una figuración internacional permanente.

Cantautor por excelencia, Santi siempre ha creido que cuando se escribe demasiado se pierde la calidad y las ideas no afloran. Duda de los que hablan de haber escrito mil canciones y está seguro que el secreto de sus canciones radica en el sentimiento que le embarga cuando las escribe, como una forma de nunca repetirse ni saturarse.

Recuerda varios de sus viejos éxitos más por la emoción del momento de su creación que por cualquier otra circunstancia. Vida mía, por ejemplo, surge en un momento en el que comprende que no siempre se tienen los amores que se quieren y que la búsqueda a veces parece interminable, y Se que te vas, en donde concibe relaciones en donde alguien aguanta, espera y sufre aunque exista una relativa tranquilidad, son ejemplos de la multiplicidad de emociones que Santi crea con el único propósito de dejar huella, y con el convencimiento de que siempre es preferible ser un modesto creador que un excelente imitador.

Hoy, el camino de Raul Santi está más lejos que nunca del retiro. Nunca ha creído el viejo aforismo de “cría fama y échate a dormir” y piensa que la casi excesiva meticulosidad que imprime a cada uno de sus trabajos le ha ganado un puesto vigente en el difícil mercado latinoamericano.

Atrás quedaron los sueños de convertirse en futbolista o ciclista. Hoy, Raúl Santi pasa a la historia musical de Colombia como uno de los mejores baladistas y compositores de nuestro tiempo. Un hombre que le sigue cantando a la cotidianidad del amor y que ha tenido la suerte de ejercer una actividad noble que practica con el convencimiento de que la paz espiritual se encuentra viviendo no del arte sino para él. Un tolimense que siempre apuesta al futuro y que cree en la música, la naturaleza y el amor.