ROGELIO SÁNCHEZ

Hizo de la música su proyecto de vida. Nació en El Líbano en 1939 y desde los ocho años, quizá influenciado por su abuela paterna, Ana Bolena Navarro, una pianista barranquillera que había embrujado con sus interpretaciones a su abuelo, hacía parte de un trío de Tierradentro, interpretando la ocarina. A los doce integró la orquesta Los Magos del Trópico y en 1962, radicado ya en Ibagué, el conjunto de la Universidad del Tolima.

Su arribo a la capital ibaguereña sirvió para que ingresara a la Escuela de Música del Conservatorio. El piano, inicialmente, y el saxofón desde 1987, llenaron su tiempo junto a la Medicina Veterinaria, profesión con la que alternaba los constantes estudios de música que había iniciado en su niñez.

Acordeonista desde sus primeros conatos musicales, Sánchez funda en 1992, con Alberto Henao, el grupo Los Barones del Tango en el cual permaneció por espacio de dos años.

En 1993 el descubrimiento de arreglos musicales para bolero y el hecho de contar con trece instrumentos, lo empujan a crear la orquesta El Show del Bolero, desintegrada en 1996 debido a la muerte de sus cantantes Gerardo Lenis y Nestor Guarín. Sin embargo, en 1997, el grupo vuelve a los escenarios, un poco gracias al nuevo impulso que adquirió por entonces el bolero en toda América Latina.

Rogelio Sánchez Rubio es un músico en todo el sentido de la palabra. No compone, pero su acordeón y su saxofón saben a tango y bolero, sus dos grandes pasiones. Su trabajo es continuo. A veces salta a la popularidad en cualquier orquesta, pero desde su anónima labor en los Coros del Tolima por más de seis años, su participación en el grupo coral Yakaira o en cualquiera de los grupos ocasionales en que ha participado, Sánchez se entrega por completo.

Hoy, quien fuera Rector de la Universidad del Tolima y decano de la facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia del mismo centro educativo, así como Secretario de Educación departamental, sigue empeñado en sacar adelante su música para evitar, a toda costa, irse con ella a otra parte.

Sin duda su trabajo musical se ha visto si no obstaculizado sí limitado por su actividad profesional. No obstante, a lo largo de su ya vasta experiencia musical, Rogelio Sánchez ha dado claras muestras de su maestría como intérprete tanto en el saxofón como en el acordeón y ha logrado dar nuevo impulso y nueva fisonomía a viejas composiciones.

Por ahora, tiene ambiciosos proyectos para el futuro y dentro de ellos no se descarta la formación de un nuevo grupo musical en el cual pueda ofrecer sus magníficas calidades de intérprete ya demostradas en los grupos en que ha participado y en su labor en el Conservatorio de Música del Tolima.

A la espera de estas nuevas oportunidades Rogelio Sánchez prosigue su infatigable y diaria práctica con sus instrumentos preferidos, el saxofón y el acordeón, a los que sabe arrancar sus más ocultos secretos. Todos los días le roba tiempo a su tarea de docente en la Universidad del Tolima para no abandonar una práctica que le es ya consustancial y que hace parte íntima y entrañable de su vida.