PERIODICO VIEJO

 

Cuando ya no importa

que los muertos se mojen

es fácil cubrirnos de la lluvia

con un periódico viejo

las manchas de las noticias

se deslizan por el cuello

dejando nombres propios en la piel.

Recorremos el invierno

atragantados con los mismos titulares

de ayer, de mañana y cien años más

con un hombre inmóvil en cada semáforo

como última señal

de que estamos cambiando de piel.