POEMA

 

Eran hombre y mujer; eran dos fieras

que el lazo conyugal unido había;

su vida una incesante algarabía

y su hogar la cubil de las panteras

Provocose un conflicto cierto día

porque él con diplomacias muy arteras

de su mujer las veinte primaveras

por otra hembra las cambiado había

¡Tú me engañas traidor! gritaba ella

en tan grave y fatídica querella

has querido arrastrarme por el lodo!

El nada replicó. La noche vino

y juntando en un solo su destino

el lecho conyugal lo dijo todo!