A UNA CALAVERA
-¿Qué fuiste ayer horrible calavera?
-Fuí lo que tú eres hoy; sobre mis huesos
pasó también la alegre primavera
con su carro de aromas y de besos
-¿Me conoces acaso? Fuí señora
y pasé por el mundo hace un momento;
yo como tú soñaba con la aurora
en la noche inmortal del pensamiento.
Fuí poeta también; sobre mis sienes
los laureles del hombre tuve un día;
hoy ya polvo no más , aquí me tienes
y el horrible esqueleto se reía...!