CARTA A MI HIJO

 

Alvaro ven:

olvida esa vitrina.

Los juguetes te han hecho daño

y me figuro

que de seguir aquí, sin que lo quieras,

vas a acabar llorando.

Ya tienes húmedos los ojos...

Ven, mira hacia el paisaje

que Dios es luz...

acaso El me ilumine

y se cumpla un milagro.

 

Pero te estoy mintiendo

¡y ya tienes siete años!

Y dijiste:

papá, yo quiero un barco

que tenga muchos marineros

y que lleve un penacho

gris... y escalas y cañones

y aviones como pájaros.

Y quiero un balón grande

y una estrella y un arco

y un automóvil y una bicicleta

y unos patines y un caballo

y un sable y un vestido

nuevo, cual de soldado

y una hermanita para el juego

que cuente el cuento aquel de los enanos...

al niño dios, papá, se los encargas,

y a Noel, el anciano.

Hijo mío: cuán dulce es la mentira...

¡pero cumpliste siete años!

Para los niños pobres, nunca

fueronhechos los barcos

ellos cruzan océanos y océanos...

como trincheras, erizados

de acecho y de venganzas

y de engaño.

Cuando los ven se asustan las bahías:

niñas del mar con almas de remanso.

Para los niños pobres, hijo

los aviones no existen.

Pero en cambio

vamos a la llanura;

en el paisaje, libres, hallaremos

nubes... nubes y pájaros.

Las aves son aviones que no matan

y que saben cantar...

Sales ganando.

La verdad es puñal de muchos filos...

¡pero cumpliste siete años!

Te compraría un balón de colorines

si compensaran mi trabajo...

y me iría contigo en la mañana

caminito del campo

para jugar a la pelota; extraña

flor sin pétalos ni tallo...

y oiría tu risa, vuelo de cristales

en la playa sin voz de mi cansancio.

Y no tendrás cañones;

los cañones son malos:

aran la tierra para el odio

y la siembran de larvas y de llanto.

Tendrás, hijo la estrella.

Dios hizo las estrellas

para los niños y los vagos.

Sólo habrás de mirar hacia el crepúsculo,

vitrina de los astros:

tenderás hacia el cielo tu deseo

como una ofrenda de alas en las manos.

Tendrás escalas, todas las que quieras,

pero tendidas todas a lo alto.

(Será contradictorio... y hasta inútil...

pues subir, no es humano).

Pero el ancestro espiritual te obliga

y te reclaman el azul y el canto.

Y si es que anhelas ser flechero, aprende

la flecha es verso y la emoción es arco.

Perdóname... y enjuágate los ojos;

la ilusión te he matado.

el Niño Dios no tiene ni pañales,

qué va a traer regalos!

Desde hoy, pues, se te impone un sacrificio:

el de vivir en macho;

soñarás a conciencia la mentira...

¡pues ya tienes siete años!

Y si esta noche algo hay bajo tu almohada,

esque yo lo he comprado!



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