INFIERNO

 

Quédate ahí

fija

cariñosa,

compulsiva

donde alcance el demonio de tu carne,

donde no llegue tu ángel.

Que mi cuerpo te encuentre

doncella siempre.

Por encima de letanías que delatan tristeza

te quiero impune

terca, resignada

en la bajeza

donde todo es nada para los dos.

Fantástico

llega el lucero a tu ventana,

yo a tu alma

inconsciente ante la lluvia

que empuja al infierno.



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