CARLOSPÉREZ

 

Carlos Pérez, nacido en Ibagué en 1955, a los cinco años estaba estacionado en el frío bogotano y los tiempos de la primaria como los del bachillerato se le repartieron entre la escuela Córdova de Fontibón y el colegio interparroquial San Pedro Claver, años en los cuales participaba en concursos interclases de dibujo, gozaba con trazar líneas, colorear, ver que algunos condiscípulos miraban con alguna reverencia su trabajo y esperar a que el reloj marcara los días sin que le importara.

Sin embargo, cuando ya debe decidir un camino hacia la profesionalización, se inicia con el estudio de la publicidad hasta cuando advierte que existe la carrera de las artes plásticas. Es como una campanada feliz. Entonces ingresa a la Universidad Nacional y de 1979 a 1986 se dedica a culminar su carrera de pintura, concentrándose, de 1986 a 1990, en su especialización en escultura. Allí aprovecha a sus maestros Armando Villegas, Santiago Cárdenas o Rodolfo Velásquez, extrae las mejores enseñanzas de veteranos como Mardoqueo Montaña y comparte los sueños con sus compañeros de aula Luis Eduardo Rodríguez o Luis Alfonso Luna.

Pérez expone en el museo de la Universidad Nacional, en el de Arte Contemporáneo bajo el rótulo de Nuevos Nombres en 1987 y tras graduarse participa en la galería Café Libro en la colectiva Color Negro, donde realiza un trabajo experimental en cartón y dibujo abstracto, básicamente, con obras de pequeño formato resaltando un relieve.

En 1991 organiza con el pintor Luna el grupo Plural y expone en San José de Costa Rica en la galería Andrómeda, instalándose en esta ciudad durante seis meses, al tiempo que termina murales en algunos hoteles, participa como extra en la película 1492, la conquista del paraíso que protagoniza Gerard de Pardieu y en 1993 organiza su taller en la capital de Colombia.

Su búsqueda va al trabajo conceptual con agua y lo expone bajo el título de los servicios públicos, una muestra realizada con el grupo arte urbano. Después se dedicará con pasión a una serie de paisajes además del dibujo femenino. En el centro comercial Hacienda Santa Bárbara de Bogotá, programado por una entidad financiera, realiza una exposición durante dos meses en 1996. Carlos Pérez, el tercero de un hogar de ocho hermanos, un naturalista que rescata la entraña de la tierra y se obsesiona por la naturaleza, es amante de lo expresivo pero comparte su encantamiento con lo impresionista.

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