Isidro Parra Peña
Ser el Presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, haber publicado 19 libros polémicos en destacadas editoriales del país y el exterior, desempeñar cargos internacionales y otros sobresalientes dentro de su patria, es tan solo una parte de su intensa y fructífera existencia.
Fuera de sus títulos y especializaciones Isidro Parra obtuvo el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla, donde se recordó, en ceremonia que reunía importantes autoridades en el tema económico y de educación superior, de qué manera fue un precursor de la reforma universitaria al implementar cambios trascendentes como la realizada en su condición de rector de la Universidad Distrital.
El destacado profesional ejerció con sonada rectitud la Superintendencia Nacional de Salud y enfrentó agudas polémicas a nivel incluso ministerial que en virtud de sus razonamientos jurídicos y de beneficios para la salud del país, en el sentido de que las loterías nacionales no aportaban los fondos exigidos por la ley, le valieron el respaldo pleno de la Dirección Nacional Liberal.
De otra parte, jalonó con su conocido temperamento y definido carácter, como gerente del Fondo Nacional de Proyectos de Desarrollo, (Fonade), un cambio en la institución que le daría su verdadero tamaño a una entidad necesario para el progreso de la nación. No por ello detuvo su actividad docente, cuya trayectoria de la Universidad Nacional a la del Rosario o a la Escuela de Postgrado de la Salle, entre otras.
Este tolimense que nació en el Líbano el 26 de abril de 1937, alcanza su primer título profesional como contador público en Bogotá en 1955 y dos años después obtiene el título de economista en la Universidad Jorge Tadeo Lozano para marchar a Chile y especializarse en Administración Industrial, tras haberse ganado una beca convocada en un aviso del periódico.
Luego de tres años en la patria de Neruda y becado por la Universidad de Chile, parte a los Estados Unidos para estudiar en Vandervilst University donde logra su título de Máster en Artes. Años después se traslada a Guatemala y México pues se hace funcionario de Naciones Unidas, principalmente en la Cepal de Santiago de Chile.
Con su carrera profesional consolidada, regresa a Colombia para ser gerente de FONADE, en 1972 y 1974, comprometiéndose luego en la organización de los Fondos regionales de capitalización Social, equivalentes a los actuales de cesantías, que fueron declarados inconstitucionales. Después pasa al cargo de gerente bancario y de seguros de la Caja Agraria, entre 1974 y 1976. Al año siguiente vuelve a Estados Unidos donde se especializa en Harvard como Administrador Público.
Es designado Gerente de Planeación del Instituto de Fomento Industrial (IFI) en 1978 y se desempeña en representación de Colombia como vicepresidente financiero de la Corporación Andina de Fomento, organismo del Pacto Andino con sede en Caracas. Allí vive dos años hasta 1980 y sólo regresa al sector público en 1986 cuando es nombrado rector de la Universidad Distrital, dignidad que desempeña hasta 1988.
Parra, quien en sus libros se ha atrevido a lanzar juicios críticos no siempre con el ánimo de entablar y ganar polémicas sino de crear una atmosfera de discusión y argumentación de tesis, logra enriquecer los debates y se convierte en un retador serio en términos intelectuales. En la Escuela de Graduados de la Universidad de Chile descubrió en su personal integrado en su mayoría por latinoamericanos, una formación básica desastrosa con particulares diferencias en el campo de las matemáticas. Entonces se pule, estudia y obtiene como resultado su primer libro, La programación matemática: sus fundamentos y sus aplicaciones como herramienta de la administración científica de empresas, publicado en 1961 y adoptado como texto en su Escuela de Economía.
Luego aparece un libro pionero en América Latina como es su estudio comparativo entre las economías de Chile, Brasil y Colombia, titulado Tres casos de política económica, publicado en 1970 por Cetrede, Universidad de Ceará, del Brasil.
Pasearse por textos en inglés, francés y portugués buscando profundizar conocimientos, organizar entidades como el Fondo de Previsión Social de Notariado y registro, del cual fue el primer gerente, sentar serios antecedentes de rigor en el servicio público como lo hace cuando se desempeña como Superintendente Nacional de Salud entre 1991 y 1992, comienzan a perfilarlo de manera definitiva como uno de los voceros de la intelectualidad colombiana en el tema de su especialidad.
Tras ocho años en la vicepresidencia de la Academia de Ciencias Económicas que funda con Raúl Alameda Ospina y el respaldo del ex presidente Carlos Lleras Restrepo, remplaza en la presidencia de esa entidad a Abdón Espinoza Valderrama y en ella continúa su incansable trabajo de pensar el país y ofrecerle caminos de posibilidad real para que salga de su atraso.
Ser declarado Economista Benemérito en 1982 por la Sociedad Colombiana de Economistas y recibir la Orden Pedro Fermín de Vargas, máxima condecoración otorgada por la Sociedad Colombiana de Economistas en 1995, así como la orden Bolivariana entregada por la Universidad Simón Bolívar en el mismo año, ejercer como profesor visitante en varias universidades, dan la talla de un hombre sobresaliente y exponente autentico de los grandes valores en el siglo que termina, así como modelo de ciudadano entregado al estudio, la superación, la honradez, todo lo cual lo sitúa como un analista que ama entrañablemente su tierra y sin falsas vanidades ni oropeles prepara cada día una nueva batalla.
Enrique Low Multra afirmó en 1987 en el prólogo de su libro Estado: crisis y desarrollo, que es altamente meritorio el esfuerzo contínuo y creativo de Parra al cuestionar las formulaciones tradicionales, para plantear nuevos enfoques sobre la crisis de la economía al mirar de preferencia los problemas de estructura a los de coyuntura. Señala igualmente, que Parra abre nuevos derroteros para la construcción de un pensamiento propio en la materia.
Isidro Parra Peña, bonachón y tranquilo hasta sus últimos días cuando muere en la capital de república en el año 2001.