RAZONES DE SEGURIDAD

Últimamente no hago más que adecuar las cerraduras y estar pendiente de la vigilancia de mi casa. He instalado hasta contraseñas en el computador para restringir su acceso y protejo la información destruyéndola con un aparato que no permite unir las piezas. Ni siquiera abro la correspondencia por temor al ántrax. Camino con cuidado para evitar las bombas quiebrapatas, realizo pagos por computador, no salgo a la calle, mantengo encerrado.

 

No he podido volver a viajar por tierra. Ya se sabe que los piratas son dueños de las vías. Salen sorpresivamente. Unas veces es la guerrilla, otras la delincuencia común, otras los paras. Antes, uno veía los mapas turísticos y ahora los de riesgos. Se pierden mercancías y vehículos, personas y carteras, celulares y anillos. Si es irresponsable ir de día lo es mucho más de noche. Nadie quiere salir. Los piratas acechan. A veces oigo la radio. Los locutores transmiten las palabras del comandante de la policía. Él dice que algunas vías están suspendidas, que otras tienen problemas de seguridad relativa y que recomienda viajar vía Internet. Es lo que hago. Pero no sé si seguir por este sendero porque acaban de anunciar un virus.