EL GALLERO

El era el gallo del pueblo. Así lo decían todos. Y el mejor gallero. Uno de esos hombres extraños, dijo un anciano al ser interrogado. El rey de los gallinazos, respondió una adolescente al periodista. Simplemente un jovencito tan poco maduro que aún se le notaban los gallos en la voz, dijo un gerente de banco de unos cincuenta años. Pero todas aquellas cosas nada tenían que ver con lo realmente noticioso de su biografía. Amaba los gallos de sus mujeres porque cada una, en ceremonia altamente ritual, le regaló uno bautizado. Repetía de memoria los fragmentos del gallo capón, admiraba al gallo del coronel y había logrado, tras muchos experimentos e investigaciones, conseguirse el gallo de La Pasión y enrazarlo con la gallina de los huevos de oro.

 

El minicuento anterior ganó el Primer Premio del Concurso Nacional organizado por Daniel Samper Pizano en el diario El Tiempo, siendo jurados junto a Gabriel García Márquez, Enrique Santos Calderón, Alvaro Bejarano y Nicolás Suescún