GENTIL MONTAÑA

Julio Gentil Albarracín Montaña cree en la inspiración pero también en el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, la obsesión y la pasión por su instrumento, el mismo que lo ha llevado a convertirse en uno de los guitarristas contemporáneos más importantes del mundo.

La revista inglesa Classic Guitar, número uno en este campo, destaca la imaginación y la creatividad de las composiciones de este tolimense que escribe música popular a la altura de los grandes clásicos con el firme propósito de hacer que la música colombiana sea disfrutada y admirada ahora y después por los públicos más exigentes de la guitarra.

Nació el 24 de Noviembre de 1942 en Ibagué, pero vivió sus primeros años en Purificación, en medio de una familia amante de los bambucos y los pasillos. Desde muy pequeño sintió esa inclinación musical, heredada de sus ancestros y alentada por los ensayos en su hogar, especialmente con su padre Julio Albarracín, que tocaba violín en un grupo con el “Pote” Lara.

A los siete años inició sus estudios de solfeo y violín en el Conservatorio de Música del Tolima. Realizó la primaria en la escuela del barrio La Francia y la secundaria en el Colegio Real Holandés de Bogotá, ciudad a la que su familia se trasladó antes de que cumpliera diez años.

El cambio no fue fácil para la familia, pero su paso por barrios como Tunjuelito, Santa Isabel y 20 de Julio, fortalecerán su carácter y dejarán en su memoria el rastro de sus primeros enfrentamientos, cuando comenzó a desafiar las noches bogotanas en bares y tiendas de aquellos sectores al ritmo de algún bolero de Rafael Hernández.

Escoge la guitarra y con ella una larga carrera que se inicia con la conformación de duetos y tríos que deambulan por los diferentes centros musicales de la ciudad, entre ellos el famoso As de Copas.

Boleros, pasillos, bambucos, hacen parte del repertorio de Los Trisónicos, un trío que conforma con su hermano Raúl Albarracín y Kiko Bejarano. Comparte escenarios con grandes y legendarias figuras de la canción romántica como Pedro Vargas, Héctor Cabrera, Carmen Sevilla, Víctor Hugo Ayala y Los Tres Reyes que en los años sesenta visitan el país.

Gentil Montaña recuerda con cariño el día en que vio marcado su camino a los 17 años en casa de su amigo Domingo González. Allí escuchó por primera vez un disco de Andrés Segovia.

Recuerda la impresión que le causaron la maestría, el sentimiento y la sensación de estar escuchando varios guitarristas a la vez cuando en realidad era uno solo. Fue entonces cuando ese adolescente pudo ver más allá de su entorno y decidir de manera radical y obsesiva dedicarse al estudio de la guitarra clásica, pues entendió que ese instrumento con forma de mujer era su destino.

En ese momento no existía en Colombia ninguna tradición en la guitarra clásica y en consecuencia debe llenar el vacío estudiando cuanta partitura cae en su poder. No deja de asistir a ningún concierto y a su término busca a los concertistas tímidamente en la soledad de los camerinos para aprender de ellos cualquier cosa que puedan enseñarle.

Se convierte en autodidacta, devorador de acordes musicales con un gran talento por desarrollar y el deseo de ser cada vez mejor. En su búsqueda frenética por la perfección se encuentra con maestros como Domingo González, Daniel Baquero Michelsen, Juan Carrúa, Blas Emilio Atehortúa y Gustavo Yépez con quienes estudia solfeo, armonía y composición.

Su primer concierto lo ofreció en el Teatro Lido de Medellín a los 19 años. Así inició su deambular por los diferentes escenarios como el Teatro de la Ópera en Bogotá y cuanto auditorio estuviera presto a oír sus melodías.

Participa en el Concurso Internacional de Guitarra Clásica Alirio Díaz celebrado en Venezuela y ocupa el tercer puesto. Además hace su debut como compositor y recibe comentarios muy favorables de la crítica, entre ellos los del guitarrista Antonio Lauro. Años después Montaña será invitado como jurado a este concurso.

En 1976 grabó con la Orquesta Filarmónica de Bogotá el larga duración Homenaje a los Reyes de España. Después Ensueño Volumen 1, Ídolos de Colombia Vol 1, Gentil Montaña y su Guitarra, Vol 1, 2 y 3; y Corazón de la Tierra, Vol 1,2 ,3 y 4, en el cual el maestro santandereano José A. Morales interpreta sus canciones acompañado únicamente por la guitarra de Montaña.

A los anteriores trabajos se suman un homenaje al maestro Agustín Barrios Mangoré y la música de las películas Tres cuentos Colombianos y Guatavita.

Después de haber actuado como solista en las más importantes salas junto a la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la Sinfónica de Colombia y la de Antioquia, decide viajar a Europa. Durante seis años vive en París, donde realiza conciertos de música contemporánea con el maestro Kakleen Keinel entre 1978 y 1979.

La luz azul, la soledad, el recuerdo del paisaje tolimense lo inspiran para componer un sinnúmero de temas, entre los que se encuentran Cuarteto para guitarra, Cuarteto para saxofones, estudio en Homenaje a Fernando Sor, Fantasía para guitarra y orquesta, Suites para guitarra sola y para trío instrumental, Dos nocturnos, Valses y la danza Me duele el alma, con la que ganaría el primer premio en la categoría obra inédita del Festival Mono Núñez; la sonata Canto al amor para dos guitarras, pasillos, danzas, bambucos y su famosa Guabina viajera, que nació bajo el cielo de diferentes países europeos como Alemania, España y Grecia donde realizó varios conciertos.

En la actualidad su nombre figura entre los guitarristas más destacados como Héctor Villalobos, Antonio Lauro, Leo Brawuer y Agustín Barrios Mangoré.

Su recorridos por salas de Latinoamérica y Estados Unidos y la realización de música para documentales, le han valido homenajes como el de la ciudad de Miami en su condición de Visitante Distinguido en 1990 y el que le rindió en 1991 la colonia latina de esta ciudad.

Ha recibido la Orden Pacandé en la ciudad de Natagaima, la Medalla Sol de los Pijaos del Instituto Tolimense de Cultura, la Orden del Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá por su labor como intérprete y compositor y en el Festival Mono Núñez fue galardonado como uno de los exponentes de la música colombiana que más trascendencia ha tenido dentro y fuera del país. Recibió también el premio de composición de Colcultura en 1993.

El guitarrista y concertista uruguayo Eduardo Fernández acaba de sacar en Inglaterra un trabajo discográfico en el que incluye una Suite de Montaña, conjunto de piezas con cuatro ritmos colombianos.

Lleva 20 años como profesor de música en universidades como la Pedagógica Nacional en su Facultad de Bellas Artes, el Conservatorio de Música de la Universidad Nacional y en la Academia Distrital Luis A. Calvo donde enseña estructuras de la música colombiana.

Lamenta que las grandes obras de la música colombiana se puedan escuchar únicamente en las salas de concierto y para que sus canciones lleguen a más personas en el mundo acaba de firmar un contrato para editar sus obras con Hamilton McDonnel, un conde de origen escocés que se dedica a plasmar en libros las obras de los grandes compositores de la historia.

Gentil Montaña habla con una alegría y un entusiasmo casi infantiles de su trabajo, piensa que le falta mucho por hacer y por eso continúa practicando más de cuatro horas diarias y escribiendo canciones en todo momento. Su entusiasmo es igual al de ese chico de 17 años que quería tocar como los grandes y junto a ellos está ahora su nombre gracias a una labor silenciosa y a veces prodigiosamente musical a la que le ha dedicado más de cuarenta años.

El maestro Montaña continúa desde la Fundación Artística que lleva su nombre, formando nuevos valores, sus presentaciones en 2000 y 2001 incluyeron al Uruguay en el "Festival Internacional de Guitarra de Montevideo" ,Argentina en el festival de "Guitarras del Mundo", En el 2002 hizo su presenetación en el festival internacional de la Habana Cuba bajo la dirección del maestro Leo Brouwer, este mismo año Caroni Music y Art Ediciones publicaron a nivel mundial la Suite N°2 para guitarra de su autoría. Está preparando la publicación de la Suite N°1, Suite N° 3 y Suite N°4 así como la grabación de estas obras.

En el año 1995 Pijao Editores lo seleccionó como uno de los Protagonistas del Tolima Siglo XX.

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