MITOS YLEYENDAS DEL TOLIMA

 

Por Margarita Enciso de Rangel1

 

1. MITOS Y LEYENDAS

Históricamente el hombre se ha cuestionado acerca de su manera de estar en el mundo y ante la majestuosidad de la naturaleza ha buscado sus causas primeras. Desde tiempos remotos ha comparado su estancia en el universo con una morada -lugar donde se mora, se vive, se reside-, la cual piensa, tuvo un origen, unos creadores que realizan unas acciones. Y desde luego ha querido conocer esa realidad que lo circunda, profundizar en ella para tener la posibilidad de adecuarla a sus necesidades. Su deseo ha estado marcado en conocer las fuerzas naturales para regularlas y controlarlas, mucho más en momentos difíciles de la historia como los cataclismos y cambios bruscos del universo.

Para esa comprensión, los seres humanos no sólo se sitúan ante un mundo de cosas y fenómenos naturales, muchas veces sorprendentes y desconocidos, sino que ha buscado el sentido de la acción de los mismos, su modo de ser, su ethos y como producto de ello ha elaborado relatos o narraciones que los historiadores y antropólogos han denominado mitos y leyendas y cuyo estudio respecto a la producción de pensamiento lo ubican dentro de una corriente denominada: Conocimiento mito-poético.

Esta corriente considera que el conocer implica un proceso mental y del lenguaje, en los cuales no solo se examina la realidad, sino que lleva implícitos elementos de creatividad e imaginación, los cuales dan la posibilidad de la libre inventiva. También afirma que en ese proceso de creación de pensamiento, de búsqueda, de aplicar el entendimiento para escudriñar los fenómenos naturales, identificar las causas y formas de ser, los seres humanos atribuyen vida y conciencia a fuerzas naturales, tratando de ordenar, hacer tangible y coherente lo enigmático, sorprendente, desconocido o aterrador.

En general esta corriente plantea que en ese proceso, los seres humanos hacen uso inconsciente de elementos -figuras literarias-, para la composición en el lenguaje, mediante los cuales asigna denominaciones a realidades invisibles, por ejemplo haciendo uso de la analogía, lo cual da como resultado formas del lenguaje con las cuales se obtiene una significación parecida a la realidad, semejante pero no exactamente igual. De allí surge la interpretación de hechos reales pero también imaginarios.

En esa búsqueda descubre fuerzas naturales -reales o imaginarias- a las cuales dotan de poder y entonces reclaman un medio de acción para influir en ellas, fundamentando de esa manera la práctica mágica, el hecho ritual -conjunto de signos y acciones simbólicas-. Pero toda acción sobre las fuerzas naturales que dirigen el mundo implica también una acción sobre sí mismo, sobre el hombre, para comunicarse con ellas y hacerse escuchar. Conlleva un acto de retribución. Hay allí un poder que se distingue con una restricción. Ese poder implica una obligación. De allí surgen las reglas, las normas, las valoraciones, los castigos o premios.

El investigador Mircea Eliade (1) en su obra Lo sagrado y lo profano, hace una profunda disertación de la manera de estar en el mundo y explica cómo la concepción sobre los poderes sagrados, ha tenido una enorme trascendencia en la manera de concebir el espacio, el tiempo, los mitos, y los comportamientos humanos. Plantea que "existen dos maneras de estar en el mundo, dos situaciones existenciales asumidas por el hombre a lo largo de la historia: La Sagrada y la Profana…., Para aquellos que tienen una experiencia religiosa, la naturaleza en su totalidad es susceptible de revelarse como sacralidad cósmica".

El debate en torno a estos planteamientos llevó al investigador Maurice Godelier (2) a afirmar que: "Los mitos son representaciones ilusorias de la realidad, que el pensamiento mítico es el pensamiento humano que concibe la realidad por analogía."

¿Pero cómo engendra la analogía una representación ilusoria del mundo?

Plantea que "Hay un principio universal que afirma: La experiencia humana se divide espontáneamente en dos campos: Lo que está en la naturaleza y la sociedad directamente controlado por el hombre y lo que no lo está. A partir de ese principio dice que lo que el hombre no controla, aparece espontáneamente en su conciencia como controlada por fuerzas superiores al hombre. Realidades invisibles a las cuales la conciencia humana dota de características similares a los hombres. Seres dotados de conciencia, voluntad y poder pero que son superiores a él".

Después de un cuidadoso estudio de destacados investigadores se encuentra que en todas las culturas del mundo hay dos posiciones en cuanto a la manera de estar en él: La sagrada que atribuye poderes a seres divinos y la profana que rechaza ese poder trascendente, que no acepta ningún modelo de humanidad fuera de la condición humana, tal como se puede descubrir en las diversas situaciones históricas.

 

2. El pensamiento primitivo y el Mito

El contexto histórico en que tienen origen los mitos es el de la época primitiva de desarrollo y su estudio está muy relacionado con la cosmogonía o cosmogénesis.

Para comprender su significado hay que enmarcarlo en el pensamiento del hombre primitivo -hombre nómada, cazador, pescador y recolector-, especialmente en lo que tiene que ver con su visión del cosmos, la naturaleza y la vida. En este campo se consideró importante hacer referencia a las concepciones expuestas por uno de los investigadores actuales de mayor autoridad en la materia, Ernest Cassirer, (3) quien en su teoría acerca de quién es el hombre y la crisis en el conocimiento del hombre, plantea que "para entender las cosas humanas tenemos que comenzar por un estudio del orden cósmico y que la cosmología, el sistema heliocéntrico introducido por la obra de Copérnico, representa la única base sana y científica para una nueva Antropología… Para la nueva comprensión del hombre hay que tener en cuenta no sólo la evolución de las especies sino la coordinación del hombre con su ambiente –cultura- y entonces éste no puede escapar a su propio logro, no le queda más remedio que adoptar las condiciones de su propia vida… hay que tener en cuenta sus creaciones y como tal tener presente que el hombre no vive en un puro universo físico sino en un universo simbólico. El lenguaje, el mito y la religión constituyen parte de ese universo, tejen la red simbólica, la urdimbre complicada de la experiencia humana". Este investigador afirma que no hay que entender al hombre sólo como un animal racional sino como un animal simbólico.

Para el sentir primitivo, develado en los mitos y en su cultura, la naturaleza es vista como un todo en la cual existe un vinculo común que une todas las cosas, elementos y fenómenos "La consanguinidad de todas las formas de la vida parece ser un supuesto general del pensamiento mítico y las creencias totémicas representan uno de los rasgos característicos de la cultura primitiva … En el Totemismo, el hombre no sólo se considera descendiente de cierta especie animal o vegetal, un vínculo tanto actual como real, genésico, sino que conecta toda su vida física y toda su existencia social con sus antepasados totémicos" (4).

El convencimiento de la existencia de ese vínculo común, tendrá mucha incidencia en la manera de actuar, especialmente en las prácticas mágicas o rituales. Considera el hombre primitivo que en la naturaleza existen fuerzas y poderes invisibles u ocultos y que él como parte de la naturaleza está vinculado a todos los elementos y fenómenos naturales pudiendo, desde luego, influir y comunicarse con ellos: " No ve a la naturaleza con los ojos de un naturalista moderno que desea clasificar las cosas para satisfacer su curiosidad espiritual, ni se acerca a ella por intereses puramente pragmáticos y técnicos… su visión de la naturaleza no es puramente teórica, ni meramente práctica, es simpatética… la convicción profunda de una solidaridad -fuerza y vinculo común-, fundamental e indeleble de la vida, salta por sobre la multiplicidad de formas singulares (5). El hombre primitivo tiene una profunda convicción de que en la naturaleza existe una fuerza inmanente que comunica todas las cosas y fenómenos naturales.

De allí surgen las prácticas mágicas o ritos como ese conjunto de creencias y prácticas -acciones simbólicas y signos-, que según su pensamiento pueden influir en las fuerzas de la naturaleza para producir determinados efectos o resultados, por ejemplo las rogativas para influir en la mejora del tiempo, los ritos para producir buena caza o pesca, etc.

"Toda practica mágica se basa en la convicción de que los efectos naturales dependen en alto grado de los hechos humanos…. Porque el hombre no pensaría en estar en contacto mágico con la naturaleza, si no tuviera la convicción que existe un vínculo común que une todas las cosas, que la separación entre él y la naturaleza y entre las diferentes clases de objetos naturales es después de todo artificial y no real" (6).

Esta forma de pensar también lo lleva a establecer que él tiene sus propias fuerzas a confiar en sí mismo, en su propio poder, "El poder de su voluntad y su energía… a considerarse como un ser que no necesita someterse simplemente a las fuerzas de la naturaleza, sino que es capaz por su ímpetu espiritual de regularlas y transformarlas" (7)

Pero ese poder no era sólo físico sino social. El hombre primitivo se da cuenta que se puede hacer escuchar por medio de sonidos más o menos articulados, por medio de la palabra, del lenguaje y "transfiere esta primera experiencia social como elemental a la totalidad de la naturaleza. Para él la naturaleza y la sociedad no sólo se hallan trabados por los vínculos más estrechos sino que constituyen en realidad un todo coherente e inextricable, no hay ninguna línea de demarcación que separe nítidamente los dos campos, puesto que la naturaleza misma no es sino una gran sociedad, la sociedad de la vida. Desde ese punto de vista podemos comprender el uso y la función específica de la palabra mágica… Para la mente primitiva el poder social de la palabra experimentado en innumerables casos se convierte en una fuerza natural y hasta sobrenatural". (8).

Sin embargo, y a pesar de creer que la naturaleza puede oír y escuchar, llega un momento en que el hombre primitivo se da cuenta que la naturaleza no responde al poder físico de la palabra mágica, que no entiende su lenguaje. Este hecho lo llevó a observar, agudizar el sentido y comprender la relación entre realidad y lenguaje de manera diferente. "La función mágica de la palabra se eclipsó y fue remplazada por la función semántica y simbólica, ya no está dotada de poderes misteriosos, ya no ejerce una influencia física o sobrenatural inmediata… sin embargo, no deja de tener sentido ni carece de poder…. Su rasgo decisivo no radica en su carácter físico sino en el lógico. Se puede decir que físicamente la palabra es impotente pero lógicamente la palabra se eleva a un nivel más alto, al superior: El logos se convierte en el principio del universo, en el primer principio del conocimiento humano" (9). Ese principio está en el hombre y éste en la naturaleza, Ese hecho marco el paso hacia el pensamiento filosófico.

En la época moderna el investigador Charles Darwin, autor de la Teoría Origen y Evolución de las Especies, afirma que "Los sonidos y los actos expresivos se hallan dictados por ciertas necesidades biológicas y que se emplean de acuerdo con ciertas leyes biológicas definidas. La transformación tuvo lugar cuando las expresiones humanas que al principio no fueron más que gritos emotivos o como frases musicales se emplearon como nombres, la cual implica que la denominación fue un saber que trajo un poder de transformación".

En el marco general del pensamiento primitivo, surgieron los mitos

 

3. Los mitos

Son relatos, narraciones que hablan de lo acontecido al comienzo del tiempo. En ellos se cuenta cómo vino a la existencia una realidad total, el cosmos o un fragmento de ella.

El mito es la explicación del origen del universo o de una parte de él. "Consiste siempre en la narración de una creación. Se cuenta cómo se efectuó algo, cómo comenzó a ser… es el relato de las acciones que los seres superiores hicieran al comienzo del tiempo por lo cual se dice que es una historia sagrada. Pero relatar una historia sagrada equivale a revelar un misterio, pues los personajes del mito no son seres humanos sino dioses o héroes civilizados y por esta razón sus gestas constituyen misterios. El hombre no los podría conocer si no le hubieran sido revelados… Una vez "dicho", es decir revelado el mito, pasa a ser verdad apodíctica, la que fundamenta la verdad absoluta " (10).

Refiriéndose a la estructura del mito, el investigador Ernst Cassirer (11) en su obra Antropología filosófica, plantea que la escuela sociológica francesa en la obra de Emile Durkheim presenta una de las teorías más claras y consistentes al respecto y que parte del principio de que "No será posible explicar el mito mientras tratemos de explicar sus fuentes en el mundo físico, en una intuición de los fenómenos naturales. No es la naturaleza sino la sociedad el verdadero modelo del mito. Todos los motivos fundamentales son proyecciones de la vida social del hombre, mediante las cuales la naturaleza se convierte en imagen del mundo social, refleja sus rasgos fundamentales, su organización, su arquitectura."

Dentro de esa concepción mítica, la existencia humana es susceptible de ser comparada con la vida cósmica y por lo tanto de ser vista como algo sagrado, pues el cosmos es la máxima creación de los dioses. Por ejemplo "la mujer está relacionada míticamente con la tierra, luego su sacralidad está relacionada con la sacralidad de la tierra. La fecundidad femenina tiene un modelo cósmico, el de la tierra mater… los mitos y los ritos de la madre tierra expresan ante todo las ideas de fecundidad y riqueza. Se trata de ideas religiosas, pues los múltiples aspectos de la fertilidad universal revelan en suma el misterio del parto, de la creación de la vida, pues la aparición de la vida es para el hombre religioso el misterio central del mundo" (12).

Por su parte, María Noguerol Álvarez y Alfonso Manzanares en la obra Mitos Andinos - de la colección de mitos indígenas plantean: "Los mitos son relatos fantásticos con cierta base real, en algunos casos protagonizados por dioses, héroes o genios, que encarnan fenómenos naturales que representan implícitamente los aspectos relevantes de la realidad social del pueblo que los relata, a manera de autobiografía colectiva. Los mitos andinos narran la historia de este grupo humano andino y expresan su concepción del tiempo. En definitiva los mitos explican la cosmovisión y la realidad social de un pueblo. La cosmovisión andina se caracteriza por una estructura simétrica y geométrica, geocéntrica y etnocéntrica" (13).

 

Tradición Mítica

Toda esa significación de los mitos pasa a las comunidades a través de la tradición oral, de los contadores de historias, de las prácticas rituales y se instalan en el subconsciente colectivo, se constituyen en el ancestro común, en las raíces del alma, generando una unidad espiritual, una cohesión de los grupos humanos, de gran incidencia en la estructuración social de los pueblos. El mito y el rito se desarrollan a la par, nunca van separados.

La función de mantener la tradición de los mitos en las comunidades primitivas corresponde a los chamanes, personajes de gran conocimiento, habilidad, capacidad y experiencia. Su poder proviene del conocimiento de los mitos, de los fenómenos naturales, astronómicos y meteorológicos, de la condición humana y de los grupos sociales. Se le considera como un intermediario entre los hombres de su comunidad y la naturaleza, en la cual hay fuerzas superiores y están los antepasados (ancestros).

Se cree que el chamán se comunicaba con esas fuerzas naturales, que tiene la capacidad de comprender y entrar en otras dimensiones, consultar el futuro, que tienen la sabiduría para tomar las decisiones de trascendencia y en el momento oportuno, saber las causas de las enfermedades, cómo curarlas y dirigir los rituales en sus comunidades. También es muy importante su función con respecto a las situaciones económicas, pues además de su conocimiento en ellas se le considera intermediario entre los hombres y los espíritus dueños de los animales, por lo cual se cree pueden influir para obtener buenos resultados en la pesca, caza, etc.

En las funciones del chamán hay mucho de simbolismo generado por las concepciones mitológicas y totémicas. La creencia de estar emparentado con elementos y fuerzas naturales le lleva a creer que puede ser acreedor de sus cualidades. No es casual el uso de colores, máscaras, coronas de plumas, instrumentos sonoros, bastones y objetos, los cuales consideran imbuidos de poderes y significados. El conocimiento, observación y contacto con ellos, les hace acreedores de sus poderes, cualidades y características: fuerza, habilidad, sagacidad, agilidad e inteligencia. Tampoco es casual que las máscaras y demás objetos artísticos y artesanales y los jeroglíficos tengan figuras como el sol, la luna, el jaguar, el cóndor, el águila, el mono, la lechuza, la serpiente; que las aves sean su ejemplo en todas sus acciones aún en el canto, compañeras inseparables con las cuales comparte sus habilidades de entrar en otras dimensiones y niveles, " la habilidad de volar" y ver a grandes distancias, pues él chaman se comunica con los espíritus naturales (viento, lluvia, agua, etc.), con los espíritus de los antepasados y colabora en la reproducción de la naturaleza como las aves.

También el chamán se ayuda con otras expresiones naturales como el conocimiento de los poderes curativos de las plantas, de los derivados de los animales, las terapias, etc.

"En América precolombina la magia como poder estaba presente en las diversas esferas y niveles de la estructura social" (14).

Con rituales que interpretaban los principios míticos de la comunidad, el mago o chamán era intermediario entre lo sobre natural y lo real. "Todo ese poder se asocio con las personalidades dirigentes, reforzó su imagen y dio respaldo a sus actos" (15).

Los chamanes eran y son autoridad en los diversos campos del saber de la comunidad. En Colombia tienen diferentes nombres según la región a la que pertenezcan: Payés en el Amazonas, Taitas y Curacas en el pie de monte Amazónico, Mamas en la sierra Nevada de Santa Marta, Jaibanás en el Chocó, Mohanes en el valle del Magdalena y en muchas de las comunidades aborígenes del mundo.

Los españoles que entendieron el poder de los chamanes los persiguieron con saña a través de las armas o de los fenómenos de aculturación que llevaron a desvalorizar su saber y sus funciones, pues entienden su valor como herederos de un legado político y cultural.

Finalmente en la mayoría de las regiones colombianas se impuso la cultura española que junto a las culturas indígena y negra, se fueron fundiendo en un proceso de mestizaje y en algunas regiones la cultura indígena resiste a través de los concejos regionales indígenas que representan a los resguardos y comunidades.

Durante el proceso de colonización, el chamán fue suplantado por el hechicero, el brujo, yerbatero y curandero y el mito devino en leyenda.

Contrario a lo que se cree, a la época de la mitología amerindia corresponden sociedades de gente artista y creadora, constructores de ciudades con una arquitectura y escultura de símbolos cósmicos que tenían como modelo la naturaleza. Es lo que se puede deducir al observar las obras escultóricas y arquitectónicas indígenas, por ejemplo la de San Agustín en el majestuoso Macizo Colombiano, Machu Pichu en la gran cordillera de los Andes del Perú, la Maya en centro América en la cual se aprecia la ciencia y el arte en un entorno de bosques de niebla, ríos y lagunas.

En las pirámides de Yucatán se puede identificar la unión de la cueva, el río y la pirámide. La cueva como lugar sagrado, cuna espiritual de la leyenda maya donde realizan ceremonias. Los mayas hicieron las pirámides imitando la geografía de las montañas con cuevas y ríos. La lectura del Popol Vu, llamado el libro de los mayas puede ayudar a entender el Mito de este pueblo y su gran cultura ancestral.

 

4. Las Leyendas

Son relatos, narraciones en cuyo argumento se expresan y articulan elementos de la vida cotidiana (personajes, escenarios, acciones). En ellas se expresan unas funciones que tienen como propósito normalizar, moralizar y regular las relaciones sociales.

Como hechos del lenguaje, las leyendas pertenecen al pensamiento mito poético (ya explicado). En ellas se hace referencia entonces a un sujeto, a un personaje, por ejemplo la madremonte que asume ciertas funciones que se consideran sagradas y por lo tanto misteriosas, personajes dotados de un poder que controla, vigila, tutela, premia o castiga.

Los seres humanos en su constante búsqueda de causas y razones de los hechos y fenómenos de la realidad, también construyen pensamiento, elaboran explicaciones de situaciones que están muy ligadas a la vida cotidiana, al devenir de las comunidades, a las relaciones entre los hombres y de estos con el medio natural.

En el devenir cotidiano es un hecho común que el ser humano en su vida real tenga necesidades, aspiraciones, impulsos, deseos, que quiera satisfacer, pero que a veces no son bien vistos por la comunidad debido a las concepciones de la cosmovisión del sistema social imperante, por lo cual los individuos se ven restringidos y expuestos a transgredir las costumbres y reglas establecidas, por lo cual hay necesidad de advertirlo, controlarlo o sancionarlo. Por ejemplo advertirlo de no desvertebrar los bosques, de no agredir los animales, de no ser infiel en el matrimonio, etc.

Las leyendas cumplen esa función y por eso aparece referenciado un sujeto o personaje, por ejemplo la madremonte, que asume funciones misteriosas dentro del relato al presentarse como personaje dotado de un poder que obliga a un comportamiento.

Las acciones producto de las aspiraciones, necesidades e impulsos no las acepta o entiende el hombre del común como algo natural que se produce o sucede en la cotidianidad de su vida, sino que le da una connotación de algo misterioso y le atribuye esas funciones a un ser superior. También puede suceder que por aquellos mecanismos de defensa del yo, por lo que un impulso o un instinto se hace aparecer en forma de otros considerados como más elevados, de acuerdo a lo que la sociedad ha establecido como convenientes a las comunidades y que se ha llamado en el lenguaje de los estudiosos el fenómeno de la sublimación, el de engrandecer y enaltecer unos hechos o personajes ante los demás, hechos que en la historia se han utilizado para reacomodar situaciones o personajes a lo deseado por grupos de poder o por los mismos hombres de una comunidad.

Por otra parte es necesario tener en cuenta que las leyendas están articuladas a un contexto espacial, ideológico y cultural del sistema social imperante y que en el caso colombiano actualmente ellas son producto de un largo proceso de mestizaje en el cual ha tenido gran incidencia la tradición de tres razas: Indígena, blanca y negra africana.

Igualmente hay que afirmar que el estudio de las diversas leyendas nos indican que ellas tienen diferentes temáticas. Inclusive en las leyendas de un mismo sujeto se tienen elementos diversos en su argumentación, pero como están articuladas a un mismo contexto, su temática también está articulada, mas a medida que cambian las condiciones materiales de existencia, las leyendas se van transformando, van adquiriendo otros significados y sentidos, aunque conservan su función de controlar y regular los comportamientos.

 

5. Los Mitos y Leyendas del Tolima

Si como hemos afirmado los hechos del folclor hay que estudiarlos como productos de la historia, es decir como las expresiones de un pueblo y de sus concepciones del mundo en determinada época, para comprender el origen y significado de los mitos y leyendas del Tolima hay que enmarcarlos especialmente en dos épocas históricas bien definidas: La época prehistórica o precolombina que tenia una cosmovisión naturalista y la época hispánica posterior al siglo XV cuando los españoles impusieron la colonización en territorios de América, la cual genera un mestizaje de razas, indígena, blanca y negra africana en la cual se funden unas culturas, generando una cultura mestiza y un proceso de aculturación.

La cosmovisión naturalista se enfoca a explicar el origen y preservar el equilibrio de las fuerzas naturales.

Al hacer un estudio cuidadoso del contenido de las narraciones tradicionales del Tolima, especialmente las leyendas, pues los mitos poco se han investigado, se evidencian esas relaciones y las transformaciones generadas por los cambios de modelos económicos y sociales. Por ejemplo, el mito del Mohan cuyo estudio lo ubica como explicativo del universo de comunidades indígenas del sur del Tolima (Coyaima, Natagaima, Ortega y Chaparral), comunidades que pertenecen al pueblo denominado Pijao, expresa situaciones y elementos que fundamentan algunas concepciones de la cultura del Tolima.

Existe una investigación elaborada por el alemán Franz Xaver Faust, cuyo resumen reposa en el museo antropológico de la Universidad del Tolima el cual se denomina: El Sistema médico entre los Coyaimas y Natagaimas. En ese trabajo se encuentra una relación de esas prácticas médicas con la cosmogonía y se reconstruye el sentido de un mito precolombino que se creía extinguido.

Según este estudio, el mito precolombino de las comunidades del sur del Tolima se conserva, pues mientras se mantenga la lengua de una comunidad, el mito y otras expresiones culturales se mantienen. Es la lengua la que da unidad a un grupo étnico.

Para los indígenas del sur del Tolima, el Mohan está en el contexto mismo del mito y es un ente vital, tiene una significación mucho mayor que el que tiene en la leyenda.

Para los indígenas, el Mohan o el Poira no es para hacer bromas o maldades como aparece en la leyenda actual, sino que forma parte de la narración mítica.

El Mundo del sur del Tolima para los Indígenas según ese mito es así:

Dos relieves montañosos y entre ellos el río Magdalena. Del río sale el arco iris que va a las montañas. El mundo todo está flotando sobre el agua y esta sostenido por tres columnas, este mundo acuático, el agua, está dividido en dos partes: Unas aguas profundas donde moran los gigantes del principio del mundo y unas aguas superiores divididas en dos partes. En una está el mohán o poira, que es el dueño del pescado y en otros sitios están los viejos indígenas, los indígenas muertos, los antepasados y una gente rarísima, la gente sin rabito. De ahí hacia arriba viene la tierra.

Rodeando la tierra está la atmósfera, la cual tiene una especie de niveles de lugares. En el primer lugar directamente sobre la tierra están las nubes, la lluvia, el arco iris, esto en una representación del mohán. El tal mohán saca el pescado del río, pero aquí aparece que tiene un fenómeno que explica cómo, esto es: El arco iris saca el pescado, lo lleva a las nubes y luego cae de ellas.

También se encuentran en ese nivel los truenos que son una especie de entes que hacen fiesta en las nubes. Cuando hacen fiestas entonces suenan y lo que oyen son los ecos de la fiesta.

Con cada ser que allí nace, nace una estrella y con cada ser que muere, muere una estrella. Esto es lo que explican las estrellas que están en el siguiente nivel, en el cual también están los ángeles, los astros y la luna. La luna es la virgen María que es la madre primigenia en los mitos y la Biblia y en la tradición judeo cristiana, aclarando que no es la madre fundadora del genero humano. (En esta parte del mito se nota una forma de sincretismo, producto del mestizaje de las cosmovisiones indígena y cristiana).

En el nivel superior está el padre sol que es al mismo tiempo el padre Dios.

En cuanto a la gente sin rabito, parece ser que se refiere a los otros hombres, a la etnia diferente a la que se considera como el origen, que debe quedar considerada en el mito para diferenciar lo indígena de lo no indígena.

Si analizamos esta parte del mito encontramos un significado muy diferente a las leyendas que se relatan hoy en día y que registraremos más adelante.

En cuanto a las leyendas enmarcadas en la cosmovisión indígena no hay duda que tienen una función de protección del medio ambiente, de la naturaleza. Así se perciben las leyendas del mohan, la madre monte, la madredeagua, el cazador perdido, en las cuales el trasunto indígena se percibe.

El mohan como el espíritu del río, es dador de pescado, símbolo de una raza fuerte y quien tutela y protege el buen accionar de los hombres y mujeres en relación con ese espacio vital. La madre monte, símbolo de la mujer que cuida la naturaleza vegetal, las montañas, los bosques, que rige las lluvias, las tormentas, los vientos y castiga a quienes infringen las normas establecidas. La madredeagua aparece en la leyenda como protectora de las fuentes de agua, entre ellas el nacimiento de los ríos, los nevados y las lagunas y quien castiga a los depredadores de ese medio natural.

A partir del siglo XV con la colonización española y el mestizaje de la cultura, las narraciones tradicionales del Tolima se enmarcan en un pensamiento que desvaloriza, deforma y degrada los personajes de los mitos y las leyendas y sus acciones. Aquí adquieren sentido los aportes del investigador Luis Cencillo en la obra Mitos, Semántica y Realidad (1.970) cuando plantea: "Hay una constante en la historia de los mitos según la cual las divinidades celestes y prevalentes de un estadio cultural determinado quedan relegadas al inframundo y reciben un carácter demoníaco y maléfico en el estadio siguiente".

Pero también hechos históricos posteriores como la colonización antioqueña y el fenómeno de la violencia (Siglo XIX y XX) que han influido profundamente en la mentalidad tolimense, dan origen a nuevas leyendas como la Patasola, que algunos historiadores relacionan con el descuajamiento del bosque y corte de los árboles, o transforman su contenido, como en la leyenda la Llorona que tendría otros motivos para llorar de acuerdo a las circunstancias actuales.

Una muestra de las leyendas que fueron recogidas entre campesinos, agricultores y pescadores del Tolima de más de cincuenta años de edad2, nos dan la posibilidad de analizar su contenido y buscar su posible significado. En ese trabajo encontramos más de 40 clases de leyendas en el Tolima así: el mohan, la bruja. la madremonte, el diablo, el duende, la candileja, la patasola, la Madredeagua, el tunjo, la muelona, el cazador perdido, el guando, la llorona, el hojarquin del monte, el ánima sola, la sombrerona, el poira, la canilla peluda, el muerto cargando al vivo, el espanto, el silvín, la cabra infernal, la diabla, la rodillona, el burro sin cabeza, espíritus malignos, la perica de oro, Pacho calabaza, el tronco ardiendo, el pelado, el caballo encadenado, el pollo de viento y el peludo.3

 

Leyenda del Mohan:
Narrada por Antonio Núñez en el municipio de Honda

Mi padre era pescador y tenía sus chinchorros en la vega de los padres. Al frente de Nariño hay una cordillera que llama el Chuzo. Mi padre navegaba mucho en balsa, en negocio y tal; y ahí en el chuzo en una punta del cerro que termina la mitad del rió Magdalena, viene acá, eso forma un remolino, unas cazuelas de agua y va a parar para Chinchorrero. Y él le gustaba venir a ese puerto en vez de llegar de una vez. Conseguía una media botella de aguardiente, lo que es hoy sanatodo. Él venía con mi mamá y dos hermanas y mi persona. Éramos los chinchorreros. Él era el que lo encabuyaba, mi mamá peloteaba; mi hermana Matea bogaba y Helena votaba el chinchorro al agua. Entonces llegábamos ahí y se arrimaba la canoa allá en el chinchorro y llegaba y cogía la botella de trago y a lo que hacia un remolino botaba la botella al agua llena de trago bien tapada. Esperaba un momento y al momento llegaba y venía la moya y se tragaba la botella, la perdía, él se sentaba por ahí a fumar y al rato salía la botella pero sin nada. El trago ya había desaparecido. Cuando la botella quedaba salía limpia sin trago; tenía que salir de una vez en pela para la casa. Va a llover mis hijos, vámonos, va a caer un aguacero pero de verdad, pues decía mi papá. Nos íbamos pero si en la botella quedaba un cuncho de trago decía ¡vámonos a echar el lance! ¡Vamos a coger pescados para darle a los pobres bagre!

Echábamos el lance; se cogía tres o cuatro bagres, pero grandes y la mitad era para picarla y darla a los pobres. Él era, él tenia una labranza grandísima y él hacia por la mañana un poco de yuca, plátano cachaco, batata, mazorca si había. Y le ponía un arrume y le ponía un pedazo de bagre y ahí iban a la casa a la orilla del río; porque nosotros vivíamos en la orilla. Pobrecitos de ahí de Nariño. Bueno: ¡Qué tal amigo! Mucho juicio, todo con orden; que cada uno coja su mercadito.

Y él me decía que ahí en ese punto tenían una tradición, que el Mohán vino en una balsa cargada de riquezas, de comida y tal y ahí llegaba y de una vez la balsa se perdía. Llegaba a la moya y de una vez la balsa volcaba y cuando salía la balsa abajo ya no llevaba nada. Decía él, él nos contaba, ese era el Mohán. Pero nadie lo vio, nadie lo veía; como eran espíritus del mundo que existen en el espacio.

Mí papá era un viejo rucio, era caratejo; pero era de esos de temple. Dijo: Si a mí me consiguen especialmente una botella de trago; consíganse un grano de cobre. Nos contaba él a nosotros, y yo busco el nido, haber si puedo dominarlo.

El asunto del Mohán como eso decir de Neiva para abajo habían muchos sectores donde se perdió, se reventó un buque que llamaba “El Juan”, subía a Neiva de Girardot a Neiva, subía por ahí “El mama” llamaba ese peñón.

Dice él que probablemente era la habitación del Mohán. Que es un peñón que sale en filo hacia arriba, allá tiene el camino por donde caminan las balsas champanes y todo eso.

Leonidas Garaya perdió un Champán en donde muy cargado de riquezas que venía cargado de café, donde venían casi todos los Chaparralunos neivanos; que en ese entonces no habían bancos por allá sino que tenían que venir a Girardot a colocar los ahorros que hacían allá. Cuatro o cinco meses allá en Neiva o Chaparral o varios pueblos que existían ahí que era donde saca el oro. Y oí eso.

Mi abuela murió de 110 años, ella me contaba en distintas ocasiones que en la Mesa llamada la Mesa Grande, ahí en esa plaza era la habitación de ese señor que le dice el Mohán.

Que era un señor bajito, lleno de bello. Su rostro todo era lleno de bello y de pelo largo; cargaba una jícara de piel, eso llena de tabacos y compraba trago para llevar. Había veces que se les desaparecía, no las volvían a ver a las niñas que les obsequiaba una flor. Que seguramente se las llevaba.

Pero eso era con constancia que él venía. Y que se dice que ahí había un tesoro muy grande que él lo custodiaba, en ese lugar. Puede ser el señor de las aguas.

 

Leyenda de la Madremonte,
Manuel Ballesteros en el municipio del Líbano.

En el nacimiento de las quebradas de las peñas, la que cruza por el pie del caserío de San Fernando, en el municipio del Líbano, había una vez unos mineros trabajando unas minas al pie de la casa, entonces, en vista que la mina no le dio resultado, llamaron a un especialista de los metales, de los mineros de Santa Teresa. Vinieron dos especialistas; yo he sido curioso desde mi juventud, toda la vida. Yo había pasado en cacería por allá en ese rincón, entonces yo me encontré un panal de piedras, en un cerro. ¡Muy lindas! ¡Hermosas!, Unos pedestales lindos allá en una roca, un filón grande de caliza, en los nacimientos de esa quebrada.

Yo pasé el informe a los tales mineros que vinieron de la mina de Santa Isabel. Ellos me convidaron que me daban propina y que fuera haber dónde estaba el filón.

Hicimos un fiambre grande de gallina y papas; bien grande para comer allá. Nosotros dimos con el filón; cuando nosotros estábamos al pie del filón y los señores alcanzaron a pegar unos martillazos para sacar unos bocados de piedra, para traer la muestra; se sintió un ruido por debajo del agua embarradísima, después de estar bajando agua limpia. Habíamos cuatro: los dos mineros, el que estaba trabajando en la mina y yo que era el guía, de un momento a otro comenzaron a trastear palos. Dijimos nosotros que como hay oso también puede ser oso, preparamos la escopeta, cuando vimos aparecer allá encima de la peña un monstruo, íntegro vestido de puro musgo y ramas de palo, plumas de animales. Eso si la vimos perfectamente pero no le pudimos ver únicamente de la cintura para arriba.

Entonces una señora de bastante edad supremamente fornida de gorda, con unos dientes pero así de para arriba. Unos caninos pero la cosa más espantosa. Nosotros nos quedamos mirándola con ese asombro; cuando nosotros nos quedamos mirándola, se fue haciéndonos como queriéndonos acercar ante nosotros. Los cuatro no sabíamos para dónde íbamos, qué piedras ni nada sino corra y detrás sentíamos un ruido y un grito detrás; hasta que llegamos a un potrero donde había un ganado. El ganado de don Neptalí Colorado, que es compadre mío. Cuando ya llegamos al abierto, al potrero donde estaba el ganado, pegó el último grito y desapareció. Nosotros salimos mejor dicho los calzoncitos eras como palomo en la mano, lista, es la madremonte, todo visto.

 

Leyenda de la Patasola
narrada por Fortunato Aguirre en la ciudad del Líbano.

A mi papá lo siguió una patasola un rato. Si, hasta llegar a un portón. En la finca Misael Aguirre, un hermano de él. En la vereda “El guadualito”; eso queda en el municipio de Villahermosa.

El venía de Frías a hacer el mercado y siempre la patasola pasaba ahí entre eso de las once y media y las doce. Bajaba por el “alto de Pelahuevos” a “Campamento”; “De campamento” a la cuchilla de la palma; de la cuchilla de la palma a un filo, linderos con Miguel López y de ese filo lindero con Miguel López a un punto que llaman quebrada hondas, que son unos peñodonones, hasta ahí llegaba y se sabía que era así; porque cuando venía del alto del campamento, se oía gritar; un grito por todo lado y luego gritaba en el alto del Chagualal; de ahí daba el otro grito a la cuchilla de la palma, finca de un señor Pedro Rincón al frente más o menos de una finca adonde nosotros vivíamos. El otro grito lo daba en el alto de las Guascas; cabecera de la finca de mi papá.

Yo lo llegué a oír distintas veces. Es un grito espabilado, muy carcajiadito. Bueno, ahí lo atajaron unos amigos que no siguiera porque ya era hora de bajar la patasola. Y él siempre con el ánimo de arrimar a la casa. Insistió y se fue. Cuando ya iba llegando a un portón de la entramada adonde nosotros vivíamos; sintió la sombra que venía y él que abre la puerta y para las bestias y la patasola que pasó enseguida. Dio el grito en el “Alto de las Guacas”; la cabecera de la finca, del señor Aguirre, que era el dueño de eso ahí. Dio el brinco a la cuchilla del lindero de Miguel López y la finca de Alejandro Aguirre. Eso estaba todo poblado de montañas, únicamente en el centro había un ranchito; casitas pequeñas.

La patasola dicen que es una mujer de un cuerpo muy alto, de una pierna mocha. Y que la han visto dar el grito, que eso da un salto pero lejísimos. Porque mi madre que dizque la vio en la quebrada de por allá de eso de la Julia para acá. Una quebrada que hay, que es muy corrientosa. Ellos venían de Frías muy noche en junta con un señor Jorge Echeverry, arriando bueyes que mi abuelito la mandó ya muy tarde, de Frías para la casa. Y él se quedó tomando trago.

Ellos venían cada uno de a caballo cuando oyeron el grito bastante arriba de la cordillera. Y al momentico el asombro que iba. Y dio el salto a la quebrada la Cristalina. Y en ese momento los bueyes se arrodillaron. Y de ahí dio otro saltó muy abajo y los bueyes se pararon y siguieron con ellos.

Un grito muy espalmado, muy carcajeado. Hasta llegar a la cuchilla del lindero de Miguel López, con la finca de Alejandro Aguirre y ahí de ese filo daba el salto cañada abajo. Cuando caía allá al pie de esas otras rocas daba el grito. Y no era más.

A los tres días de haber dejado a esas peñas, se oía cuando daba el grito allá en la cuchilla en linderos de Miguel López y así seguía el grito por toda esa cordillera.

Eso para que exista tiene que haber montaña. Eso ya donde estamos ya no se amaña. Eso pertenece a las montañas, a los riscos.

Decían que la patasola era una mujer que se había vuelto perversa y por mala le habían cortado una pierna. Ya siguió el nombre de la patasola y que llegaba a determinadas partes y que lo que lograba coger, lo devoraba a comérselo.

En una parte estando unos señores en una enramada por allá en un rosado que tenía haciendo una troja, durmiendo en un zarzo; que ya se había subido a dormir, cuando un trabajador salió a hacer las aguas y oyó entre la montaña un grito carcajeado y él contestó el grito. Entonces los compañeros le dijeron; ¡Hombre súbase ligerito y encomendémonos a Dios, que eso que gritó por allá es una vieja! El tipo se subió y de una vez cogieron la escalera y la subieron también al zarzo.

Y abajo había dejado sal, panela, por ahí cosas. Cuando al poquito el grito cerquita y ellos ya casi sin resuello del miedo que tenían allá. El que podía rezar rezaba y los que no tiritaban de miedo. Llegó una mujer alta, con una pierna mocha y eso alzó todo lo que había dejado; alimentos, ollas, todo eso lo revolcó y así se fue. Ellos pidiendo a Dios que de pronto esa fiera se desapareciera de ahí.

El secreto era que le pasaran el hacha, las tres tusas y el cabo de la vela, contaba un viejito Arcesio Cortés. Con una hacha le cortaron la pierna y con las tusas le soldaron la pierna y quemándola ahí con una vela. Ese era el secreto. Con eso se retiraba.

El cuento que contaban los Antioqueños. Uno de Abejorral, Antioquía. Otro de Santa Rosa de Cabal. Tal como mi abuelo; los Castro. Los Aguirre, Como mi tío Leovigildo Aguirre. Y los primeros fundadores que llegaron a esas montañas ariscas. Eso era selva. Eso tiene por ahí unos cien años que están en puras selvas.

 

Leyenda El Cazador Perdido
Por Ismael Ramírez en Pastales, Inspección de Policía de Ibagué.

La oí hace unos treinta años; nadie me ha dicho que lo ha visto. lo oyen.

Simplemente un grito delgadito y destemplado por allá en el puro nacimiento de la cañada. Estábamos trabajando en la finca de unos señores Valderrama allá en el monte y allá tenían un cultivo, cuando oímos un grito por allá bien largo y destemplado. Empezaron a ladrar los perros, ladran delgaditico también, pegó como tres gritos y se oyó el latir de los perros hasta que bajaron el zanjón y nadie vio nada.

Un viernes santo estaba reunido con mi familia allá en la finca con mi papá, eran como las siete y media de la noche o más tarde y oímos del sector de la parte más alta un grito que dijo: ¡Ucha viejo! Oímos ese grito y los perros ladraron y al momentico en la parte bien abajo otro grito: ¡Eche haber si cogen el guatín ligero!.

Papá dijo: ¡Ese es el cazador perdido! El primer grito usted lo oye en esa cumbre y al instante en menos de un minuto ya le pega el grito aquí. También el sonido, el ladrar de los perros; pero no se ve nada.

Yo le preguntaba a papá: ¿Bueno y cómo hizo para que ese señor andara por el mundo así, asustando a las personas?

Él me contaba la historia y dice que era un hombre que le gustaba el viernes santo irse a cazar animales y en el monte se le apareció un animal que era un diablo y se lo llevó a él y siguió vagando por el mundo.

 

Leyenda La Candileja
Por Carmen Suárez en el municipio de Piedras.

El compadre Alberto iba de a caballo, eran como las siete u ocho de la noche. Sintió que se le montó una persona al ancla y el caballo se le asustó. Él sentía como un calor y vio una hojarada atrás, una llama y salía así sobre el hombro de él. Y se abre a correr, pero ya que lo botaba, era una bestia de cabalgar, porque la bestia mular no se deja arrimar la tentación mal. Allá iba Jorge en un monte gecho y había oído decir que la candileja nunca se la quitaba uno de encima rezándole, porque sentían un alivio esas almas o esa alma y menos se les despegaba, había que ultrajarla. Él se acordó y desesperado con ese monacho encima que no se le iba, comenzó: Esta sinvergüenza, vieja no se qué, ni si se cuándo; voy a traer gasolina y le echo más gasolina para prenderla. Y ahí donde vivía don José, había tres palos. Pegó el brinco y se pegó de una palma de esas y ahí se le fue. Y arranca él para la casa y llegó y desde allá veía él la hojarada. Si él se pone a rezarle había llegado a la casa con ese espíritu al ancla del caballo.

Iba rodando la hojarada como una bola prendida, a ratos se separaba como en tres montoncitos, siempre de candela; a ratos volvía y se formaba la bola. Esa bola iba loma arriba y en aquella loma paró. Eso era tarde la noche como a las siete u ocho. En tiempo de cuaresma. No recuerdo si estaba lloviendo, estaba en verano.

Dicen que la abuela crío tres nietos y no los supo corregir y se crecieron y le dieron juete, se volvieron salvajes con ella; que la mataron. Hay un agravio ahora que dice que no es una sola candileja, que es lo único que hay en todo el mundo; porque cada madre que no sepa corregir a los hijos queda convertida en candileja. Por eso hay que hacerlos obedecer y que lo respeten a uno.

 

Leyenda Las Brujas
Por Abraham Ramírez en la población de Ortega.

Se que la hay; una noche había ido yo al Guamo a una diligencia urgente, a denunciar un Juez que vendía sumarios, vendía justicia. Cuando me vine llegue a Gabinche y yo no había almorzado. Le dije a la señora déme una cerveza y deme pan. Me vine, cogí el camino gritando, cantando solo; y el camino muy limpio, claro. Antes de llegar a Carolita, sentí que el caballo no caminaba; levanté la rienda, cogí el animal y no andaba. Me caí, me paré, dije: ¡maldita sea estoy es desgraciado hoy! y yo me digo eso y principian a reírse a carcajadas. Dije: ¡Dios mío aquí me va a llevar el diablo; Dios mío, nuestra señora del Carmen, defiéndame!

Cogí el sombrero, me recosté contra la montura. Dije: ¡Esto, Dios mío que esto sea mentira, que yo esté soñando!. Y allá a las carcajadas quién sabe cuánto tiempo dure yo allá parado; cuando de golpe miré y la luna clarita. Me monté y vine y le conté a un compadre mío. Y se puso a reírse; y le dije: Algún día le pasa a usted eso… De eso es que me río, del susto macho que me pasó a mí con ser que yo soy militar y todo, qué será; viera usted que está tan viche. Luego dijo esa es Rosa Bonilla, que vive ahí adelantico. Pero yo no veía nada como que se me acercaba y yo no veía nada. Como a las nueve de la noche.

Muchas más leyendas forman parte de la memoria colectiva de los campesinos del Tolima, entre las cuales están: El Duende, La Sombrerona, El Diablo, El Muerto Cargando al Vivo, El Pollo de Viento, etc. que constituyen un espacio muy amplio de la creatividad tolimense.

Nota del director: Una gran síntesis de nuestros mitos y leyendas la trae el historiador José Ignacio Arciniegas en su libro Así es el Tolima (páginas 208-209), que trascribimos a nuestros lectores para otro punto de vista y una sinopsis de ellos, al tiempo que en el pie de página dejamos señalados algunos autores y libros que los tienen como tema central.4

La Patasola: Mujer hermosísima, de cabellos rubios, que aunque no tiene sino una pierna se transporta con rapidez de un sitio a otro, entre los ventarrones que produce su vuelo de bruja. De ella se valen los campesinos para atemorizar a los niños y obligarlos a portarse bien, pues si no los ojea, o sea que les tuerce los ojos, les mete grillos en los oídos y sapos en el estómago y les hace otros maleficios, de los cuales no los pueden salvar sino sus propios curanderos especializados en la materia. Para ahuyentar la patasola y evitar los males que procura, los campesinos tienen una oración que se llama "la oración del monte" que a casi a todos se les olvida en el momento de pronunciarla.

El Poira es un mito de las aguas, pero no se le encuentra sino en los grandes ríos como el Magdalena y el Saldaña. Su única actividad consiste en seducir y raptar campesinas que han entrado a la edad de "de merecer" o sea la pubertad, para lo cual toma figura de mocetón apuesto y audaz. A veces, o casi siempre, la muchacha raptada, aparece cuando menos se piensa y en su casa ya no la esperan, hecha toda una madre. El poira es una A veces, o casi siempre, la muchacha raptada, aparece cuando menos se piensa y en su casa ya no la esperan, hecha toda una madre. El poira es una de las configuraciones del Mohán y el Mohán era curandero, sacerdote, brujo, y oráculo de los Pijaos.

La madremonte Este personaje es una especie de ninfa de los montes del llano. Para castigar las malas acciones de los campesinos seca las fuentes de sus pejugales, sobre todo cuando se enredan en pleitos de linderos; pero, el que sufre los perjuicios de la sequía es, siempre, el que no tiene razón. "Compadre: si me adelanta las cercas, cuidado con la Madremonte". En las fiestas de Corpus, especialmente en el Guamo, la representan ataviada con vestidos hechos totalmente de hojas de plantas silvestres.

El duende es un personaje casi universal. Es tan maligno como la Patasola. Persigue especialmente a las muchachas casaderas. Les tira terrones a través del techo y las paredes de sus casas. Después de asustarlas en noches sucesivas quedan como si fueran poseídas del diablo. Les dan ataques nerviosos, convulsiones, sustos y otros males, que, como dice la copla:”Si el cura no los cura son incurables”. Pero también suele curarlos el poira. Precisamente mandingas, Miruñas, el maligno y el patas son algunos de los muchos nombres del diablo.

La mula retinta es la cabalgadura preferida del diablo que figura en muchos cuentos con herraduras de oro. Si algún campesino no la encontraba y le tiraba un chambuque, en el momento de ajustarle el rejo al pescuezo desaparecía.

La candileja La candileja es una luz en llama que persigue de noche a los caminantes del llano, pero solamente cuando andan solos. Si van a caballo, se les coloca sobre la grupa. Pero no persigue sino a los que andan en "malos pasos" o son enamorados de mala fe, o ya tienen algún motivo de remordimiento. Juran que la ven y los persigue y que sale de las orillas de los pantanos. Le tienen tanto pavor que a uno mismo le aconsejan que no salga solo de noche.

El tunjo es un muñeco de oro que se sepultaba con los cadáveres de los indios entre otros tesoros y, a veces algunas cosas de comer. La superstición que nació en la cuna de los primeros hombres, le ha dado vida a los Tunjitos. Por eso salen cuando la tardecita ya es más noche que día, a !las orillas de las quebraditas y las acequias rurales, a veces llorando. No sólo los cabellos sino todo el cuerpo es dorado, son el pavor de los niños campesinos, como cosas del otro mundo y con ellos se les amenaza para que se metan a la cama muy tempranito y en silencio.

 

Bibliografía y citas documentales
  1. ELIADE, Mircea. Lo sagrado y lo profano, Editorial Guadarrama, 1.973 Madrid Página 95 - 99

  1. GODELIER, Maurice. Economía, Fetichismo y Religión en la Sociedad Primitiva. Siglo XXI Editores S.A. 1.974.

  1. CASSIRER, Ernst. Antropología Filosófica. Introducción al Estudio de la Cultura - Fondo de Cultura Económica - Méjico 1.963

  1. CASSIRER, Op. Cit Página 128.

  1. Ib. Id. Página 127.

  1. Ib. Id. Página 141.

  1. Ib. Id. Página 142.

  1. Ib. Id. Página 168.

  1. Ib. Id. Página 169.

  1. ELIADE, Mircea Op. Cit. Páginas 84 a 85.

  1. CASSIRER, Op. Cit. Pagina 123.

  1. ELIADE, Mircea, Op. Cit. Página 126.

  1. GUTIÉRREZ de P. Medicina Tradicional de Colombia: El Triple Legado. Citado por Ceballos Gómez Diana Luz en la Obra "Hechicería Brujería e Inquisición en el Nuevo Reina de Granada. Un Duelo de Imaginarios". Editorial Universidad Nacional. Ciencias Humanas Medellín. 1.987.

  1. CEBALLOS GÖMEZ, Diana Luz. Hechicería, Brujería e Inquisición en el Nuevo Reino de Granada. Un Duelo de Imaginarios. Editorial Universidad Nacional, Ciencias Humanas Medellín 1.985. Página 126

  1. CEBALLOS GÖMEZ Op. Cit. Página 127

Otras Obras Consultadas
  • ABADIA MORALES, Guillermo. Compendio General de Folclore Colombiano. Biblioteca Banco popular, 4 edición volumen 112 Bogotá Colombia 1.983.

  • ALVAREZ, Blanca. Bajo el Cielo Hechizado del Tolima - Mitos y Leyendas del Tolima Grande. Sexta Edición, edición Litografía Tecnimpresos Ibagué Tolima, Colombia 1.992.

  • ÁLVAREZ, Blanca. Raíces de Mi Terruño - La Enciclopedia Folclórica del Tolimense. Imprenta Departamental, Ibagué Tolima, Colombia, Tercera Edición 1.990

  • ARTUNDUAGA OSPINA, Fabio. Mitología y Folclor del Tolima 1.986

  • OCAMPO LÓPEZ, Javier. Las Fiestas y El Folclor en Colombia. Ancora Editores Bogotá 1.993.

  • SANTA, Eduardo. Arrieros y Fundadores. Instituto Tolimense de Cultura. Primera Edición. Ibagué 1.984

  • LUCENA SALMORAL, Manuel. Historia Extensa de Colombia. Tomo II Academia Colombiana de Historia. Editorial Lerner, Primera Edición. Bogotá 1.955.

  • TOVAR, Hermes. Notas sobre el modo de Producción Precolombino. Aquelarre Ltda. Primera Edición Mayo de 1.974 Bogotá Colombia.

  • HAUSER, Arnold. Introducción a la Historia del Arte. Editorial Guadarrama. Primera Edición. Madrid 1.976.

  • LEVI STRAUSS, Claude. El pensamiento Salvaje. Fondo de Cultura Económica, Segunda edición Méjico 1.964.

  • REICHEL DOLMATOFF, Gerardo. Desana, Simbolismo de los Indios Tucano del Vaupés 1.968 ( Mito de Yurupari).

  • NOGUERON ALVAREZ, María y MANZANARES, Alfonso (Ilustraciones). Mitos Andinos - Recopilación, Adaptación Literaria y Estudio Antropológico. Ediciones de Cultura Hispánica Agencia Española de Cooperación Internacional. Madrid 1.953.


1 Parte de la obra inédita: Estudio del Folclor, un Proyecto de Identidad Regional

2 Producto de un recorrido por veintidós municipios del departamento del Tolima cuando participábamos en un equipo de trabajo de campo, integrado por los licenciados: Fernando Gallego, Venus Quiroga de Lozano, Gustavo Echeverry y la autora de este texto para elaborar la tesis de grado denominada "Contenidos Filosóficos de las leyendas folclóricas del Tolima.

3 Por cuestiones de espacio sólo se incluye una leyenda de cada temática y de aquellas que tienen mayor presencia en la región.


4 María del Pilar Gutiérrez, Mitos, costumbres y música de mi Tolima (cuentos), El Mohan, (novela) Hipólito Rivera, El Mohan y la madredeagua, (cuento) de Hernando González Mora, La casa del Mohan, (cuento) de Eduardo Santa, Leyendas del Tolima de Juan Francisco Alarcón López. Son notables los estudios de Blanca Álvarez de Parra, Misael Devia y Fabio Artunduaga

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