LUZ STELLA

La tarde del 18 de octubre de 1969 cuando el cadáver de la escritora Luz Stella desfilaba hacia su última morada, varios programas radiales fueron dedicados a exaltar su memoria y los muchachos de las escuelas entonaron algunas de sus más conocidas canciones. Habían sido 70 años de una existencia dedicada a cultivar la sensibilidad a través de libros como Rincón infantil, poemas y cuentos para niños, a quienes dedicó buena parte de sus esfuerzos.

En esta destacada ibaguereña se conjugaron los valores de la educadora, la escritora, la cuentista, la poetisa, la compositora, la defensora de las causas justas. Pocas como ella, alcanzaron renombre internacional durante tantas décadas. Desde los años 20 del siglo XX su imagen y su trabajo eran reconocidos por los más importantes medios de comunicación del país y el exterior. Su sensibilidad, puesta al servicio de la literatura y de la vida, su ejercicio del magisterio y la ternura, su fundación de espacios en un país donde la mujer no tenía siquiera derecho al sufragio, la convirtieron en un ser particular para su tiempo. A 35 años después de su muerte, los poemas y cuentos para niños que escribiera con tanta dedicación y entusiasmo, nos regresan al mundo encantado de los sueños.

Luz Stella tuvo una particular manera de expresión envuelta en la escritura de letras para canciones. Importantes figuras de nuestra música colocaron pentagrama adornado a sus palabras. Ahí vemos al maestro Alberto Castilla haciéndolo con su Barcarola y Fuentecilla, encontramos al maestro Bermúdez Silva organizándola para la ronda Canción de las Estrellas y al mismo Emilio Díaz para su guabina Reina Linda, sin que falten aquí otras muestras como La vaquerita, con música de Darío Garzón o Claro Río, con música de Jorge Ramírez, nuestro popular Emeterio. En forma desafortunada se encuentra casi perdido su Viaje de canción en canción por el Tolima, poemas folclóricos publicados en 1948, un pequeño gran tesoro de pasajes, recuerdos, evocaciones, costumbres y valores que convierten el texto en obra de obligada consulta para un investigador de nuestro acontecer.

La pequeña muestra de volumen inicial que, con dos bellas ediciones hechas en 1942 y 1950, tuvo el justo reconocimiento de la crítica, demuestra cómo se dan aquí cita canciones para arrullar un bebé, canciones de cuna, cuentos de navidad y, ante todo, la vigencia de la poesía y la paz en un mundo violento. Fue la escritora ibaguereña Luz Stella, seudónimo de María Cárdenas Roa, una educadora entregada con vocación emocionada a su oficio pedagógico durante más de un cuarto de siglo. A su alrededor, en una entusiasta tertulia que realizó por muchos años en su residencia, se formaron varios de los hoy consagrados escritores tolimenses y hombres públicos del departamento. Como maestra de enseñanza primaria cumplió una meritoria carrera y el contacto con los infantes le condujo a dedicar gran parte de su producción poética dirigida a la niñez, a más de haber organizado grupos de teatro radial infantil en un programa que duró más de 20 años.

Hija del dos veces gobernador, general Plácido Cárdenas, terminó sus estudios de bachillerato en el colegio La Presentación y obtuvo título de Normalista Superior, la licenciatura de la época. Alcanzó importantes premios nacionales en cuento, poesía y novela y sus trabajos fueron publicados en destacados medios de comunicación como las revistas Mundo al día, Cromos, Lecturas Dominicales del diario El Tiempo, Tribuna, El Cronista y el Derecho, fuera de otras de carácter internacional. La vida intelectual de Luz Stella, que por su canto era conocida como La Alondra del Combeima, aparece registrada en libros como Mujeres de América, de Bernardo Uribe Muñoz, editado en 1934, en Poetisas iberoamericanas y colombianas de Darío Samper Ortega, publicado en 1936, en Mujeres Colombianas, de Isabel Pardo Torres, 1940, en Valores Femeninos de Colombia, de Libia Stella Melo, Diccionario biográfico y bibliográfico de Colombia, Diccionario de autores tolimenses, Poetas del Tolima y Poetas del Tolima Siglo XX, Las mejores cuentistas colombianas, Diccionario de escritores colombianos y en un sinnúmero de periódicos y revistas como El Fígaro, de La Habana, o El Comercio, de Lima.

Publicó siete libros: Rincón infantil, Ronda Iluminada, Retablo de navidad, La princesita y la estrella, Romance navideño y la novelas El río que llora, Pétalos, La llamarada y Sin el calor del nido. Dejó inédita la canción Bajo los cámbulos.

Los varios premios de cuento, poesía y novela que ganó Luz Stella, pronto la situaron entre las mujeres importantes de la literatura colombiana de la época y vale la pena recorrer su itinerario para darnos idea de un trabajo continuo y una figuración no aislada. Alcanza el Primer Premio en los Juegos Florales de Sonsón, en 1923, con la novela corta Los celos del río; Primer Premio de la revista Mundo al día, con el cuento folclórico El Hombre que pescó una sirena, Primer Premio en el Concurso con motivo del Centenario de Bogotá, en 1938, con su Canto a Jiménez de Quesada; Primer Premio en Neiva con el cuento Historia de una doliente navidad; Primer Premio del Concurso Nacional de Radio Nobel Coltejer, 1957, con El Río que llora, Primer Premio con el cuento De la vida, publicado en la revista Luz, del departamento del Huila. Es en 1951, tras el éxito de Rincón Infantil, que la autora persiste en un género con poemas y cuentos para niños, al editar La Ronda Iluminada. Pero otros son también sus logros. Cuando la televisión apenas apuntaba como una nueva magia para los colombianos, eran las radionovelas de Caracol, por ejemplo, las que seducían la atención de los oyentes imaginando, de acuerdo a las voces y efectos de sonidos, todo lo que hoy se ve directo para el televidente. Entonces fue nuestra escritora una estrella triunfadora al ganar el Primer Premio con su obra El Río que Llora, con un éxito semejante al que tuvo Café.

Ser directora de la Biblioteca Municipal, dirigir centros literarios, participar en tareas como la consecución de una escuela hogar para niños hijos de leprosos, lograr a través del Senado de la República una rebaja de penas para los presos, haberse convertido en símbolo al instante de organizar el Instituto Tolimense de Cultura, inducir a un movimiento cultural y pensar en su departamento y en su ciudad, fueron algunas de las acciones de la incansable Luz Stella.

En el año 1995 Pijao Editores la seleccionó como uno de los Protagonistas del Tolima Siglo XX