LUIS ALFONSO LIS LIZCANO

Aunque Luis Alfonso Lis Lizcano nació el 26 de Julio de 1947 en La Plata, Huila, la mayor parte de su carrera musical la ha realizado en el Tolima, la tierra de su esposa y sus hijos y donde han nacido sus canciones.

El nombre de este compositor se ha hecho famoso en los concursos de música colombiana por la sencillez de sus composiciones que hablan del amor, el campo, las fiestas y la naturaleza.

“El profesor”, como cariñosamente le dicen sus amigos y alumnos, siempre ha querido transmitir su amor por la música y lo ha logrado a través de su Academia Lis en la que ha tenido cientos de alumnos que han aprendido a conocer, querer y respetar la música colombiana.

Su talento y pasión musical la han heredado sus hijos, entre los cuales, Sandra Lis, la mayor de ellos, se perfila como una de las grandes promesas de nuestra música.

Muchos años han pasado desde el día en que el General Rojas Pinilla, en una visita a la ciudad de Cali, se emocionó con la interpretación del famoso pasillo Esperanza a cargo de un niño de tan solo siete años que pertenecía a la delegación cultural de los indígenas paeces. El pequeño no alcanzaba a poner los pies en el suelo, pero recorría diestramente las cuerdas de la guitarra de arriba abajo y en su rostro reflejaba la emoción que sentía en cada nota. Las personas que asistieron a esa reunión quedaron maravilladas con la ternura que inspiraba este pequeño de pelo liso y piel morena.

Hoy, Luis Alfonso Lis recuerda con orgullo ese momento y siente que la sencillez, el talento y la pasión de ese niño siguen intactas dentro de él. Ese es uno de sus recuerdos más preciados, aunque también guarda con cariño en su memoria el día en que recibió su primera guitarra antes de los cuatro años, regalo de su padre, Guillermo Lis, un indígena paez amante del tiple y la guitarra que inculcó en sus dos hijos el amor por la música y la tierra. Con su hermano mayor y su padre conformaron el Trío Lis. A los doce años, ya se había convertido en un gran guitarrista y daba clases de música en La Normal de señoritas de Belalcázar (Cauca). Su padre ya no podía enseñarle más, así que su inquietud artística lo llevó a buscar personas que supieran algo de música para aprender con ellos. Formó el trío Los Luises, reconocido en la región del Cauca.

A los 16 años entró a La Vocacional Agrícola donde empezó a escribir sus primeras canciones. Su primer tema, Brisas del Paez, fue una canción en homenaje a la tierra que lo había visto crecer. Luego escribió en ritmo carrilero Por qué y Nadie es nadie. Cuando terminó el bachillerato básico decidió pagar servicio militar. Durante este tiempo la nostalgia de su tierra lo motivó para escribir temas como Campesino huilense, Tarde otoñal y Cielo azul.

El destino lo lleva a El Espinal con el fin de terminar su bachillerato en el Instituto Técnico Agropecuario y allí tiene oportunidad de practicar con más frecuencia su música. Además, se enamora de Alicia Cartagena, una morena espinaluna que es motivo de inspiración de sus canciones y con quien forma una familia en que la música es religión. El proletario fue el primer tema que compuso en El Espinal. Su amor por la música lo motiva a fundar en 1973 la academia Lis donde imparte clases de guitarra que refuerza con clases particulares.

En 1979 participó en el Festival del Bunde en esa ciudad y ocupó el primer puesto con Mi potro cerrero. Al terminar el bachillerato viaja a Ibagué con el fin de estudiar en el Conservatorio del Tolima, traslada la academia, vive un año en Ibagué pero debe regresar al Espinal debido a la difícil situación económica. Funda el trío de cuerdas Gran Tolima y el dueto González y Lis. Paralelamente entra a la Caja Agraria, entidad de la cual ya es pensionado y a cuyo servicio tuvo la oportunidad de recorrer el país y estudiar las costumbres de las zonas visitadas. En sus ratos libres sigue escribiendo. Lo trasladan a Bogotá y a los pocos meses decide vivir en Fusagasugá, donde permanece durante cuatro años y en donde trabaja en su academia los fines de semana. Sus canciones han participado en festivales como el de Villa de Las Palmas de Purificación en 1992 ocupando el segundo puesto como compositor con Por los llanos del Tolima; en el del Bambuco en Huila, donde en 1995 ocupó el primer puesto con el tema Mis tradiciones y en el de la canción colombiana en Florencia, ocupando el tercer puesto con su composición Porque no tengo rancho.

En el concurso del Mono Núñez de 1994 obtuvo el primer puesto de La Canción Inédita Tradicional con el tema Mi sementera, un premio especial por la canción Amigo San Juan en 1993 y otro por la canción Silvia, en ritmo de caña, interpretada por el dueto Rojas y Ospina.

Escribe a cualquier hora, muchas veces cuando va de viaje. Piensa que la gracia de sus canciones está en la chispa que les pone, alegre o triste de acuerdo al tema. Además, busca siempre una temática regional y emplea un vocabulario sencillo para que sus mensajes sean entendidos por cualquier persona.

En sus aproximadamente 100 obras ha tratado de dejar una enseñanza con el fin de que las costumbres y la poesía de su tierra viajen de generación en generación. Cuando compone una canción intenta investigar, buscar el significado de las palabras. Su mayor satisfacción consiste en que sus composiciones ocupen los primeros lugares en los diferentes concursos nacionales en que ha participado.

Los pasillos, las cañas, los bambucos, los sanjuaneros, son su forma predilecta de expresar lo que siente. Por eso Luis Alfonso Lis es estricto consigo mismo, ensaya tardes enteras buscando la perfección y cuando participa en un concurso trata de tener todo bajo control. En los diferentes festivales siempre llama la atención su traje típico que combina a la perfección con el color de su piel y sus manos gruesas de campesino.