MANUELLEÓN CUARTAS

 

De estudiante nunca pudo comprar pinceles por la extrema pobreza de su familia. Su padre, un albañil a quien ayudaba los sábados; su madre, una modista. ¡Ocho hijos! Un tío zapatero con quien aprende el oficio. Y a pesar de tan adversas circunstancias a Manuel León le dio por estudiar primero múica, continuar el bachillerato nocturno y por último pintura.

Ingresó a la escuela de bellas artes de Ibagué en 1956. Los horarios musicales se le cruzaron posteriormente con los de pintura y debió retirarse del conservatorio. Todo o casi todo mediante becas. Cuando se acaban los cursos académicos en Ibagué pasa a la Universidad Nacional gracias a un convenio existente entre los dos claustros. Al concluir sus estudios en Bogotá se vincula a la docencia en la Casa de la Cultura de Cúcuta y cuatro añs después se traslada a la Universidad Pedagógica de Tunja por haber recibido una mejor oferta salarial pero a los seis meses se radica en Sogamoso como dibujante de tiempo completo del Museo Arqueológico y en esa ciudad permanece tres años y medio. Por problemas internos se retira del cargo y se dedica a trabajar en la Cámara Junior. Siempre como docente.

Por esas fechas se crea en Tunja el Instituto Boyacense de Bellas Artes y León, que ha colaborado en la redacción del proyecto, se convierte en su primer director. Otro año y medio. Pero la ciudad natal lo ha estado reclamando en silencio y se presenta a un concurso para maestro de bellas artes en la Universidad del Tolima, gana el concurso y empaca sus maletas para Ibagué Poco después se cierra la Facultad de Bellas Artes, el sarampión político le llega y comienza a participar en grupos de estudio maoistas, del Moir y otros.

Edilberto Calderón, compañero de estudios en la Universidad, le propone pintar cuatro murales en Ibagué por dos millones de pesos del año 1985. A las once de la noche de ese día estaba en la capital del Tolima. Hizo los murales en cuatro meses y entonces se vincula al Instituto Departamental de Cultura. Participa en un nuevo concurso para optar al cargo de profesor en la Universidad del Tolima, lo gana y lleva ocho años como profesor asociado y actualmente es vicerector académico.

De todo lo anterior no puede inferirse que su actividad se haya limitado al campo docente y administrativo. Es un pintor de tiempo completo pero también un teórico avezado y trabaja lenta y concienzudamente. Como todos, ha hecho su buena serie de exposiciones colectivas e individuales, ha ganado premios de importancia y menciones de honor. Ha incursionado igualmente en la arqueología al lado de un gran amigo suyo, César Velandia, también profesor en la Universidad del Tolima. Inicialmente trabajó mucho con el color pero ahora, y tras un buen tiempo dedicado al dibujo con bolígrafo y lápiz, estudia las culturas prehispánicas y está intentando plasmar todo ese mundo plásticamente.

"Yo tengo una imagen muy clara, voy hacia una figuración que he tenido en el campo del expresionismo. Me interesa el movimiento, su secuencialidad. Manejo por un lado la emotividad y por el otro la racionalidad pero en mí predomina más lo racional que lo emotivo. Picasso podía hacer en un mismo día una obra figurativa, otra surrealista, una tercera abstracta y otra cubista. Pienso que así puede ser". En un reportaje concedido a Camilo Pérez Salamanca para el suplemento Voces del semanario Tolima 7 Días, Manuel León afirma que para él, al contrario de otros pintores, pintar no es una tragedia sino el mayor de los goces. "Asevera - dice Camilo Pérez - que todo cuanto ha hecho en su actividad artística ha sido trabajado con rigor y los resultados, como mínimo, son decorosos. Considera que su pintura más lograda es un boga negro que rema con su hijo, obra elaborada en la técnica de sanguina; en cuanto a escultura, una Venus primitiva, en la que un ave sale de la boca de la mujer. Estas fueron obras tempranas en su quehacer artístico".

La antropología es otra de sus pasiones, si acaso no la mayor. La considera "fascinante" porque, dice, "en una vasija de barro, en una estatuilla o en una cerámica, está resumidas las culturas del hombre. Si volviera a nacer - concluye - escogería como profesión la arqueología". Seguramente perdimos un arqueólogo pero nos basta con haber ganado al pintor serio, riguroso y metódico que es Manuel León Cuartas.

Su obra es registrada en varios libros de arte del país y es considerado uno de los mayores estudiosos del arte tolimense. Además ha escrito innumerables artículos críticas sobre arte colombiano e internacional.

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