GERMÁN HUERTASCOMBARIZA

 

Ser autor y ponente de muchas de las leyes que hoy rigen los destinos de diferentes sectores del país como el forestal, el avícola, el ganadero, el agrario e incluso el petrolero, además de desarrollar como Gobernador del Tolima la ley 44 de 1987 que generó un dinámico proceso de industrialización colocando al departamento entre los de mayor proyección en el país, han sido, sin lugar a dudas, tareas de un hombre que entiende la política en su verdadero y único sentido: el de servir a la comunidad.

Germán Huertas Combariza nació en Ibagué el 30 de noviembre de 1948. Hijo de Blanca Combariza y de Alfredo Huertas, importante dirigente del departamento y quien fuera Concejal, Diputado, Representante a la Cámara y Gobernador, inicia sus estudios en el colegio San Luis Gonzaga de donde se retira en el último año de bachillerato para continuarlo en el Instituto del Carmen, en Bogotá.

Terminada su carrera de Derecho en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en 1972, Huertas presenta la tesis Importancia del Control de Cambios en los Países en Desarrollo, presidida por Alfonso Palacio Rudas. Se advierte desde ya su interés por los temas económicos.

Para 1972 se desempeñaba como gerente del Banco de Bogotá en Tuluá (Valle), en un cargo que ocupa por espacio de un año, hasta que su padre lo llama por teléfono para comunicarle su nombramiento como Secretario de Gobierno de Ibagué. Aunque dudó en aceptar debido a la poca estabilidad laboral que le proporcionaba un cargo público, finalmente lo hace e inicia así una brillante carrera política que en pocos años lo ha llevado por diversas e importantes posiciones.

Secretario de Hacienda del departamento en 1974, Director del grupo de asesores de la Cámara de Representantes en 1975, Concejal de Ibagué en 1976, 1978, 1984 y 1986, Contralor General del Departamento desde 1977 hasta 1981 y Representante a la Cámara desde 1982 hasta la fecha, con diferentes cargos en comisión como el de Presidente del Concejo de Ibagué en 1986, Alcalde de Ibagué en 1987 y Gobernador del Tolima en el mismo año y hasta 1989, ha logrado, durante su ejercicio parlamentario, una de las más fructíferas gestiones en favor de su departamento.

En 1977, cuando Huertas se encontraba en Londres dispuesto a iniciar un master en Economía, el gobernador Yesid Castaño lo nombra por decreto Contralor del Departamento del Tolima ante la renuncia del funcionario anterior. No sería la única vez que ocupa este destacado cargo. Elegido por la Asamblea para el mismo durante tres períodos, a Germán Huertas le corresponde fiscalizar a Yesid Castaño, Gregorio Rudas, Cesáreo Rocha y Miguel Merino Gordillo hasta 1981, cuando decide ingresar a la contienda electoral encabezando una lista para la Cámara. Cuatro nombres del grupo que orientaba Alberto Santofimio Botero salieron elegidos de esa lista para el Congreso de 1982.

En sus primeros años como parlamentario no logró brindar un aporte importante a su departamento. Miembro de la Comisión Primera de la Cámara en 1982, 1986 y 1990, en un ejercicio casi exclusivamente académico y en donde se encontraban catedráticos constitucionales como Abelardo Forero Benavides, Horacio Serpa y Alfonso Valdivieso, Germán Huertas tuvo que esperar hasta 1987, fecha en que es nombrado Gobernador del Tolima, para desarrollar los planes que dejaría al departamento en las puertas del siglo XXI.

Sería esta la posición desde donde adelantó un exitoso proceso llamado "Tolima sin Impuestos", desarrollando la ley 44 de 1977 que mereció los más altos elogios de todos los sectores. La ley, de la que fue uno de sus más importantes defensores, buscaba que Ibagué fuera considerado como una de las zonas de riesgo del volcán del Ruíz y, por consiguiente, una región exonerada de impuestos para las industrias que allí se instalaran. El impulso económico que se inyectó a la ciudad y al departamento gracias a esta ley ha sido incalculable.

Desde 1993, cuando se implementa la reestructuración que la Constitución da a la Cámara de Representantes, Germán Huertas Combariza es miembro de la Comisión Quinta Constitucional Permanente, encargada de los asuntos de Minas, Energía, Petróleos, Medio Ambiente y Agricultura.

Autor de diferentes proyectos de ley, entre ellos el reglamentario del ejercicio de la profesión de Ingeniería Forestal que funda el colegio de Ingenieros del ramo, el que establece cuotas de fomento avícola y crea un fondo para el sector, el que determina una cuota de fomento sobre la producción nacional de leguminosas del grano y el que da origen a los distritos turísticos de Melgar, Carmen de Apicalá, Honda y Mariquita, ha logrado ganarse el respeto de los dirigentes gremiales como uno de los voceros y defensores más importantes del sector agropecuario.

Fue ponente y coordinador de la Ley General de Desarrollo Agropecuario y Pesquero, llamada Ley Marco del Sector Agropecuario, actividad por la que fue declarado en el diario El Espectador como la Figura del Día. Aunque los productores advirtieron que no se trataba de la panacea para los problemas que afrontaba el sector, por primera vez en su historia la actividad agropecuaria y pesquera contaba con una ley que desarrollaba los principios cosntitucionales que ordenan brindarle especial protección.

Igualmente fue ponente de la llamada ley Cusiana y de las que tratan sobre adecuación de tierras, fomento ganadero mediante la creación de una cuota, organización de la Corporación Autónoma Regional del Rio Grande de la Magdalena y del actual Código Nacional de Tránsito, entre otras. Pero Huertas no sólo se ha preocupado por convertir los proyectos útiles al país en leyes sino de bajarlos de su pedestal jurídico al lenguaje común de las gentes. Así lo verifican los foros que en todo el país ha realizado sobre el tema agropecuario.

Director del periódico El Cronista en 1986, del diario Combate en 1982, y de la revista Tolima de la Contraloría del departamento entre 1977 y 1981, Huertas cree que, sin ser un hombre de letras, siempre se ha dejado seducir por ellas. El eterno libro de ensayos sobre el desarrollo del Tolima que nunca termina, aún se encuentra semiolvidado en un cajón, esperando un momento en el que los afanes electorales le permitan dedicarse de manera completa a su culminación. Entre tanto, entregado como un padre ejemplar a su hija y a viajar con ella y su esposa cada vez que le es posible, lee con pasión literatura latinoamericana, temas económicos -que son realmente su fuerte- y repasa algunos clásicos de su predilección como Voltaire.

Entusiasta del periodismo, durante su desempeño como Contralor General del Departamento puso especial énfasis en la modernización y regularización en las apariciones de la revista Tolima. No resultaba sorprendente verlo abandonar su despacho para dirigirse a la sala de redacción de la revista a enterarse de su marcha, sugerir alguna modificación en el material, discrepar de ciertos aspectos de la armada, lo cual hacía aún en horas de la noche.

Durante esta etapa se preocupó especialmente por albergar en las páginas de su revista temas de honda actualidad cultural así como por desplegar las necesidades y valores de los municipios tolimenses. En compañía de redactores y fotógrafos Germán Huertas Combariza se desplazaba hasta los más lejanos poblados para ver sobre el terreno la realidad que debía plasmarse en Tolima.

Bajo su dirección, la revista obtuvo un premio departamental por la mejor crónica, un relato de Camilo Pérez Salamanca sobre la vida y la muerte del general liberal Tulio Varón, quien combatiera en la guerra de los mil días y cayera abatido en la famosa batalla de Ibagué.

Un barrio de la ciudad lleva su nombre en agradecimiento por la ayuda que para su realización prestara en forma incansable.

Amante, indistintamente, de Mozart, Sinatra y Benny Goodman, en su orden, Germán Huertas Combariza ha sido uno de los tolimenses que ha logrado demostrar que la política se puede hacer con buenos resultados tanto para su tierra como para el país. Ha participado de manera íntegra en el desarrollo del departamento y busca seguir trabajando por un sector al que considera el más importante de la nación: el campo.

Desde hace algunos años, Huertas Combariza abandonó los códigos y la política por la fotografía, su nueva pasión lo ha hecho recorrer de un extremo a otro el país, registrando con su lente las fiestas populares de ciudades, pueblos y aldeas. Entre los libros de fotografía de Germán Huertas hay dos de gran formato muy importantes: uno sobre el Carnaval de Barranquilla, y otro, publicado en el 2009, sobre el Festival Folclórico Colombiano. En sus obras registra los simples detalles de las fiestas, los ciudadanos de a pie que se gozan a manera de rito sus carnavales.