HISTORIA DEL PERIODISMO

Por Camilo Pérez Salamanca

 

"La imprenta” precursora del periodismo tolimense

La historia del periodismo tolimense comenzó mucho antes que este territorio se llamara Tolima. Nació en 1852 con la aparición de la imprenta, en Ibagué, que por entonces era capital de la provincia de Mariquita y cuando el Tolima aún no existía como división política territorial, geográfica, administrativa o cultural. El Colegio de San Simón, que por entonces era más importante que la misma ciudad y cuyo sueño era convertirse en universidad, importó de Estados Unidos una imprenta muy moderna para su tiempo en donde se imprimían libretas, cuadernos y catecismos, entre otros. Y es que San Simón era el alero académico y cultural en donde se refugiaba la intelectualidad colombiana. Los directivos del establecimiento fundado por Santander en 1822, encargaron al señor Don Ricardo de la Parra para traer de Nueva York ese milagro de la modernidad inventado por Gutemberg1.

Ocho meses después de instalada, los profesores comprobaron que el instrumento difusor del pensamiento estaba siendo subutilizado, por lo que los docentes del claustro como el escritor costumbrista José David Guarín, el escritor y periodista José Manuel Madiedo y el constitucionalista de 1886, Felipe Fermín Paúl, fundaron el periódico cívico La imprenta en 1852.

 

El periodismo de aquella época: ajeno a la realidad histórica.

Finalizando el primer trimestre de 1852 apareció La Imprenta en Ibagué, Dice don Lucio Huertas Rengifo en carta2 presentación al libro: Hitos de la Historia del Periodismo Tolimense en el Siglo Pasado de Don Agustín Angarita Somoza que: “para 1854, cuando Ibagué fue capital de la república, circulaban: “La Imprenta” dirigida por los tres intelectuales anteriormente mencionados, “El Pabellón Granadino” al parecer fundado por otro profesor de San Simón llamado Próspero Pereira Gamba3, “El Boletín Oficial”, órgano del gobierno de la provincia de Mariquita y Ariete, sin director responsable en sus inicos. En 1854 a estos periódicos les pasó por delante la historia o fueron ajenos a la realidad de su tiempo.

En los cuatro primeros años del decenio de los cincuentas del siglo XIX, sucedieron tres acontecimientos de gran magnitud que para el periodismo contemporáneo serían muy importantes, pero que fueron registrados como notas sociales que para entonces no se llamaban artículos si no “sueltos”. Los acontecimientos son los siguientes:

  1. Sobre los incendios de Ibagué. En 1851, según lo registra el libro ”Legislación del Tolima 1815-1985”4, se menciona el decreto del 7 de junio de 1852 “Por la cual se auxilia a los desgraciados que sufrieron los incendios de Ibagué y Piedras. El decreto ordenó auxiliar con treinta y dos mil reales a los pobres de Ibagué que perdieron sus casas en los incendios del año anterior y ordena al gobernador de la provincia de Mariquita distribuir auxilios entre los damnificados de acuerdo a sus pérdidas y al tenor de lo que acuerde la cámara de la provincia, después de aprobado este decreto por la Cámara de Representantes, El Senado de la República y el Presidente de la República José Hilario López. No se dieron más detalles sino referencias tangenciales de la que debió ser una noticia de primera página y que contribuiría a aclarar vacíos sobre la ciudad, tal como lo fueron los continuos incendios que devoraron el centro de Ibagué donde seguramente se perdieron reliquias arquitectónicas y culturales. En el año de 1851, el presidente de la república y el ministro de relaciones exteriores promulgaron el traslado de la capital de la provincia de Mariquita a Ibagué, cuya transferencia administrativa se realizó en 1852, pero igualmente los periódicos no mencionaron nada al respecto, como si esta noticia no fuera significativa en la construcción de nacionalidad. “El Pabellón Granadino” y “La Imprenta” registraron el hecho como un saludo. “El Boletín” y “Ariete” publicaron la ley sin ningún comentario.

  2. La tercer gran noticia se produjo en 1854 cuando el chaparraluno José Maria Melo derrocó al presidente titular José Maria Obando, quien tenía el apoyo de los gólgotas y el gamonalato. Según Gustavo Vargas Martínez5, José María Melo contó con el apoyo de militares, demócratas, sociedades de artesanos e impulsores de las primeras ideas socialistas, igual que lo relata Darío Ortiz Vidales en su libro sobre Melo, La razón de un rebelde. Curiosamente entre los impulsores se encontraba José Manuel Madiedo, autor del libro “La ciencia social o el socialismo filosófico”. Ninguno de los periódicos apoyó el golpe de Melo y al contrario, fueron instigadores al considerar a las Sociedades Democráticas y a los artesanos como no preparados para gobernar La Nueva Granada. Saludaron eso sí que el gobierno depuesto hubiera escogido a Ibagué. Los periódicos, “La imprenta”, “El Pabellón Granadino”, “El Boletín Oficial”, “Ariete y “La voz del Tolima” no expresaron nada de la llegada de Melo al poder, aunque condenaron el golpe en pequeños “sueltos”. Tampoco hicieron mención del nombramiento que hizo el general José Maria Melo del chaparraluno Patrocinio Cuellar como Presidente de La Corte Suprema. Concibieron muy breves reseñas de carácter social. Al “ciudadano General” o “presidente de la Nueva Granada” como lo llaman los círculos democráticos, socialistas y artesanos, aquí sus propios paisanos lo llamaron “Dictador” y “Usurpador”. Melo realizó actos dignos de primera página como la abolición de los monopolios y en Ibagué ni se enteraron. Tal vez se debe a que la ciudad se convirtió en fortín genuflexo del gobierno depuesto. Periódicos que se bautizaron “oficiales” -es un decir porque aunque la aristocracia santafereña se trasladó a la recién designada capital de la provincia de Mariquita, no se encuentran en las páginas de dichos diarios muchos elogios con los nuevos inquilinos de Ibagué, ni desbordadas diatribas con el gobernante chaparraluno-. En la hoy capital del Tolima se instaló el gobierno en el exilio, más conocido como “el Gobierno de Ibagué”, que la designó como capital provisional de la Nueva Granada. El colegio San Simón ubicado en el centro de la ciudad, hoy carrera 3º entre calles 11 y 12 donde está ubicado el Banco de la República y la Biblioteca Darío Echandía, se adecuó como sede de gobierno. Allí se instaló el vicepresidente José de Obaldía con funciones presidenciales, El Senado, la Cámara de Representantes y La Corte Suprema de Justicia. Desafortunadamente, ni el libro la Legislación del Tolima 1815-1895 ni los periódicos analizados incluyeron estas leyes. Periódicos nacionales como “El Neogranadino” y “La Opinión”6 de Bogotá publicaron algunas de ellas. Este autor destaca la ley de salinas para explotar las minas de sal en Ibagué y Neiva que hasta el momento no se tiene la menor idea de dónde quedaban, generando desde luego un vacío para los investigadores, por ausencia o pobre periodismo que concibieron aquellos precursores.

La imprenta y El pabellón granadino abrieron el camino a un periodismo moderno.

“El Pabellón Granadino” fue el segundo periódico en publicarse en la provincia de Mariquita. Se trataba de un quincenario plagado de avisos en cuyas ediciones consultadas en la hemeroteca nacional, no aparece responsable ni director. Sin embargo, en periódicos de su época se menciona como propietario a Próspero Pereira Gamba. En un suelto aparece la corresponsalía de un ciudadano de Ibagué, publicado en “La Opinión” 7que dice: “El Pabellón Granadino” del profesor Próspero Pereira Gamba8 docente de San Simón, publicó un libro bajo el título: La Invasión a Ibagué, algunos de cuyos textos los publicó en su periódico. El primer número está fechado en Ibagué, capital de la provincia de Mariquita, Nueva Granada, 15 de mayo de 1852. Por la inestabilidad política, el cierre temporal de San Simón para ceder el claustro como baluarte del gobierno y la trashumancia de sus promotores; La Imprenta y El pabellón Granadino tuvieron una vida relativamente efímera, pero abrieron el camino para el tránsito de nuevas ideas con las que se ha modernizado el periodismo.

 

Nuevos pasos para una épica de tinta.

Mariquita en la Nueva Granada fue Provincia, Estado y República Soberana con presidente, congreso y constitución en pleno corazón del virreinato. En desarrollo de la provincia nació el periodismo tolimense como está dicho, pero no fue influyente ni en los procesos libertarios, ni en el guardar la memoria de aquel tiempo. Sin embargo, es necesario reconocer que dio los primeros pasos en la construcción de esa épica de tinta en tiempos tan convulsionados. Mariquita no tuvo estabilidad, desde el ordenamiento de la Nueva Granada sino hasta el 12 de abril de 1861, cuando el general Tomás Cipriano de Mosquera, viajando victorioso entre Guaduas y Bogotá, expide en la hacienda “El Raizal” el decreto Nº1 por el cual crea el Estado Soberano del Tolima. Este era un clamor de la región y según Darío Ortiz Vidales, para compensar a José Hilario López por su apoyo en la recién terminada guerra.

Los periódicos que circularon durante la existencia de Mariquita fueron: La Imprenta, fundado en Ibagué en 1852; El Pabellón Granadino, Ibagué, en 1852; El Boletín oficial, Ibagué, en 1854; La Voz del Tolima, Honda, en 1854; El Boletín Popular del Tolima, Ibagué, 1860; El Boletín de Cundinamarca, en 1861 (del que se realizó sólo una edición para publicar el decreto Nº 1 del 12 de abril, que creaba el Estado Soberano del Tolima.) y Ariete, Ibagué, 1854.

 

El periodismo en los veinticinco años del Estado Soberano del Tolima.

El Tolima nació a la vida colombiana el 12 de abril de 1861, luego de una contienda bélica y por voluntad del general Tomas Cipriano de Mosquera, quien recogió el querer de los habitantes del antiquísimo Metaima que seguían llamando a este territorio con la palabra caribe, Tolima. Con la organización del Estado Soberano del Tolima aparecen nuevos periódicos, desaparece el Boletín Oficial creado en 1854, pero cinco años más tarde para publicar documentos oficiales sale de nuevo El Boletín Oficial del Tolima y en 1866 se crea la Gaceta del Tolima. En 1867 vuelve a crearse el Boletín Oficial (sin el Tolima), y El Constitucional en 1865 de vida efímera, apareciendo nuevamente en 1870.

La forma más remota que este periodista ha encontrado, se remonta a los manifiestos de José León Armero en Honda y Mariquita, los de Egidio Ponce en Ambalema y Nicolás Buenaventura en Ibagué. Estos manifiestos no eran periódicos sino pasquines grabados en tablilla debido a la falta de imprenta y a la escasez de papel en todo el territorio de Mariquita.

El 6 de abril de 1872, siendo el Guamo capital del Estado Soberano del Tolima, apareció en esa localidad El Expectador (así con equis), aunque después del quinto número algún lector les hizo saber que era El Espectador (con ese), por lo que corrigieron el error ortográfico sin ninguna explicación. El Expectador tampoco trae en su bandera nombre de ningún director, editor o responsable9, aunque en el informe rendido por el jefe del Estado Soberano del Tolima del 1º de octubre de 1873, “la asamblea legislativa reunida en el Guamo, cuyos documentos se reúnen en 30 páginas, se lee imprenta del Estado a cargo de Ramón Galeano,10 lo que hace indicar que era el responsable o editor del Expectador. Todos los periódicos encontrados del periodo del Estado Soberano eran oficiales y dedicados a publicar ordenanzas, acuerdos, decretos y resoluciones del gobierno.

Observando el libro de Camilo Francisco Salas Ortiz sobre el periodismo en el Huila, encontramos que en Neiva “Durante este periodo ocupan un puesto destacado los periódicos oficiales destinados a publicar los actos administrativos y providencias judiciales, si no también a divulgar conceptos y políticas gubernamentales”. Una muestra de ellos son: Crónica judicial, Alto Magdalena, Boletín Popular del Tolima, Gaceta del Tolima, El Registro Oficial, El Municipal, La Escuela, Revista Judicial, Boletín Oficial, Registro Oficial, El Bien Público, Crónica Forense y La Cátedra11.

 

Nace el departamento del Tolima y un periodismo más a tono con los tiempos de entonces.

En 1886 desaparece el Estado Soberano con el nacimiento del departamento del Tolima al aprobarse la constitución de 1886 y un nuevo periodismo aparece aunque menos clerical y más librepensador. “Son las formas de pensamiento contra las que chocan muchos propósitos de los dirigentes de la administración”12.Los periódicos eran los vehículos de penetración ideológica de las élites locales, repartidas en los partidos dominantes y en un clero que tenía posiciones tan atrasadas y oscurantistas, que para ellos la ilustración era demoníaca como lo veremos más adelante. La actividad periodística, dice Camilo Francisco Salas Ortiz, recibe un fuerte impulso dinamizado por las orientaciones papales desde Roma13. León XIII y su sucesor se habían empeñado en una fuerte batalla contra las ideas liberalizantes y socializantes que recorrían Europa y trazaban directrices para impedir el acceso de dichas corrientes. Por eso se organizaron las cruzadas de la prensa católica, baluarte de contención contra las ideas pecaminosas14. Afirma igualmente el historiador citado que en el Huila cuando era Tolima aparecieron entre otros: El Bien Social, Dios y César, La Defensa, La Lid, El Símbolo, El Obrero Católico, El Eco del Vaticano, La Razón, Los Andes, Triquitraque, Hojas, El Sagrario, El Ciudadano, La Hoja de los Andes, La Voz Juvenil, El Impulsor, El Porvenir; publicaciones a las que las une el interés por defender los principios religiosos. Fue tanta la influencia de la iglesia católica en los periódicos que a veces se pasaba a la usanza criminal, como este relato que trae el “Cronista” del 9 de julio de 1913, que a su vez toma del “Industrial” de Manizales: Marcelino Arango exgobernador de Antioquia, conservador con sangre azul en las venas, hizo el siguiente relato: “…Terminada la guerra de 1876, me confesé con un sacerdote tolimense radicado en Ibagué, ciudad que visitaba. Yo consideraba santo ese sacerdote y le dije: Padre, odio de muerte a los liberales, los considero unos verdaderos demonios, paso noches enteras pensando cómo debemos destruir esos ejércitos de collarejos apóstatas. Pero un día reflexionando sobre el evangelio me dije, si Dios perdona nuestros pecados nosotros también tenemos que perdonar a nuestros deudores. Esta reflexión me hizo ir donde el sacerdote que creía santo, le expliqué la enfermedad de mi alma y con una ternura angelical me dijo: Tranquilo hijo mío, que matar liberales no es pecado, ojala pudiéramos acabar con toda esa recua de liberales. Yo regresé a mi aposento, pensando que de verdad aquel sacerdote era santo”15.

 

Entre 1886, nacimiento del departamento del Tolima y 1900, el periodismo empieza a caminar.

Con el nacimiento de una nueva centuria, la del novecientos, finaliza el siglo de las guerras y de los generales gobernantes en la construcción del país sobre la humareda y los cadáveres de los inocentes. Durante el siglo XIX, estas tierras que hoy son Tolima y Huila vivieron la más azarosa inestabilidad política y administrativa. Colonia, Patria Boba, Luchas de Independencia, guerras civiles por razones partidistas. Tanta sería la inestabilidad que Mariquita fue Provincia, Estado y República y llegó a tener las tierras de los hoy Huila y Tolima y en una oportunidad le anexaron las del Cauca y Nariño, lo que hizo que limitara con el Ecuador, sin contar aquí los anexos, cantones y separaciones de otros. Durante la Federación y Estado del Tolima, con solo veinticinco años, tuvo una guerra o alistamiento contra el Estado de Antioquia por líos de fronteras, cuando los paisas corrieron hasta el Gualí la suya con el Estado Soberano del Cauca, arriba de Chaparral y con Cundinamarca en Icononzo y Fusagasuga.

Cerca de diez guerras civiles como la de los “juanchos” y media docena de golpes de Estado, son parte de los muchos acontecimientos hoy sin registro documental por la ausencia de archivos y periódicos. De todas maneras observo estos periódicos gracias al centro documental de la Hemeroteca Nacional, a la investigación y clasificación de la bibliotecóloga Magdalena San Martín Granada, a los libros “hitos de la historia del periodismo en el siglo pasado (XIX), de Agustín Angarita Somoza, Historia del Periodismo Huilense de Camilo Francisco Salas y Breviario del periodismo tolimense de Camilo Pérez Salamanca.

Hoy podemos reconocer los periódicos: Registro Oficial 1886, Repertorio de Instrucción Pública 1887, Crónica Judicial 1888, El Federalista 1889, El Estudio 1889, El Bazar 1890, La Hoja 1893, La Lucha 1893, Alcalde al Registro Oficial 1894, Anales de la Asamblea (Tolima) 1894, La Tregua 1895, El Eco Andino, Registro Municipal 1896, La Verdad 1897, La Opinión 1898, La Concordia 1889, La Concordia Nacional 1889, La Iglesia del Tolima 1899.

Por su parte, La Voz del Tolima como periódico ha tenido varios periodos. Circuló por primera vez en Ibagué en 1859 y según el periodista Agustín Angarita Somoza16, era un órgano oficial que sólo se ocupaba de los actos de gobierno. La voz del Tolima de Honda, 1896, de acuerdo a la misma investigación, menciona que sólo salieron allí 18 ediciones, figurando como su propietario director Celio Guzmán S. Es de señalarse que La Voz Del Tolima lanzó la candidatura presidencial en Honda del general Rafael Reyes cuando este era vicepresidente. También circuló en Honda La Unión Nacional en 1886, como órgano de la Unión Patriota en este puerto sobre el río Magdalena y bajo la dirección de Juan C. Restrepo17. El Vapor de Honda, 1857, órgano del alto y bajo Magdalena18. Aparecía como redactor el intelectual Próspero Pereira Gamba. Figura también La Gaceta del Tolima editada en Natagaima en 1863 durante el tiempo que ejerció como presidente del Estado el chaparraluno Eugenio Castilla y parte del siguiente periodo de Clímaco Iriarte. El medio impulsó la candidatura del radical Nicolás Esguerra, quien nunca pudo gobernar el Tolima. El periodista Angarita Somoza19, nos trae: El Tolimense, fundado en Natagaima en 1865, El Progreso, periódico comercial y noticioso fundado en Honda en 1866, El Constitucional ya mencionado atrás, se fundó en el Guamo, pero desde 1868 continuó editándose en Ibagué, y estuvo al servicio del gobernador del Estado Soberano del Tolima Uldarico Leiva. Así mismo registra Amor Patriótico, fundado en Honda en 1875 por el señor E. N. Treffry, El Siglo, de Honda en 1893, fundado por Santander Galofre e Isidoro Burgos, activistas del liberalismo radical. Al mismo tiempo nos refiere El Salto de Honda 1899, dirigido por Virgilio Leiva, El Filólogo, en Honda, fundado por José Maria Lizarralde y la aparición en 1898 de La Voz del pueblo, en Honda, figurando como responsable Aníbal Samper. El Gualí fundado en la misma ciudad en 1889 por Alejandro Vanegas, La Serpiente, fundado en Honda en 1899, quincenario que era de Aníbal Villa Navarro, La Juventud de Honda, fundado por el periodista José Maria Lizarralde en 1894, El Registro Municipal de Honda fundado en 1894 por el concejo municipal. Hasta aquí la relación de Agustín Angarita Somoza20.

Los periódicos que más circularon en Ibagué, Guamo, Natagaima y Neiva eran los que llevaban o traían los arrieros, finalizando el siglo XIX. Entre otros fueron “Anales de la asamblea”, “Gritos de Pueblo”, “Crónica Judicial del Tolima”, “El Deber” periódico ligeramente contestatario que al parecer salió en Gigante y luego en Neiva bajo la dirección de Ramón Alvira, “El Repertorio de Instrucción Pública” que surgió dando cumplimiento a lo ordenado por el decreto 578 del 9 de mayo de 1887 del gobernador Manuel Casabianca destinado a la instrucción religiosa, “EL Estudio”, de Don Celedonio Céspedes y Luis Rengifo, y “El Cancerbero” de N. Santofimio21.

Paralelo a estas producciones periodísticas de Ibagué, Honda, Purificación y Guamo, es necesario registrar los periódicos de Neiva, por cuanto estas tierras pertenecieron al Tolima hasta 1905 en que las separaron para conformar el departamento del Huila. Son algunos de ellos El Huila y la Luz del Tolimense, José Maria Rojas Garrido, (La Luz es un periódico bastante significativo para los investigadores sociales de hoy que analizan la región “Tolihuilense”), El Centinela de Campaña, El Relámpago, El Nuevo Mundo, La Unión Liberal, La Estrella del Tolima, El Vigilante, La República, La Armonía, La Buena Nueva, El Lector, La Reintegración, La Grilla, El Grillo, El Impulso, El Universitario, La Gaceta del Huila, La Gaceta de Neiva, Provincia del Sur, La Educación, Ecos del Vaticano, El Sagrario y El Foro de Neiva. Estos periódicos del Tolima Grande tenían influencia de los directorios políticos y de la iglesia, es decir dominantes en lo político y lo religioso cumpliendo la penetración ideológica sobre grandes masas analfabetas. Se sabe que en las grandes haciendas del sur del Tolima se buscaba entre los peones a un “lunguero” alfabeto a quien preparaban como lector del periódico para que en las noches antes del juego de dados les leyera a los trabajadores el periódico traído por el hacendado. En las haciendas se esperaban como una golosina que traían los arrieros. Hubo algunos que se leían con cuatro o seis meses de retraso, pero la información no parecía envejecer.

 

Los tolimenses que en el siglo XIX ayudaron a construir la torre del periodismo colombiano

Los mariquiteños y tolimenses que contribuyeron durante el siglo XIX a construir un periodismo nacional fueron José Maria Samper, de Honda, fundador del Nuevo Tiempo, un poco precursor al Tiempo de los Santos, José Maria Rojas Garrido, Francisco Eustaquio Álvarez, Manuel Murillo Toro y Aníbal Galindo y los colombianos Próspero Pereira Gamba, Manuel Ancízar y Salvador Camacho Roldan, entre otros. Los mariquiteños Samper, Galindo, Murillo, Rojas Garrido, y Álvarez en 1849 cuando en Mariquita o Tolima no se había publicado el primer periódico, eran periodistas nacionales reconocidos.

José Maria Samper Agudelo creó en Bogotá un periódico insigne del siglo XIX como lo fue El Republicano, donde firmaba los sueltos o artículos con los seudónimos de Jeremías Páramo y Juan de las Minas. Este político, periodista y escritor, fue redactor del periódico Pasatiempo durante uno de los destierros que sufrió. Fue corresponsal del Comercio de Lima, desde Paris, firmando como Bertilda en homenaje a su hija poeta fallecida en Colombia. En otro de sus destierros fue al Perú, redactó y editó El Comercio, viviendo allí exclusivamente del periodismo. A su regreso al país escribió un libro sobre el quehacer periodístico.22 Dice Samper: “…la prensa es el termómetro de la sociedad, de la situación moral de los pueblos, no tanto por lo que dice, cuanto hace por su carácter o deja de hacer por conveniencia, como la actitud que asuma ante los acontecimientos. Cuando la prensa se hace silenciosa, se aprovecha de la vida privada y se hace irresponsable, contra difusora de la verdad, ello es el anuncio de la corrupción general de las costumbres o cuando la verdad aparece distorsionada, cuando brota apasionada, sangrienta, es el anuncio de una revolución que viene. Cuando es aduladora, insustancial, afeminada, revela una tiranía que pesa sobre la sociedad23”. Samper publicó en periódicos El Suramericano, El Nuevo Tiempo, El Tiempo, La Nación, El Deber, El Pasatiempo, El Porvenir, La Unión Colombiana, La Paz, El Edén, El Neogranadino, La Unión Colombiana, La Reforma, La Gaceta, La Opinión, El Vapor, El Comercio de Lima (Perú) y en Siecle y pres en Paris.

Agripina Samper de Ancízar, hondana, hermana de José Maria y esposa de Manuel de Ancízar, fundó con su cuñada Soledad Acosta de Samper, en 1886, la revista Mujer que causó hilaridad entre la sociedad bogotana, pues cuando la mujer no era ciudadana y para obtener herencia debía contraer matrimonio para que su marido fuera su albacea. Agripina y Soledad también publicaron una revista literaria. José Maria Rojas Garrido, por su parte, fue cofundador del Nuevo Tiempo y de La Luz y EL Huila. Manuel Murillo Toro cofundador del Nuevo Tiempo y fundador de la Gaceta de Santa Marta. Diego Fallón, poeta, editor, ingeniero, músico, profesor, periodista, compositor de bambucos como “El Saboyano” inventor de un sistema de lectura musical, además le incluyó a la bandola una cuerda más, fue el editor de la revista Mosaico y de varios periódicos literarios. Eustaquio Álvarez, igualmente, aparece como cofundador del Nuevo Tiempo donde expresó su pensamiento. Aníbal Galindo, cofundador del Nuevo Tiempo donde su impronta personal quedó en temas económicos, constituyéndose con Felipe Fermín de Vargas y Salvador Camacho Roldán en los más avezados economistas del siglo XIX. A esta pléyade es necesario agregar el nombre de Nicolás Esguerra de familia netamente tolimense y quien nació en Fusagasugá por un incidente materno. Esguerra fue varias veces secretario de despacho en las gobernaciones del Estado Soberano del Tolima, considerado por López Michelsen como el último radical. Fue candidato presidencial en 1914, por el republicanismo, animó la creación de varios periódicos en el departamento y es considerado un gran periodista conceptual.

 

La guerra de los mil días y el periodismo.

La primera noticia que alumbró el siglo XX fue la guerra de los mil días que estalló en 1899. Los periódicos que circularon antes de la guerra se clausuraron, pero los liberales alzados en armas contra el gobierno y los conservadores gobernando, entendieron que estos medios eran vehículos de información y una herramienta ideológica de adoctrinamiento. El gobierno publicó El Boletín de Guerra, en su primera edición bajo la dirección de Edmundo Vargas, quien años más tarde fue gobernador del Tolima. Los siguientes números aparecieron bajo la orientación de los jefes militares Toribio Rivera y Nicolás Perdomo. Para “el análisis de la guerra de los mil días” “la guerra de los tres años” o “La guerra del novecientos”, es indispensable su consulta. Nace “Revolución”, órgano oficial de las guerrillas del Tolima dirigido por “El León del Cauca”, Avelino Rosas, un combatiente con principios “internacionalistas” que peleó en Cuba por la libertad de esta isla al lado del general Antonio Maceo Grajales en la revolución de 1895. Escribió El Manual de Guerrillas y trajo de Cuba una pequeña imprenta que llevó a la guerra en el Tolima. Este periodista adquirió en el pabellón del Carmen en Girardot un arrume de periódicos viejos donde venían dos ejemplares de Revolución, los que por solicitud de Polidoro Villa, director entonces de la biblioteca Darío Echandía del Banco de la República, le fueron donados. Allí se narra en su primer ejemplar el asesinato del general Tulio Varón en septiembre de 1901 y los vejámenes realizados contra su cuerpo, impidiendo su entierro en el cementerio católico al considerarse el peor bandido que había dado la tierra. En el segundo se informa de las acciones de guerra que califican de crimen de Estado por la muerte del coronel Ismael Santofimio. El gobierno dijo que había sido dado de baja en la batalla de Purificación, pero Revolución sostiene que el coronel fue capturado vivo por las fuerzas gubernamentales en tal ofensiva y agrega que “El escuadrón Santander entró después a liberar a uno de sus jefes. Lo de Santofimio fue un crimen atroz ordenado por el general Toribio Rivera, tres días después de su captura, en venganza a los numerosos golpes dados por el escuadrón Santander24. Es menester decir que Revolución era una publicación clandestina que se escribía sobre la culata de los fusiles. Don agustín Angarita reseña el salto de Honda, órgano de fraternidad hondana, fundado en 1899, bajo la dirección de don Virgilio Leiva. Al estallar la guerra de los mil días se convirtió en vocero del liberalismo y sufrió toda clase de persecuciones, siendo fusilado en 1902 en la plaza del Carmen de la misma ciudad.

 

El periodismo en la hegemonía conservadora: Clericales furibundos y come curas de palabra.

Terminada la guerra de los mil días, el Tolima quedó sumido en una postración económica, moral e intelectual. En medio de un periodismo profundamente clerical, surgió El Cronista, de los librepensadores, bastante come curas. Además del Boletín de Guerra, Revolución y El Salto, en los treinta años de hegemonía conservadora, aparecieron los siguientes: Libertad y Orden 1901, Registro Oficial 1903, El Combeima 1903, Letras 1905, El Renacimiento 1905 de Ernesto Saravia Meneses, la revista Tropical 1906, fundadores Manuel Antonio Bonilla Revellón, La voz Católica 1906, El Tolimense 1906, El Nuevo Tolima 1907, El Judicial 1908, El Boletín Diocesano del obispo de Ibagué 1908, Gaceta Departamental 1908, Revista Tolima director Martín Pomala 1909, Revista Escolar 1909, La Cohesión director Mariano Melendro Serna 1909, El Centenario 1910, Hojas Sueltas responsable los sacerdotes José Maria Calvo y clérigo López, Gaceta Departamental 1910, La Unión 1912, anales de la asamblea 1912, El Cronista, fundador Aníbal Quijano Gómez, El Dardo 1913, El Orden 1913, La Acción Social 1914,El Municipal de Ibagué 1914, El Debate fundador enrique Vélez, El Anunciador 1916, La Defensa 1917, El Correo del Tolima 1919, El Carmen 1923, Revista Penal 1928, Boletín de la contraloría del Tolima 1930, La Voz de Centro, que se editaba en el Guamo por Sixto Meneses y Julio Rincón Bonilla y el Catequesis que fue famoso porque lo voceaba “Pericles“ quien creía que el partido conservador era el partido de Dios y que El Cronista se editaba en los infiernos por hombres demonios que vomitaban fuego.

 

El Cronista: la cátedra del periodismo independiente.

En la mitad del siglo XX la cátedra de periodismo moderno la dio el semanario El Cronista, crítico, incisivo, audaz, anticlerical, en una ciudad acostumbrada a un periodismo confesional. Se está cruzando por una plena hegemonía conservadora, en un país pastoril, casi semifeudal, muy atrasado, que había acabado de salir de la última guerra civil que dejó empobrecida la nación y con un saldo asombroso de muerte. El director fundador de El Cronista, el libanense Aníbal Quijano Gómez, se inscribió como librepensador crítico de la tiranía y reunió a su alrededor a lo más granado del pensamiento liberal: Alberto Castilla Buenaventura, Segundo Santofimio, Enrique Isaacs, Carlos Carvajal. El Cronista fue atacado sin piedad por el clero de Ibagué, ofreciéndose las arremetidas desde los púlpitos y los periódicos como Hojas Sueltas dirigido por el sacerdote José María Calvo, donde pedía a sus lectores arrojar los perros muertos a los solares de las casas de los sacrílegos de El Cronista. Hojas Sueltas publicó a finales de Julio en 1914 este texto: Leer El Cronista es pecado25:

“…es bueno que sepan los católicos que no se puede leer El Cronista, sin pecar, ni enterarse de los cables que informan noticias de guerra mundial, si quieren leerlas, ahí esta el diario El Debate, periódico serio que sí se puede leer. Un periódico prohibido como el Cronista no se puede leer sin caer en pecado. Un periódico prohibido no se puede leer así traiga novenas de santos26.

En el periódico Hoja impreso en la imprenta católica de Ibagué, que se repartió entre marzo y abril de 1913, la diatriba católica contra el Cronista y los liberales se debió a que este periódico publicó un “suelto” con colaboración de uno de sus lectores en el que decía, que la única y verdadera divinidad creadora del universo era Dios. Ninguna escritura sagrada le ha dado a los sacerdotes, la representación en la tierra del arquitecto universal. No se deben adorar pinturas, ni esculturas de santos, que podrían ser hasta arte pero no divinidad celestial. Pedirle a un santo no pasa de lagartearle al que no es. Ni siquiera la virgen, que es un ser histórico, madre de otro ser histórico.

Este suelto encolerizó al clero y contestó en “Hoja” que repartió en Ibagué Purificación, Neiva y Gigante “…católicos concentristas (el término se le endilgaba a una de las dos fracciones en que estaba dividido el partido conservador, el directorio concentrista lo acaudillaban Luis Virgen Gonzáles, Maximiliano Neira Diago, Manuel Antonio Bonilla, avivados por monseñor Ismael Perdomo; la otra vertiente conservadora estaba liderada por el general Adriano Tribín Murcia y Lázaro Cárdenas.) Roguemos a Dios que vengue dignamente los ultrajes hechos a la santísima virgen María, por los sacrílegos liberales de los demonios del Cronista, que estos impíos sean castigados. Que alejen estos presitos de las urnas electorales, que castigue con rayos del cielo o la lepra aterradora de la tierra, que los hunda para siempre en el fuego del infierno27.

En la edición de El Cronista de esta época se denuncia que los Hermanos Maristas entregaron a los niños una pequeña oración titulada La Bandera Azul es la bandera de Dios. “…si mis padres me impiden ser conservador los odiaré. Los abandonaré si necesario fuere, a fin de andar por el buen camino y salvarme, Señor ten compasión de mi padre, de mi madre y mis hermanos que andan por el mal camino, detesto al partido liberal y quiero vivir y morir bajo la bandera azul que es la bandera de Dios…”28.

En 1915, Aníbal Quijano Gómez entregó al círculo liberal de Ibagué el periódico. Continuo como director pero se vincularon a él Enrique Vélez del partido republicano donde fundó el diario El Debate, primer diario que conoció Ibagué y Mariano Melendro del mismo partido donde había fundado Cohesión. La iglesia intentó excomulgar a Enrique Vélez, Aníbal Quijano, Alberto Castilla, Segundo Santofimio y Carlos Carvajal.

Al iniciar la campaña de la construcción en Ibagué de la primera escuela laica en 1917, 77 niños fueron excomulgados por haber sido matriculados en la escuela Manuel Murillo Toro de los librepensadores. Según registra El Cronista29, al año siguiente se matricularon cien niños a pesar de la excomunión.

“…El Cronista entre 1911 y 1916 fue dirigido por Aníbal Quijano, entre 1916 y 1922 dirigido por Enrique Vélez, en 1922 y 1924 estuvo a cargo de Alberto Castilla y después del maestro hubo una directiva dual entre Rafael Díaz Martínez y Luis López Díaz, quienes fueron remplazados por Cesáreo Rocha Castillo y Lucas Molano Daza, los que dirigieron el semanario hasta 1930. En 1927 el Cronista denunció una serie de anomalías en el gobierno de Félix Maria Reina. En retaliación, el gobernador y el secretario de gobierno encarcelaron al periodista Julio Ocampo Vásquez. El Cronista protestó ante el gobierno local y nacional por este abuso y contó con el apoyo de El Tiempo y El Espectador que se solidarizaron por los atropellos a los periodistas del Tolima. Intervinieron ante el presidente de la república Miguel Abadía Méndez, Segundo Santofimio, presidente del directorio liberal del Tolima y Nemesio Camacho, presidente nacional del partido liberal, a más del abogado del periódico Alfredo Gómez Díaz. El presidente dictó el decreto # 707 de 1925 con artículo único que decía: “…Para garantizar el orden público y la seguridad social, en ningún caso se extiende para los efectos de prensa…”, El periodista Julio Ocampo Vásquez alcanzó la libertad con este decreto y salió como héroe al ganar la batalla contra el gobernador y su secretario de gobierno.

El Cronista igualmente organizó una campaña de destitución contra el gobernador Félix Maria Reina y su secretario de gobierno David Rincón Bonilla. Obtuvo un resonante triunfo al lograr la remoción de los funcionarios por parte del presidente de la república. La libertad del periodista, la celebración con banda, voladores, tertulia y editorial.

El cronista desaparece en 1934 y vuelve florecer en 1962 en una sociedad de la que hacían parte Rafael Caicedo Espinosa, Rafael Parga Cortés, Diego Castilla Duran y Pablo Casas Santofimio, entre otros, llegando hasta 1974 cuando fue asfixiado económicamente por las peleas politiqueras en la región30.

 

El periodismo en la República Liberal

El partido conservador luego de cuarenta y cuatro años de gobierno, conocido en la historia como la hegemonía, cayó en 1930 tras diversos hechos como la matanza de las bananeras en 1928, el asesinato del estudiante universitario Gonzalo Bravo Pérez, la pauperización del país, la división conservadora, entre simpatizantes de Alfredo Vázquez Cobo y Guillermo Valencia. El partido liberal, desaparecido del gobierno durante media centuria, se convirtió en alternativa de poder dando inicio a la república liberal. A partir de 1934 aparecen en el panorama colombiano una nómina luminosa de tolimenses, para el asalto al poder, veamos nombres: Alfonso López Pumarejo presidente, ministros y encargados de la presidencia, Darío Echandía y Carlos Lozano y Lozano, ministros Antonio Rocha Alvira, Rafael Parga Cortés, Alejandro Bernate, Alberto Camacho Angarita, José Joaquín Caicedo Castilla, Fabio Lozano y Lozano, Fabio Lozano Torrijos, embajador y negociador ante el Perú. Mariano Melendro Serna, gobernador y gerente de la flota mercante que era casi otro ministerio, Mario Laserna Pinzón rector de la universidad nacional además de poetas como Juan Lozano y Lozano, Germán Pardo García y Arturo Camacho Ramírez.

Estos son los periódicos de esa época:

El conservador de Juan Maria Arbeláez, La idea 1931, El vampiro, La opinión, de Gregorio Salas 1931, Tolima Liberal, responsables, Rafael Parga Cortés, Alberto Camacho Angarita 1932, El Crisol 1932, Tolima Social 1933, Orientación liberal 1933, El faro 1933, Revista de Derecho 1933, Revista Arte órgano oficial del conservatorio de música, director Manuel Antonio Bonilla Revellón 1934, Mensaje del gobernador, 1933, La oposición 1934, Anuario Estadístico 1935, Revista de la Cámara de Comercio 1935, El Derecho de Juan Maria Arbeláez y Floro Saavedra Espinosa 1935, Revista Cultural de Ibagué 1935, El Tolima, director Vicente Gaitán (quien fue el segundo propietario de la emisora ecos del Combeima fundada por Nicolás Rivera a principios de la década de 1930), periódico al servicio del liberalismo 1936, El Bodegón, de Jacob del Valle 1934. Debe señalarse que esta hermosa revista es barranquillera y la edición 297 del 17 de diciembre de 1935 está dedicada en su totalidad al Tolima. Allí hay un artículo de Alberto Castilla sobre el conservatorio que se lee: “…En el conservatorio tiene asiento el centro departamental de historia y trabaja en la poderosa estación radiodifusora “Ecos del Combeima”; la emisora la fundó el comerciante Nicolás Rivera, su primera sede se ubicó en el antiguo llano de los Álvarez, caserón de la hacienda donde una centuria atrás se hospedara el Varón de Humbolt. En este sitio se construyó años después el club Miramar. Graciano Boada un memorioso de Ibagué, cuenta que se hizo una fiesta babilónica con la presencia del cantor y precursor del vallenato Guillermo Buitrago. De Bogotá trajeron cuatro o cinco radios y las multitudes se reunían frente a estos cuadrantes a oírlos hablar o cantar, sin que pudiese explicarse la magia del sonido. La vida de Ecos del Combeima fue un poco efímera puesto que en 1938 fue vendida a unos radiodifusores antioqueños, que al parecer dio origen a la voz de Antioquia. Según narra el periodista Jorge Álvarez Agudelo, en 1944, finalizando la república liberal, Don Luis Martínez funda la emisora La voz del Nevado que viene a llenar el vació radial. Durante los 60´s esta emisora estuvo bajo la orientación de la familia Martínez. A finales de los cuarenta don Camilo Raful refunda la emisora Ecos del Combeima.

 

La violencia y el terror para el periodismo de oposición

Los desaciertos en la segunda administración de López Pumarejo, la renuncia de este al poder ejecutivo, la terminación del periodo de Alberto Lleras Camargo, la división del partido liberal, entre partidarios de Jorge Eliécer Gaitán y Gabriel Turbay, hizo que el partido liberal perdiera el poder en 1946. Lo asumió Mariano Ospina Pérez quien trató de hacer un gobierno de reconciliación aunque la oposición arreció y los ánimos se exasperaron. Jorge Eliécer Gaitán, quien era candidato liberal para el periodo de 1950-1954, fustigaba a la oligarquía colombiana y lograba movilización impresionante de masas. El 9 de abril de 1948 es asesinado el caudillo en Bogotá, originando una ola de violencia que sacudió ciudades entre ellas Ibagué. El presidente Ospina Pérez conjura la rebelión nombrando a Darío Echandía como ministro de gobierno, pero el tolimense ocupa ese cargo por un escaso año al ser escogido como candidato presidencial para el periodo 1950-1954. El partido liberal denuncia propósitos de fraude y la entrega de 300.000 cédulas en zonas conservadoras, se realizan atentados a liberales en el Congreso de la República, en el directorio liberal de Cali, a Palacio Rudas en Caldas y se asesina en Bogotá a Vicente Echandía, hermano del candidato liberal.

La dirección de este partido ordena retirar a su candidato argumentando falta de garantías. El partido conservador llega solo a las elecciones y el candidato Laureano Gómez Castro gana las votaciones al no tener contendor.

Durante estos dos cuatrienios aparecen los siguientes periódicos: Higiene y Sanidad 1938, Ibagué, 1939, la revista San Simón 1941, Tribuna, 1947 y más tarde Héctor Echeverri Cárdenas en 1951 lo convierte en Tribuna Gaitanista.

En los tres primeros años de ese cuatrienio la violencia partidista se agigantó en Colombia especialmente en el Tolima, Valle y Caldas, produjo grandes migraciones del campo a la ciudad y aquellos desplazados fueron llamados los exiliados de la violencia. Tribuna Gaitanista no escapó a las persecuciones y salía en una edición con un recuadro en primera página que decía: EDICIÓN CENSURADA. El periódico tenía un censor que decía lo que debía publicarse y su director, Héctor Echeverri Cárdenas, salió ileso a dos atentados de miembros del SIC (Servicio de Inteligencia de Colombia), estuvo detenido en Cunday donde se decía que eran campos de concentración dirigidos por el coronel Hernando Forero Gómez. Se atentó contra su jefe de redacción Agustín Angarita Somoza. El 18 de junio de 1951 fue asesinado en Rovira, Arturo Aramendiz, corresponsal de este periódico en Rovira, convirtiéndose en el segundo periodista en ser asesinado por razones de su oficio en el Tolima después de Virgilio Leiva en Honda en 1902.

El Tábano hizo su aparición en 1951 y Época en 1952, siendo el primer diario conservador que conoce Ibagué y del cual son fundadores Quintiliano Triana Monroy, Ernesto Polanco Urueña, Noel Zárate Rengifo, Lucio Huertas Rengifo y Adriano Tribín Piedrahita. Por su parte Tribuna, según cuenta Agustín Angarita Somoza, jefe de redacción de este periódico, un día se cayó el cabezote de Tribuna Gaitanista y como no había forma de repararlo, siguió apareciendo como Tribuna a partir de 1952. También se registra Diario El Mundo, fundado en 1947 por José Manuel Benítez, periódico muy moderno con imprenta propia y periodistas tan reconocidos como Agustín Angarita, Luz Stella, Guillermo Ortega Linares y Luis García Castro, diario que publicó más de 150 ediciones.

De otro lado está la revista Linterna, publicación del Valle del Cauca pero es incluida en esta investigación porque en sus ediciones del 15 y 30 de abril de 1948 trae excelentes crónicas de Agustín Angarita como los sucesos del panóptico de Ibagué y los sucesos de Ibagué de 1948, una rebelión perdida. Además circulaban por aquel tiempo el semanario El Comercio fundado por Miguel Cárdenas, la revista Gaceta Deportiva, 1945 fundada por el club deportivo integrado entre otros por Humberto y Gonzalo González Ruiz, y Luis García Castro y El Progreso fundado por Marco Tulio López .

 

El periodismo en la dictadura

El crecimiento de la violencia en los campos, las migraciones campesinas a las ciudades o migraciones a otras regiones como Bogotá, Llanos orientales, Huila y Caquetá, el surgimiento de una policía política llamada “Chulavita”, sicarios conservadores llamados “Pájaros”, bandoleros liberales llamados “Chusma” y guerrillas liberales divididos entre “limpios” y “sucios”, además de la falta de salud del presidente titular, hace que el 13 de junio de 1953 se produzca un golpe de Estado que lleva al teniente Coronel Gustavo Rojas Pinilla a la presidencia. Los tres años del gobierno militar fue un intento por lograr la reconciliación.

El diario Tribuna que fue crítico acérrimo de las administraciones de Ospina Pérez y Laureano Gómez apoyó inicialmente al gobierno militar, especialmente al gobernador Cuellar Velandia. En 1953, Agustín Angarita Somoza funda en Honda el Diario del Tolima de circulación departamental apoyando el nuevo régimen. Circula el periódico humorístico de Miguel Ruiz, El vampiro, donde su voceador “Chencha” lo distribuye a gritos por la calle. En 1955 se funda la revista Contraloría del Tolima, por Nicolás Buendía y aparece El Boletín de antropología dirigido por el padre Pedro José Ramírez Sendoya.

Los medios de comunicación para aquella época estaban atrasados. El gobernador Cuellar Velandia hizo por Ecos del Combeima una declaración a las 5 de la tarde dando golpe de Estado al gobernador Gilberto Polanco Martínez, adelantándose dos horas al golpe de Estado de Rojas Pinilla a Laureano Gómez y en Bogotá nadie se enteró de este hecho. En 1955 el gobernador Cuellar Velandia creó la más importante emisora del departamento, La voz del Tolima, estación oficial creada para difundir los actos del gobierno. Esta frecuencia inició las transmisiones de fútbol y las carreras de ciclismo con transmóviles, tenía radio teatro para presentaciones en vivo de artistas y una excelente nómina de actores para las radionovelas. A comienzos de los sesenta, el gerente de la Beneficencia del Tolima, Floro Saavedra Espinosa, por orden gubernamental le vendió la emisora a la familia Gonzáles Torres. En 1957 es asesinado el director del diario Tribuna en la carrera cuarta entre calles 11 y 12 al parecer por miembros del desaparecido S.I.C desde un jeep gris.

 

El Frente Nacional y la prensa en el Tolima

Cuando Rojas Pinilla pretendió iniciar un nuevo periodo de gobierno en 1957, el país se le había salido de las manos, la violencia galopaba sobre los lomos de la patria, la oposición crecía, los estudiantes y obreros se movilizaban, asesinan estudiantes el 9 y 10 de junio de 1957, se convoca un paro nacional y cinco generales asumen el control del gobierno. Alberto Lleras Camargo y Laureano Gómez se reúnen en España y proponen la creación del Frente Nacional, durante 16 años de alternación. Para tal fin se convoca un plebiscito donde vota la mujer por primera vez, dando inicio a este período. Algunos de los periódicos que se crearon en el Tolima entre 1957 y 1974 son Revista Ariel. 1963, colegio de San Simón, Revolución, órgano del M.R.L. del Tolima y el Cronista de Rafael Caicedo Espinosa, Rafael Parga Cortes, Diego Castilla Duran, Pablo Casas Santofimio como socios, cuyo medio contó en su nómina como directores y periodistas a Alexander Salcedo, Alberto Santofimio, Jorge Álvarez Agudelo, Armando Calderón, José Ignacio Arciniegas, Lola de Acosta, Jorge Eliécer Barbosa, Humberto Beltrán, Jorge Méndez Criollo, Edgar Antonio Valderrama, Álvaro Cobo Arzayus entre otros. El Cronista fue desde 1962 una facultad para los periodistas que por allí pasaron como Germán Santamaría, Cristóbal Ospina de la Roche, Carlos Orlando y Jorge Eliécer Pardo, Eutiquio Leal, Hugo Ruiz, Jorge Ernesto Leiva, Antonio de Corveiras, Álvaro Echandía, Camilo Pérez, Hernando Ortiz y Hermógenes Nagles.

Otros medios que aparecieron son Atalaya, quincenario fundado en 1963 por Pedro J. Ramos órgano del M-R-L del Tolima, el que tenía entre sus colaboradores a Saúl Pineda, Felipe Salazar y Rómulo Morales Parra. Rebelión, 1964, fundadores Alberto Santofimio Botero, Gregorio Rudas, Germán Uribe Londoño y Armando Gutiérrez Quintero. Voz Estudiantil 1963, Colegio San Simón.

El Fígaro, director Álvaro Echandía Santofimio, Batalla, 1964, Ambalema al día, 1966, fundadores Camilo Francisco Salas, Antonio Cifuentes y Carlos Orlando Pardo, Alberto Holguín Peláez, Tolima: Historia y Desarrollo, 1970, Revista Tolima de la contraloría 1970, rectorada por Rómulo Salazar Quiñones, Biblioapuntes 1971.

El frente Nacional resolvió el problema partidista, pero el surgimiento del bandolerismo salvaje, chusma liberal, “Chispas”, “Sangre negra”, “Desquite”, “Tarzán”, “Alma negra”, etc. Una “pajaramenta” despiadada, mercenarios conservadores a sueldo, organizados en bandas de genocidas; Ángel Maria Upegui “Gelo”, Leonidas Millán, “Pájaro azul”, Bertulfo Murillo “Caballo”, etc. Todos estos fueron criminales amantados por el Estado en el S.I.C, tenebrosa organización estatal que ejecutaba desde los Jeep grises, conocida como la pequeña GESTAPO del 50. El S.I.C. se cambió y tecnificó en el DAS. En el medio surge “La Chulavita”, policía política departamental asesina, la que creía que su obligación no era para con el Estado si no para su partido. Los chulavitas venían de regiones como Uvita, en Boyacá y eran personas sectarias en la política, fanáticas de la religión, sin instrucción académica, contándose que muchos firmaban la nómina a ruego con la huella digital. El frente Nacional modernizó estas costumbres que venían desde las guerras civiles donde los grados y ascensos no se adquieren por trayectoria, hoja de servicio, ir a la escuela Militar, formarse académica e intelectualmente, sino por el número de cabezas que cortaran al contrario. Se transformaron estas policías departamentales en una sola policía nacional partidista, sin derechos electorales. La violencia llega a su final a comienzos de los sesenta y se transforma en guerrillas con formación ideológica por la influencia internacional, revolución cubana, la construcción de modelos socialistas como el Soviético, Chino o Albanés y se produce el desarrollo de una izquierda marxista a nivel mundial, que permeó a la juventud que salía de los holocaustos de Hiroshima y Nagasaki, de los horrores de Treblinka y Auscwitz, donde los hombres entraban a los hornos crematorios o a las cámaras de gas y luego salían por las chimeneas, o como piezas de la industria de la muerte, es decir en dados para juego hechos con sus huesos o en piezas dentales o en jabones aromados hechos con la grasa humana para lavar la mugre del cuerpo, pero no para lavar los pecados del alma31. Razón tiene el poeta Germán Pardo García cuando en su Oración a Cristo pregunta: Señor, fue tu angustia igual, dime, comparada con los campos de concentración de Auscwitz y Treblinka, eran peor que el infierno de Dante/, allí la sangre se volvía cianuro/, Gas fosfógeno en la atmósfera/, cadáveres convertidos en grasa para las ruedas/, los dientes de los muertos en subasta/, castrados los niños israelitas/.

Los jóvenes de los sesenta con veinte a veinticinco años, nacieron bajo la época del horror nazi y los estaban metiendo en otra guerra, la del Vietnam, en donde las lluvias químicas, las enfermedades de laboratorio como la rosa de Hong Kong, fueron hechas en la guerra de Indochina. Este rechazo los llevó a encontrar en las ideas socialistas un escampadero intelectual, el mayo del 68 de Paris, el verano Italiano, La primavera checa, la figura sublimada de Ernesto Ché Guevara que entró hasta en los salones de la universidad de Harvard en la blusa de las gringuitas. El puño en alto del “poder Negro” de los atletas en los juegos olímpicos de Munich, “las panteras negras” en Estados Unidos, los crímenes de Tlatelolco en México, pernearon la juventud de los sesentas y setentas. La politización de todos ellos produjo fenómenos como las gigantescas movilizaciones y paro de los maestros contra el estatuto docente, llamado estatuto indecente de Pastrana y Luis Carlos Galán. La crisis universitarias de 1971 donde los universitarios cogobernaron en muchas universidades e hicieron tambalear al gobierno del Frente Social. El régimen estuvo cuestionando, por lo que se creía había existido un raponazo al candidato de la ANAPO, Gustavo Rojas Pinilla, que dio origen a una guerrilla audaz, marxista, si no nacionalista como el M-19. Así termina el Frente Nacional.

 

El periodismo en el post frente nacional

Alfonso López Michelsen fue electo presidente para el periodo constitucional 1974-1978 bajo el programa “Mandato Claro” con el hace la consolidación en el Tolima el joven caudillo Alberto Santofimio Botero, quien durante más de veinte años lideró la política regional en el contexto nacional. Electo representante a la cámara, escogido por el presidente López como ministro de justicia, con la fuerza de su oratoria no dejó títere con cabeza. Bajo su verbo fueron atacados Darío Echandía, Carlos Lleras Restrepo, Rafael Caicedo Espinosa, Felipe Salazar Santos, la Corte Suprema, etc, llegando a decir “El día que me levanto sin enemigos, me los invento”. Durante su período manejó un poder omnímodo sin contradictores de cuidado. En tanto en Colombia creció una oposición cerrada contra el gobierno de López y apareció un centenar de grupos de izquierda originados en tres tendencias universales del marxismo, el Partido Comunista, la juventud comunista JUCO y las FARC EP. De orientación pro soviética, el bloque socialista, la tendencia socialista, Espartaco, el P.S.T. Partido Socialista de los Trabajadores, la U.R.S. Unión Socialista Colombiana, Cuarta Internacional, capítulo Colombia, todos estos de tendencia Troskista. También surgen el Moir, la Jupa, juventud patriótica, que nunca plantearon la vía armada como forma de lucha, el partido comunista M-L, las ligas campesinas, los círculos socialistas, la inspiración chino-albanesa, corrientes político juveniles que invadieron las universidades, los sindicatos e intelectuales. Avanzan igualmente los movimientos guerrilleros, FARC EP, ELN de tendencia cubana o guevarista; el EPL de inspiración maoísta, el ejército popular de liberación a raíz de las divisiones del partido M-L, también se rompe y surge el PLA, comandado por Pedro León Arboleda, conocido como los “pachos” por el nombre de sus comandantes: Francisco Garnica, Francisco Rendón, Helado o Mao, de los hermanos Abadía que ejecutaron al ministro Pardo Vuelvas, el M-19 y el comando Jorge Eliécer Gaitán de “Bochica”. Con este panorama gobernó López. Su mando le tuvo como abejón a las revistas Alternativa, de García Márquez y Enrique Santos Calderón y Alternativa del Pueblo de Orlando Fals Borda y Jorge Villegas. En el Tolima surgieron periódicos, revistas, emisoras que de alguna manera han contribuido a entender este cuatrienio. Veamos: Revista Tolima de la Contraloría del Tolima dirigida por Darío Ortiz Vidales; El Boletín Informativo, Periódico Protesta, Revista Departamental de Cultura, Secretaria de Educación rectorada por Carlos Orlando Pardo y Luis Eduardo Chamorro, Carta del Tolima de la Asociación para el Desarrollo del Tolima, Tolima 82, director Víctor Prado Delgado, S.O.S Ecológico de Gonzalo Palomino Ortiz, Esquina Liberal con la dirección de Germán Uribe Londoño, Revista Pijao, directores fundadores Carlos Orlando y Jorge Eliécer Pardo

 

El periodismo en tiempos de seguridad y tortura

El periodismo, sobre todo el alternativo, sufrió en este gobierno la arremetida del Estado, pues su diseño de defensa de las instituciones y la democracia recortaron las libertades e inició una “cacería de brujas”, mientras la izquierda Marxista estaba muy fortalecida en las universidades y sindicatos. Una expresión de izquierda nacional comenzó a gestarse alrededor de la revista Alternativa y el movimiento Firmes, dándose su expresión en el Tolima con la aparición del Movimiento Amplio y Democrático y unas pequeña vertiente universitaria como la “Joda” y “El Puto” (Partido único del Tolima). En este paisaje político el M-19 hasta entonces clandestino, sin una ideología clara y sin noticias de su buró, realizó el golpe más audaz al gobierno al robarse cinco mil armas del Cantón Norte a través de un túnel y hasta les quedó tiempo para realizar un mural artístico que después se supo su autor había sido el tolimense Afranio Parra Guzmán, militante de esta organización subversiva. Al gobierno lo tomaron por sorpresa. La administración casi se da cuenta del robo por el boletín de los ladrones que informaron el hecho y donde aparecían fotografías sobre su obra de ingeniería y de un “encapuchado” del M. que hacía guardia en el cantón como si fuera un soldado más, quien resultó ser otro tolimense, Rafael Arteaga. Este acontecimiento originó la más despiadada persecución a todo simpatizante de izquierda, de pensamiento democrático, a los intelectuales, y hasta de jóvenes, mientras una arremetida semejante sacudía el continente con Videla en Argentina, Bordaberry en Uruguay Strossner en Paraguay, Somoza en Nicaragua, Banzer en Bolivia y Pinochet en Chile.

Si bien es cierto el gobierno capturó a la mitad de la dirigencia del M-19 a costa del llamado “Estatuto de Seguridad” allanando sin orden judicial y torturando indiscriminadamente a todo capturado, fueron entonces famosas las torturas en las caballerizas de Usaquén, en los farallones de Cali en donde se hizo célebre el tenebroso torturador “Idi Amín”. Así mismo se capturaron personalidades como el poeta Luis Vidales, el escritor, investigador y sacerdote Saturnino Sepúlveda, el cineasta Carlos Duplat San Juan y la cineasta Felisa Busthain.

De todos aquellos aconteceres se filtró la noticia de que sería capturado Gabriel García Márquez, la directora del diario El Bogotano, Consuelo Montejo y el futbolista Alejandro Brand. A diario se hicieron denuncias de torturas por parte de miembros de seguridad del Estado. Tiempo después, el M-19 se toma la embajada de la República Dominicana generando un gran impacto internacional, que dio origen a diálogos con esta organización armada, donde fue protagonista por esa época el periodista, parlamentario y escritor Darío Ortiz Vidales, como ponente de la ley de amnistía que en el siguiente cuatrienio llevó a su desmovilización.

Estos son los periódicos de ese periodo: Foro Tolimense, Revista Tolima de Germán Huertas Combariza, periódico El Ciudadano, órgano informativo de la Universidad del Tolima, Revista Universidad del Tolima de Pablo Casas Santofimio y Ramón Antonio Rodríguez Robayo, revista Luna de Arena del Instituto Tolimense de Cultura, director Carlos Orlando Pardo, Prensa Nueva, director José Carvilio Valderrama, La Noticia de Quintiliano Triana, Sucesos Deportivos de Quintiliano Triana Monroy, El Estudiante, del Colegio Pérez Aldana, De Turismo por el Tolima de Enrique Camargo Quiñones y Humberto Leyton León, revista Ejecutivos de Hernando Ortiz Avendaño, Codesar, revista de la Corporación de Desarrollo de Armero, El Popular, de Hugo Téllez Lozano, El Pueblo de Adriano Hernández, revista Gentes Hoy de Javier Arango Jiménez, revista Sagro, Indicadores Económicos, Boletín enciclopédico, Nueva Tribuna, El Ibaguereño de Carlos García Bernal, Actualidad del Magisterio, Réplica de Rodrigo Ossa, Derechos sociales de José Bonilla Toro, Comunicado Liberal de Olimpo Ramírez, Petardo, de Héctor Sánchez Vega, El Tolimense de José Ignacio Arciniegas Herrán, El Inconforme de Gustavo González Peñalosa, El Informativo de Oscar Fallon, Tolima Grande de Víctor Prado Delgado, Pro Honda de Luis Gonzáles Charry, El continente, de Ciro Alberto Mejía, El Sanluiseño de Marco Aurelio Ospina, Reconquista de Alfonso Uribe Badillo, Alianza, de Neftalí Mesa, Ibagué, capital musical de Colombia del Conservatorio de Música, director Oscar Gutiérrez y El Gladiador de Honda de Francisco Danilo Castro. Fueron registradas antes dos emisoras, La voz del Tolima y Ecos del Combeima, pero debe señalarse que a finales de los sesentas surgieron La Voz del Nevado de Restrepo Garcés y Radio Festival de la cadena Clansonar dedicada a difundir la música de la juventud. De otra parte Caracol adquirió para Ibagué la emisora Radio Cacique y a comienzos de los ochentas RCN inauguró en la ciudad la emisora Río blanco.

En el gobierno de Belisario Betancur.

El liberalismo perdió las elecciones y la gobernabilidad del Estado en 1982 con la propuesta de “Sí se puede” del candidato conservador Belisario Betancur. En el Tolima, el santofimismo también perdió la gobernación al designar el presidente Betancur al industrial Armando Devia Moncaleano, liberal no santofimista, a los conservadores Eduardo Alzate García y José Osorio Bedoya, quienes compartieron el gobierno con el jefe liberal del Tolima. El M-19 para presionar la negociación con el gobierno nacional se tomó el palacio de justicia donde se realizó el genocidio y terrorífico asalto a la Corte Suprema de Justicia. Este horror donde hubo tanta culpabilidad del M-19 que comenzaba a perder audacia, protagonismo y simpatía; como del gobierno que fue miope para manejar la situación y las alas guerreristas del M-19. Tal acontecimiento que pudo originar una crisis sin precedentes en la historia colombiana, se quedó sin análisis coyuntural, sin castigo y con centenares de desaparecidos. Posteriormente ocurrió otro hecho como lo fue la avalancha del nevado del Ruiz que borró de la faz de la tierra a la población de Armero con más de treinta y cinco mil habitantes y ochenta años de historia, progreso y desarrollo. El M-19 y la guerrilla envejecían con sus métodos de lucha, un poco Estalinistas. Golpeado el M-19 entra en negociación con el gobierno y se logra su desmovilización, entregan las armas y se incorporan a la civilidad, en tanto que toma fuerza el narcotráfico como un fantasma con rostro de afrodita, cuerpo de Venus, cabellos de Gorgona y manos de destripador.

Se plantea la extradición, surgen los extraditables y los narcotraficantes que atesoraban grandes capitales empezaron a ser victimas del secuestro por parte de la guerrilla. Con estas grandes fortunas crearon al MAS, un ejercito privado, “Muerte a Secuestradores”, organización de derecha que creó una escuela de sicarios que ejecutaron a treinta mil colombianos que creían simpatizaban con la izquierda y exterminaron el partido político de la UP. Unión Patriótica. Como la Oración a Cristo de Germán Pardo García sobre el horror nazi, podríamos decir con Emilio Rico trasladando la situación a los sicarios, en su poema los fusileros sobre los “pájaros” de los años cincuenta, “Hermano deja el surco/, vienen los fusileros/, morbo de la caverna/ en su instinto hace miedo/, les han dado las armas/, y les pagan los muertos/, …Por donde quiera que pasan dejan lianas de fuego/, campesinos yacentes ya sin grito en el eco/, niños que ya no juegan y estarán siempre quietos/, mujeres sin futuro/, con los vientres abiertos/, esqueletos de hogares que alzan sus brazos negros en inútil demanda de justicia hacia el cielo/, y las madres sin hijos piensan que Dios ha muerto/.

Esta es la relación de periódicos y revistas que nacieron en este cuatrienio: Revista Tolima de la contraloría de Flavio Rodríguez Arce, Revista Cultural Astrolabio, directores Hugo Ruiz Rojas y Álvaro Hernández Vásquez, Revista imágenes de Víctor Hugo Triana, Revista Universidad del Tolima, serie humanidades, Boletín Fiscal de la Contraloría, fundadores Jaime Alberto Guzmán Palma y Camilo Pérez Salamanca, Boletín Coruniversitaria, Revista universidad del Tolima serie Tecnologías de Armando Gutiérrez Quintero, Síntesis Tolimense de Luis Enrique Salazar, Los cronistas, Líbano, el periódico del Tolima de Eduardo Castro Riveros, El norte fundadores Gabriel King Rodríguez, y Alberto Holguín. La voz del norte, fundador Miguel Contreras y director Carlos Orlando Pardo, Actualidad Tolimense, Despertar del Tolima de Herman Aguiar, Diario Combate, fundadores Alberto Santofimio Botero, Ramiro Lozano Neira y Mauro Huertas Rengifo, Correo del Tolima de Marta Esperanza Ramos, Revista Desafío de la Asociación de profesionales santofimistas, periódico Línea de José Antonio Conde, Juventud Liberal de Israel Celemín, El Cronista, tercera época, Germán Huertas Combariza, El Gladiador de Honda, Deportes Tolima 25 años de Adriano Tribín.

 

El periodismo en el cuatrienio de Virgilio Barco Vargas

Dentro de los actos noticiosos por su impacto político, esta administración estuvo enmarcada por el robo de las armas al Cantón norte y la toma a la embajada de República Dominicana por parte del M-19. Tal hecho fue considerado por un sector de izquierda como un acto de revolucionario contra el Estado oligárquico, para otros como un golpe audaz y no menos le dieron el calificativo de un episodio ”nadaísta” de pequeños burgueses que comenzaron a jugar a la revolución en este cambio de la vieja sociedad por una nueva y mejor. Junto a la toma del Palacio de Justicia, el terrorismo ingresó a la agenda nacional y las dirigencias subversivas parecieron renunciar al proyecto de la ilustración, y echar mano al oscurantismo para imponer un propósito para ellos moderno. El ideal guerrillero acabó por ser sepultado por el genocidio en Tacueyó donde el Frente Ricardo Franco, comandado por Héctor Rey, ahogó y asesinó a patadas, a golpes de palo y piedra a 800 de sus correligionarios, a quienes sindicó de ser infiltrados del ejército. Vale aquí señalar el criterio del escritor Álvaro Hernández quien escribió que “El terrorismo es una enfermedad senil en el capitalismo y la lepra del sectarismo y el fanatismo”. La fosilización intelectual de algunos caudillos en armas y replanteamiento universal, la caída del muro de Berlín, la desaparición de la Unión soviética, la entrada de China en el criticado “social Imperialismo”, hizo que el M-19 y el Quintín Lame se reincorporaran a la sociedad civil, logro realizado en el gobierno de Virgilio Barco, donde el tolimense Jesús Antonio Bejarano fue el negociador. Sin embargo después de aquellos meses surge una nueva serpiente de mil cabezas, más tenebrosa que medusa, con la aparición de las AUC, las que despedazaron con motosierras a sus contradictores.

Los periódicos y revistas que aparecieron en esos años fueron La revista Agropecuaria fundada por Clara Pardo, Revista Panorama Universitario cuyos fundadores fueron Iván Melo del Vasto, rector de la UT y Camilo Pérez Salamanca Jefe de prensa, revista que continuaron los rectores Andrés Rocha, Alberto Londoño, Edgar Machado, Noti UT, órgano informativo, fundadores Iván Melo y Camilo Pérez, Ibagué Cultural, fundadores Armando Gutiérrez Quintero y Hugo Ruiz Rojas, Perico Acción de Mario Castellanos Mesa, Actualidad Tolimense de Jorge Torres Rojas, Cooperamos de Venancio Lozano, Generación, Esquina Popular de Germán Uribe, Del lado Positivo, Coruniversitaria, de Cecilia Matiz, Revista Siatol, Periódico El Boga, Magazín de Juan Antonio Pradilla, Periódico Tolima Grande, Cámara informa, El comunero de Hugo Téllez Lozano, Tregua, Noticiero Comercial, Museológicas director César Augusto Velandia Jagua, Perspectiva Empresarial, Revista El Chance, Revista de Poesía Piel y Sangre de Carlos Castillo, Ronda Informativa, El Pantágora de Purificación, El Sureño de Ángel Antonio Ramírez.

 

El periodismo, post constitución de 1991

Víctor Hugo, autor de Los Miserables, expresó en su discurso a la Asamblea Legislativa de 1850 en París, cómo “Todo ataque a la libertad de prensa, todo ataque al sufragio universal es un atentado a la soberanía nacional; la libertad mutilada es la soberanía paralizada. La soberanía del pueblo no existe si el pueblo no puede actuar y no puede hablar, pues bien; poner obstáculos al sufragio universal es quitarle la acción. Poner obstáculos a la libertad de prensa es quitarle la palabra32. Casi doscientos años después parece más vigente cuando el panorama nos ofrece una guerrilla anacrónica, fosilizada y el auge del narcotráfico con sus escuelas de sicarios, matones a sueldo, el nacimiento de organizaciones armadas de derecha, muchas de ellas amamantadas por sectores ocultos del Estado para combatir la subversión, generan una situación de conflicto permanente. De allí nace la organización de una guerra sin antecedentes surgiendo las autodefensas campesinas que aparecen en Antioquia, Urabá y Córdoba como verdaderos ejércitos de derecha, financiados por narcos, ganaderos e industriales que temían ser secuestrados por la guerrilla. Un nuevo baño de sangre inundó la nación, inclusive ejecutando toda la militancia de un partido. La realidad cotidiana nos ofrece en las noticias cómo se cometen genocidios y masacres y se despedaza con motosierras a colombianos en nombre de la paz. Como su natural consecuencia surgen los desplazamientos y las ciudades se llenan de desarrapados y mendigos. La guerrilla, que en un principio nació para defender al marginado, al desposeído, al pobre, se convirtió en su azote. Secuestros, vacunas, homicidios, voladuras de puentes, tramos de oleoductos, torres de energía, servicio militar obligatorio a la guerrilla y la desaparición de pueblos a punta de cilindros, polarizan la guerra entre dos facciones en cuyo enfrentamiento queda en el centro la población civil.

La constitución de 1991 trató de modernizar las instituciones y lograr la convivencia, pero el odio sembrado, el resentimiento y el dolor no logró atemperar la guerra. Las balas superaron el discurso, la sangre penetró la geografía como un prolongado invierno, intereses políticos, económicos, militares, geográficos y hasta internacionales han impedido que el mantel blanco se tienda sobre la mesa y patronos y trabajadores, bonitos y feos, potentados y humildes, izquierda, centro o derecha, no han sido capaces de formular una propuesta civilizadora donde quepamos todos con nuestros defectos y virtudes, donde el concepto nazista de los paramilitares del exterminio de la idea estalinista de la guerrilla y el arrasamiento del adversario se sepulte.

Estos son algunos de los medios periodísticos y divulgativos con que finalizó el siglo XX y se recibió el nuevo milenio: Vivencias, de María Victoria Dossa y María Victoria Valencia, Revista Instituto de Educación a distancia, director Alberto Malagón, Periódico Ariete de Jairo Arias Barragán y Oscar Gutiérrez, Papeles Sueltos de Carlos Castillo, Tolima Grande, magazín de la UT. Impacto Regional, Periódico Rueda, de Diego Alvarado, Manuel Mendieta y Camilo Pérez Salamanca, Revista Plural directores Hugo Ruiz Rojas y Alirio Urrego, El autor y su obra de Hugo Ruiz, Proceso en marcha, fundadores Diego Alvarado Ortiz y Carlos Orlando Pardo, Señales Abiertas, director Humberto Yesid Prada, Revista Cartilla de Agustín Angarita Lezama y Julio César Carrión, Revista Brújula de Wilson Leal Echeverri, Rubén Darío Correa Carvajal y Orlando Arciniegas Lagos, Revista Academia de Historia, fundador Josué Bedoya Ramírez, Revista ¿Por qué la música? Fundador José Vicente Pradilla, Revista Candilejas, fundadores Jorge Ernesto Leiva Samper y Hugo Ruiz Rojas, Revista de Fútbol de Rubén Darío Correa, Crónica Universitaria, fundadores Jesús Ramón Rivera y Camilo Pérez Salamanca; Revista Correo del Tolima de Víctor Prado Delgado, Correo Colombiano Víctor Prado Delgado, Plegable, Jesús Ramón Rivera y Camilo Pérez Salamanca, Revista Aquelarre de Julio César Carrión, revista La Minga de Félix Bernardo Lozano y Jairo Arias Barragán, separata Redescubriendo el Tolima, responsables Jairo Arias Barragán, Miguel Espinosa Rico y César Augusto Fonseca Argáez, Facetas Judiciales, Ibagué Hoy, gobernación del Tolima,

En 1992 bajo la orientación de Silverio Gómez representando al diario El Tiempo, se crea el moderno semanario Tolima 7 días bajo la dirección de Augusto Trujillo Muñoz y figurando como editor Silverio Gómez Carmona, siendo miembros de su consejo editorial Juan José Arbeláez, Carlos Orlando Pardo, César Velandia y Francisco Peñalosa. Igualmente en ese mismo año se funda el diario el Nuevo Día de la editorial aguas claras y Vanguardia liberal de Bucaramanga. Este periódico llenó el vacío dejado por El cronista, el mejor del siglo XX en el Tolima, y adquirió unas excelentes instalaciones, una muy buena nómina de comunicadores y figura como gerente y luego director Antonio Melo Salazar. Igualmente aparecen Tiempo de Palabra, revista de arte y literatura, cuyo director es Pastor Polanía, Revista Tolima de Edgar Osorio y Carlos Orlando Pardo, Signos y Hechos, director Jairo Arias, Comunicación a Distancia del programa de educación abierta y a distancia, directora Martha Faride Estefan, Agroavances, Revista Nataima, Boletín Archivístico de Carlos Roberto Carvajal, Actas Pedagógicas (UT), Periódico Opinión, órgano de la facultad de administración de empresas de la UT. Revista de poesía Palabra Al Viento, Carlos Castillo y José Hilario Yépez, Gestión Municipal, oficina de prensa de la Alcaldía de Ibagué, Perspectiva Educativa, fundador Miguel Espinosa Rico, aunque luego continuó como director Libardo Vargas Celemín, periódico Universidad del Tolima, director Jesús Ramón Rivera, responsables editores Arlovi Correa, Juan Carlos Ferrero, Camilo Pérez Salamanca, Carlos Quimbayo y Libardo Vargas Celemín, Revista Nuevo Milenio de la contraloría municipal, fundadores José Darío Ramírez y Carlos Orlando Pardo,. Kerigma, órgano de la arquidiócesis de Ibagué, director Fernando Aguirre, Periódico Coopemtol órgano de la cooperativa de maestros del Tolima, responsable consejo administrativo, editor Julián Gómez Guzmán, Periódico el Imaginario de Alejandro Gallego, Julio César Carrión y Darío Romero, Periódico informativo UT, director Jesús Ramón Rivera, redactoras Nahima Gutiérrez y Francy Liliana Sánchez, El Gol Pijao, Revista Fútbol, Tolima Libre, director Alfonso Gutiérrez Trujillo, Periódico Sigma, órgano de la facultad de Física y matemática.

Muchos son los periódicos y revistas que han circulado en el Tolima pero no existe un banco documental de ellos en la ciudad. Para su consulta se dificulta la recuperación de este acervo cultural y de memoria sobre Ibagué y el Tolima, por lo que muchos no se encuentran en este trabajo.

Quiero finalmente honrar la memoria de seis periodistas asesinados en el Tolima por razón de su oficio. Aquí, como los del mundo, son víctimas del terrorismo de los imperios de Estado, de los subversivos de izquierda y de derecha, de los intolerantes portadores de verdades absolutas y de quienes creen que exterminando periodistas acaban con el pensamiento. Los periodistas no son los creadores de la guerra ni de las desigualdades sociales, mucho menos los fabricantes de organizaciones paraestatales ni contraestatales que incendian la geografía y bañan de sangre al país. El ejercicio de nuestro oficio, sólo es el de recoger las tragedias de la vida, el hombre y la naturaleza y difundirlas, mientras los analistas las interpretan, pero interpretar no es matar.

Va entonces a la memoria de Virgilio Leiva, fusilado por el gobierno en la plaza del Carmen de Honda, en el día San Roque en 1902 por haber puesto su periódico “El Santo” a disposición del liberalismo alzado en armas. Figura igualmente Arturo Aramendiz, corresponsal en Rovira del diario Tribuna de Ibagué que realizaba oposición al gobierno de Laureano Gómez. Por aquellos días los denominados “pájaros”, asesinos a sueldo de la época lo “paviaron” (Mataron) el domingo 18 de marzo de 1951 por sus corresponsalías a Tribuna Gaitanista. Otro crimen de gran resonancia fue el de Héctor Echeverri Cárdenas asesinado el mes de junio de 1957 por miembros de la Gestapito del SIC. (Antiguo DAS) en contubernio con los “pájaros”. Finalizando la época del 90 fue asesinado también el periodista Carlos Restrepo Rocha cumplido por las AUC, bloque Tolima, en virtud a sus comentarios y denuncias consignados en su periódico en el municipio de San Luis. Registramos al periodista Pablo Emilio Castañeda, asesinado en Planadas por las FARC a comienzos del año 2000 debido a sus actividades cívicas y periodísticas y finalmente en este mismo año es asesinado en el Fresno el periodista Arquímedes Arias al parecer por las autodefensas.

Lo dijo el gran Víctor Hugo:” Tres pilares sobre los que se construye la democracia son: Sufragio Universal, Prensa Libre y libertades ciudadanas”. Cuando se asesina a un periodista, se le tortura, secuestra o se desaparece se está atentando contra la democracia. Cuando tiene que asilarse en otro país o desplazarse de su patria por razones de seguridad en su actividad, es porque la democracia es atomizada por el terror, el miedo y la opinión tiene una metralleta en el cerebro para que no opine, no piense, no analice, esa es la entrada al autoritarismo.


1 González Pacheco, Helio Fabio

2 Angarita Somoza, Agustín, Hitos de la Historia de periodismo en el Tolima durante el siglo pasado, imprenta departamental del Tolima 1976.

3 Pereira Gamba, Próspero

4 Uribe Badillo, Alfonso. Legislación del Tolima, 1986. Ed. Cámara de Representantes. 620 pág.

5 Vargas Ramírez, Gustavo, Colombia, 1854: Melo, los artesanos y el socialismo. Editorial oveja negra 1972

6 La Opinión, Bogotá junio de 1854

7 La Opinión, Bogotá 26 de diciembre de 1856

8 Ibíd.

9 Pérez Salamanca, Camilo, Atisbos de periodismo en Ibagué. Separata Tolima 7 días, 7 de agosto de 1996

10 Mensaje del gobernador del Estado Soberano del Tolima a la Asamblea legislativa. 1873. Documento archivo personal C.P.

11 Salas Ortiz, Camilo Francisco, Historia del Periodismo Huilense, Instituto Huilense de Cultura -1994

12 Ibíd.

13 Ibíd.

14 Ibíd.

15 El Cronista #69. 30 de julio de 1913

16 Angarita Somoza, Agustín. Hitos de la Historia de periodismo en el Tolima durante el siglo pasado, imprenta departamental del Tolima 1976.

17 Ibíd.

18 Así figura

19 Ibíd.

20 Ibíd.

21 Pérez Salamanca, Camilo Breviario del Periodismo Tolimense, Universidad del Tolima.1998

22 Pérez Salamanca, Camilo. Breviario del Periodismo Tolimense.

23 El Tiempo. 4 de mayo 1885.

24 Revolución. octubre 1901

25 Hojas Sueltas. Ibagué 28 de julio de 1914.órgano de la arquidiócesis de Ibagué .impreso en la imprenta diocesana

26 Ibíd.

27 Hoja. #61.20 de marzo de 1913

28 El cronista. 20 de marzo de 1913

29 Ibíd.


30 Pérez Salamanca, Camilo

31 Pérez Salamanca, Camilo. El periodista: notario de la historia, revista Proceso en marcha, contraloría del Tolima ·1 ene- feb. 1992

32 Víctor Hugo. Discurso a la asamblea legislativa. Paris 1850.


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