I

 

Jamás nos fue posible

encontrar la vía

del retorno.

Desheredados por el cielo

caminamos.

Y alguien arrojó a nuestros pies

una flecha ardiendo:

era la señal para detenernos.

 

¿Pero en qué lugar de la noche

levantaríamos nuestro reino?


¿Con qué ceremonias

borraríamos de las manos

las quemaduras del paraíso?

 

Nuestro guía murió en la arena

cuando contemplaba la ciudad de los espejos