TERRICOLAS PERDIDOS

 

Aquí estoy

mirando a lo lejos

sentado en el centro del infinito

observando la creación.

 

Estoy a treinta mil años luz

desde donde sólo recuerdos perdidos

de aquel lejano planeta llamado tierra

aún hoy puedo acariciar.

 

Pienso que se trata

de los terrícolas perdidos

aquellos que quedaron fundidos

en el letargo de la envidia que los mata.

 

Ahora estoy contento

porque disfruto este momento

alejado del bullicio

y disfrutando el calor sideral.

 

Estar lejos del planeta

me permite gritarle al cosmos

que he colmado la meta

de estar cerca de Dios.