DESPERTAR DE UNA CIUDAD
Despierta… Despierta
te toco a la puerta
¡Oh, mi querida ciudad!
Tu rostro se ve tan frío
que al tocarte
se enfría el amor mío…
ese que te prometí siempre dar.
La brisa húmeda
que viene desde el nevado
me acaricia como si fuese
tu eterno enamorado.
Despierta… por favor despierta
no sea que el ruido de los motores
y las gentes por montones
te hagan sobresaltar.
Levántate ahora
que allá viene el ruido
el sol trae el bullicio
para que empieces a bailar.