LUIS ALBERTO GARCÍA

En la Vereda Pueblo Nuevo del municipio de Nilo, Cundinamarca, Luis Alberto García se casó el 4 de noviembre del año de 1990 con Yaneth Rojas. Ese día, sábado para más señas, la marcha nupcial fue reemplazada por El Bunde Tolimense que interpretaba la Banda del pueblo desde el atrio de la iglesia; los violines y los valses se cambiaron por trompetas, tamboras, platillos y bambucos y los tradicionales vestidos de ceremonia matrimonial fueron reemplazados por los alpargates de fique, pantalón de dril blanco y sombrero de fiesta con machete al cinto del novio y pollera de colores para la recién casada.

Y es que el Tolima grato y su folclor inacabable han acompañado la vida toda de Luis Alberto García Ortegón, libanense por nacimiento el 9 de junio de 1957 en el hogar de Víctor Manuel García, el padre tiplista que se fue de casa desde muy temprano y María Helena Ortegón, la campesina siempre ensombrerada que le puso por igual la cara al sol y a la familia reciente. La primaria del niño músico transcurre en la Escuela Jesús María Villegas Piloto desde los seis años en que ya rasgaba las cuerdas de una guitarra en el Líbano y luego el bachillerato musical en el Conservatorio de Ibagué, al que fue traído por gestiones hechas por el celador del claustro que lo matriculó personalmente y al que Luis Alberto sólo conocería años más tarde, el celador Víctor Manuel, el mismo padre tiplista que se fue de casa cuando el guitarrista precoz era apenas un recién nacido. Allí, en el Conservatorio, estudia armonía, solfeo, dictado, talleres de composición y dirección de bandas y coros, género éste escogido por García para desarrollar definitivamente su actividad musical.

En el año de 1975 se gradúa de Bachiller en el Liceo Los Angeles del municipio de Flandes y simultáneamente se integra a la orquesta El Combo Dorado del Guamo donde ejecuta la trompeta y se desempeña además como asistente de Dirección. Es por esta época cuando Luis Alberto García compone quizá lo más representativo de su actividad musical con páginas como La Pelotera, cumbia interpretada por la agrupación y por otros conjuntos de entonces: el cumbión Interrumpido fiestón y el porro La fiesta grande, música bailable que ocupó la primera etapa creativa de García con el apoyo decidido del maestro Fernando Muñoz.

En la ciudad de Girardot el músico, en su afán renovador, se involucra con la interpretación de cámara y con el conjunto Los Duques pone a prueba los conocimientos adquiridos en el Conservatorio de Ibagué; y en ese mismo proceso se dedica a la ejecución del piano con el que compone la marcha El Caminante, la balada La gamina y la balada-pop Latidos del corazón. Por esos días es llamado para organizar y dirigir los coros del colegio Técnico Industrial del Club de Leones donde se ocupa además de la enseñanza de la flauta y la tambora para niños en combinación con la danza y el canto, llegando a montar con especial acierto y en compañía de sus pequeños intérpretes piezas como El barcino, Cachipay y el Sanjuanero huilense que se presentaban en los principales eventos de la cultura en Cundinamarca.

Con la asesoría en dirección de Florentino Camacho Valderrama, funda la Banda Juvenil de Girardot en el año de 1987 y se convierte por derecho propio en su primer director. Mientras adelanta los ensayos de rigor con la agrupación, hace arreglos melódicos y acumula canciones en su proceso de creación, canciones que monta con la misma banda y presenta en su repertorio en participaciones de concurso.

En 1989 se presenta al Concurso Nacional de Bandas Juveniles en La Vega, Cundinamarca, y obtiene el premio de la simpatía como Banda Inaugural por su alegre interpretación de los ritmos del folclor colombiano. Un año más tarde es llamado por la Alcaldía de Nilo para que funde y dirija la Banda del municipio, la cual conforma con 20 integrantes llamados de las escuelas veredales, del colegio y de cualquier rincón de éste pueblo, sin exigirles conocimientos previos de actividad musical alguna; y se presenta en 1991 al Concurso Departamental de Bandas de Villeta, donde obtiene el tercer puesto en la categoría de Bandas que por primera vez se presentan a este tipo de eventos y otra vez el premio departamental de la simpatía musical. En el año de 1992, con la misma Banda y en el mismo certamen, logra el segundo lugar para su agrupación, destacándose así mismo como un virtuoso de los arreglos musicales para el concurso.

En Nilo, definitivamente instalado como profesor de música, instructor de la Banda y director de la Escuela de Formación Musical fundada por él mismo, Luis Alberto García dedica simultáneamente numerosas horas al proceso de composición, utilizando para ello una venerada reliquia histórica, conservada con celo en una de las arcas de la iglesia: el órgano en el que Oreste Sindicci compuso las notas de nuestro Himno Nacional. En este pequeño instrumento, García compone el pasillo El nilense, interpretado entre otras agrupaciones por las Bandas del Espinal y de Nilo; Fantasía de mi pueblo, obra de variedad de ritmos, incluyendo formas, acordes y cadencias del folclor colombiano tradicional; la balada pop Nayra Yenisey; Despedida de amigo, balada en homenaje al fallecido músico de la orquesta La Gran Escala, Farid Triana; el bambuco Serenata campesina y el Himno oficial del municipio de Nilo, con letra de su esposa Yaneth Rojas.

Luis Alberto García ha sido además director y fundador de la Banda de músicos del Club Militar en Popayán, director de la orquesta Show Horizontes; serenatero irremediable, compositor sin tregua y formador de intérpretes y se dedica en la actualidad, paralelamente con su oficio de músico, a adelantar sus estudios de Derecho en la Universidad Cooperativa de Colombia.