SONETO HERIDO.
“Llora el amor su soledad naciente”
José García Nieto.
Sí. Yo la vi esa tarde. Parecía
cual si resucitase, cual si fuera
solo el cauce del llanto. Primavera
la había dejado sola, y se diría
que era un extraño náufrago que había
destruído su nave y su quimera.
(¿Su corazón, casi deshecho,
era el que ahora latía, si latía?)
Nunca vi tan de cerca la distancia.
Nunca un hielo más hondo me ha abrasado.
Nunca vi tan unidos duelo y ansia.
Sí. Yo la vi esa tarde, y vi la herida
–hecha por el amor en su costado–
y por ella sangrándole la vida.