TODO
No es verdad que esta soledad oblicua
me revuelca los riñones
y mi alma adormecida
en escaleras remotas.
Son mentira todos estos goterones rojos
que se anidan en los techos
las cobijas y los cines.
Es una mentira deforme
que se eleva, se acumula
esta angustia infantil
que se asemeja a veces a un espanto
que a partir de tiempos sigilosos
viene saltando.
Es mentira que Constanza haya muerto.
Es mentira que haya vitrinas
llenas de cieno y pan y aceite.
Es mentira que hayan caido soldados
y rodado niños en el campo santo,
que haya flores muertas
y guerrilleros insepultos
y mujeres muertas
es mentira, muchachas.
Es mentira que alguien cante,
pero no lo crean, muchachas.
No. No es un vivo
el presidente de los muertos.