SOLEDAD NOCTURNA
En la soledad nocturna
me persigue tu sombra
transparente y de ojos grandes
con el vacío de las sábanas
y la tensión de los músculos.
Todavía me tomo un trago en tu nombre
o pronuncio la palabra de tu recuerdo:
te figuro en el comienzo amorosa
y en el final del desahucio.
Pienso en amarte otra vez,
tal vez, mañana
quizás, nunca.