LA CARTA DE LA ABUELA

 

La abuela hoy está triste porque cada mañana una nueva

campana se echa al viento llorando, y pidiendo piedad

para todos los niños.

 

A esta patria querida enmarcada en paisajes, que el

Señor dibujó entre mares y selvas, entre ríos y

montañas, abundante en espigas, en rebaños y sol, la

han llevado unos hombres por senderos de horror...!

donde acecha la muerte escondida en el vicio, el crimen.

y el rencor, olvidando el amor que a la vida debemos,

por mandato de Dios.


El poder, la riqueza, la avaricia, el engaño ha cegado

a los hombres; la conciencia es un mito que perdió su

valor. El aire que era limpio y olía a pino silvestre,

ahora huele a muerte, a vicio y a dolor.

 

Se destruyen las selvas para sembrar miseria en busca

de riqueza. Se trafica en el mundo con la limpia

inocencia de los niños que apenas aprenden a leer.

 

Estos hombres sin alma olvidan que en los niños

ha fincado la patria su más grande tesoro, su más bella

ilusión, y que tienen derecho a crecer y ser sanos, a

vivir en un mundo amable y con razón.

 

El futuro es de ustedes, de los niños de hoy. Hagan

frente al engaño y al vicio que destruye, no permitan

que nadie les quite la salud, les robe la alegría y los

empuje al mundo donde todo es miseria, donde todo

es dolor.


La abuela en su plegaria ha pedido al Señor que ampare

a nuestros niños de caer en la noche de la drogadicción.

Galería