LA PALABRA

 

Las palabras están en todas partes. Nos tienen habitados desde todas las aristas. Las tenemos pegadas al cuerpo y las neuronas. Las tenemos en los huesos y la piel. Son ellas gordas y bajitas, delgadas y negras. Unas son de vidrio frágil, otras de diamante. Estas palabras todo lo invaden: están en la calle o en la punta afilada de una estrella, en un grano de arena o en la vía láctea.

En la moneda de oro tintineante de un bolsillo y en los harapos de un loco.

Son miles y vuelan como un enjambre de música invisible. Las tenemos en el corazón palpitando con esa otra palabra sangre. O la palabra rabia crispada de guitarras. Otras veces se atascan en la lengua y en un gesto dibujamos un caligrama. En el sonido que emite la sed o en las noches de altos alcoholes. Algún día se ponen el traje de la risa y van cambiando a ese otro color gris del llanto.


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