HERNANDOCARRIZOSA

 

Cuando cursaba tercer o cuarto semestre de economía en la universidad Jorge Tadeo Lozano presentó un examen y al terminar abandonó el aula para no regresar jamás. Al salir, fue a matricularse en la Universidad Nacional en la Facultad de Bellas Artes. Su vieja afición por la pintura finalmente ganó la batalla y desde ese momento Hernando Carrizosa, quien obtuvo su título de maestro en 1976 tras cinco años de aprendizaje, no ha hecho cosa distinta a pintar.

Su padre, sastre de profesión, tenía por nombre Pedro Antonio Carrizosa Albornoz y su madre, ama de casa y modista, Irene Ortiz, pero a pesar de ser lo que se ha dado en llamar hijo legítimo él se llama Hernando Carrizosa Ochoa porque, según explica, cuando, en esos tiempos, y además en Ambalema, había temporales desavenencias matrimoniales se renunciaba al apellido y se acudía al de la abuela. Y así quedó en la cédula.

En Ambalema, un ardiente pueblo sobre el río Magdalena que guarda en su arquitectura de columnas de guayacán recuerdos gloriosos de su época del auge tabacalero, nació en 1945 y allí permaneció hasta los cuatro años cuando, por el año de 1948, año del asesinato de Gaitán, se desata una ola de violencia que fue particularmente terrible en el Tolima y toda la familia, tiene cinco hermanos, debió emigrar a Ibagué. En la capital tolimense cursa su primaria y los cinco primeros años del bachillerato en cinco colegios diferentes que concluirá en Bogotá en el Liceo Los Andes.

Durante su época de estudiante en Ibagué había una escuela de arte y el adolescente que ya garrapateaba dibujos en sus cuadernos escolares se siente tentado a ingresar. Pero era necesario obtener un título supuestamente productivo y viene el año y medio de economía y su posterior abandono.

"Entendía la pintura más como un pasatiempo que como una profesión. O sea, no tenía conciencia clara de lo que era eso. Pero por la década del sesenta conocí a varios integrantes del nadaismo y empezó a ver las cosas de otra manera".

En la Universidad tuvo como profesores a Jorge Elías Triana, Giangrandi, Manuel Hernández, Carlos Granada, Rendón, Santiago Cárdenas y otros no menos conocidos. "Toda esa generación que está ahora en el curubito", recalca. Como compañero de estudios recuerda particularmente a Saturnino Ramírez.

"Cuando estábamos estudiando hacíamos muchos actos, incluso íbamos a pueblos y llevábamos exposiciones. Estuvimos en Manizales. Hasta en mi pueblo hice una exposición. Con un grupo de músicos, realizábamos una serie de actividades culturales. Me gustaba mucho todo eso. En salones nacionales sólo participe una vez, ya para terminar mi carrera, pero casi siempre o siempre nos rechazaban porque presentábamos instalaciones. Una vez mandamos un marrano en una caja. Es que eso de la perfomance no es nada nuevo. Mi primer cuadro lo vendí en el salón nacional del 75 y de una manera fortuita. Se trataba de un cuadro de más de cinco metros y como la exposición era itinerante, en el transporte el cuadro se dañó y el seguro tuvo que pagarlo. Pero la verdad es que no me gusta figurar en concursos".

Ha participado en exposiciones, y en ocasiones viajado a los lugares en que se realizan, en numerosas ciudades de Estados Unidos, Venezuela, Brasil, Europa. Su primera muestra individual la realizó en 1976 bajo el lema La otra cara de la moneda. Segunda edición. Cerca de veinte grabados de tendencia figurativa, un poco crítica, más como caricatura en algunos aspectos, lo llevan desde entonces a definirse como un figurativo permanente. Realiza una o dos exposiciones por año y el total ya supera las veinte. Cuando trata de clasificar su evolución comenta que ha habido variantes, por supuesto, "pero todo lo que se hace son versiones". Sin embargo piensa que desde el comienzo ha permanecido fiel a una cierta temática que ha ido evolucionando pictóricamente, se ha vuelto más ágil, más limpia.

Trabajó con ensambles, una fusión de todos los elementos básicos de la pintura pero a la que agrega sonidos y materiales como el cemento por la textura que tal material puede aportar. "Entonces ya me libero un poco de la pintura como pintura, manejo imágenes porque lo que me preocupa en presentar una imagen con connotaciones y sugerencias pero no ser naturalista ni abstracto ni conceptual. Igual puedo manejar una determinada técnica o combinarlas".

Confiesa extrañado que sólo se ha casado una vez y que lleva ya más de veinte años de matrimonio con Aura Suárez y con quien tiene un hijo, Felipe. Califica su caso como "curioso" porque casi todos sus amigos se han casado cuatro y hasta cinco veces. Tiene su taller a poca distancia de su residencia. Sólo en ocasiones se traza un horario especial de trabajo y dice que ahora está incluyendo en su obra sonido y textos. Este es el último proyecto que está trabajando y que se dispone a mostrar en Ibagué. "Es una combinación, explica, de lo que siempre he querido hacer desde hace muchos años que es presentar una obra plástica y hacer un sonido de esa obra y unos textos, todo alrededor del mismo tema. Normalmente tomo el tema y trato de desarrollarlo. Cuando estoy haciendo un trabajo específico me sujeto a horarios estrictos".

Ha trabajado también la escultura pero advierte que por el momento está como esperando un momento clave para regresar a ella.

Para incorporar sonidos a su obra, Carrizosa fabrica imágenes un tanto simbólicas. Entonces con un grupo de músicos amigos y experimentados se analiza la obra desde el punto de vista de esta posibilidad, se intenta precisar cuáles son sus propios sonidos.

A cada objeto le corresponde un sonido desde el punto de vista formal, de color o de textura e intentan incorporarlo por diferentes medios. "Eso es lo que estamos investigando", dice.

También incorporó textos. Lee un aparte con el cual piensa hacer un audiovisual: "Trato de vincularme, de permanecer y surgen las ideas, las asociaciones, surge el vacío, el temor, la pasión, la intimidad, la inmensidad, me detengo, quiero y creo responder; de alguna manera presiento cierta habilidad con la imagen. Comienzo a ejecutar esa posibilidad haciendo trazos manchados, espacios, construyendo figuras, jugando, experimentando, confrontando" y explica que para lograrlo se remite a realizar hechos visuales.

Todo un juego lúdico que es como un desafío. Pero desde la época del marrano en la caja este artista se ha impuesto grandes desafíos y los persigue con tenacidad.

En el año 2009 expuso su seria “Expediente” en el Palacio de Justicia de Bogotá.

Algunas de sus nuevas series son:

CARNET EXISTENCIAL es una propuesta artística para hablar de identidad. Es un encuentro para el diálogo. Consiste en una exposición de pinturas de gran formato, que se exhibe por diversos espacios y en la cual se expide un pequeño libro participativo de bolsillo a manera de documento. y unos paneles donde se hacen comentarios sobre diversos aspectos de nuestra condición de endoso a foto y numeral en la cual estamos inscritos.

CRUCEFICCIÓN, Exposición itinerante con encuentros de participación en arte y educación sobre el cuerpo y su circunstancia.

SOLARIS. Solaris es el nombre de la quinta parte de la obra artística integral dedicada a los elementos titulada VIVA LA VIDA VIVA. En este trabajo se ha tomado como tema central el sol apreciándolo desde su aspecto de circulo de fuego generador de la energía que anima todas las cosas. El sol por su significado ha formado parte de la expresión de todas las culturas originando ceremonias y rituales con los cuales las comunidades han respondido a su influencia.

OKIWANTHA. es la obra correspondiente al viento de la serie de trabajos dedicados a las fuerzas básicas de la naturaleza en la cual se ha considerado el viento como energía comunicadora que se mueve libremente por el espacio atmosférico originando y configurando hechos y situaciones.

GEODHESIA
Artificios del Ether. Es la primera parte de la obra visual y sonora dedicada a los elementos  naturales. Inicia la versión  del homenaje al planeta tierra titulado Viva La Vida Viva. Las imágenes y los sonidos de esta obra, son interpretaciones, asociaciones, relaciones o metáforas sugeridas por la energía de las  fuerzas elementales y su  presencia en el entorno natural. Cada imágen en particular se corresponde con la organización general. La obra geodhesia está extructurada en ocho capítulos. Cada capítulo contiene nueve pinturas en lo visual y nueve movimientos sonoros y son la base para las demás variantes depresentación, ya sea para los objetos escultóricos de presentación en auditorios o para la edición del libro.


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