CARLOS GUSTAVO CANO

 

Presidente de la Junta Directiva del Banco del Estado, miembro de la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario y del Instituto Colombiano de Administración (INCOLDA), presidente por más de nueve años de la Federación Nacional de Arroceros (FEDEARROZ) y de la Sociedad de Agricultores Colombianos (S.A.C.), Carlos Gustavo Cano Sánz es el filósofo de la nueva agricultura y de la economía del siglo XXI y su labor le ha valido ocupar lugar de privilegio como uno de los más importantes dirigentes gremiales que ha tenido el país.

Nació el 5 de septiembre de 1946 en el cuarto número 10 del antiguo Hospital San Rafael. Su padre dejó muy pronto la minería, oficio que desempeñaba como gerente de una filial de la Fundación Gutiérrez de Antioquia, para dedicarse a la agricultura, en particular al arroz, siguiendo los pasos de Gildardo Armel, padrastro de su esposa, fundador de la Federación Nacional de Arroceros. Sería esta relación la que afianzó el eterno noviazgo entre el arroz y los Cano, en un ejercicio que parece no tener fin.

Cecilia Calle, una antigua amiga de su madre, el Liceo Especial y más adelante el colegio Cooperativo, conformaron el grupo de centros docentes que dio a Carlos Gustavo los estudios primarios. Pero fue el colegio San Ignacio de Medellín, regentado por jesuítas, y en donde gran parte de la familia de su padre había estudiado, el que tuvo una gran influencia en su formación.

Economista de la Universidad de los Andes desde 1969, Cano logró durante el tiempo que dedicó a preparar su tesis de grado el apoyo de Gabriel Poveda Ramos, asesor de la ANDI para entonces, e ingresó a la empresa Noel, abriendo el departamento de Planeación y Nuevos Proyectos, aunque sólo estuvo un año en dicho cargo pues viajó a Inglaterra para realizar una maestría en Economía en la Universidad de Lancaster, título que consigue en 1972.

Atraído desde siempre por la demografía, es invitado por Paul Longley a la Universidad de Sidney como profesor asistente, pero su deseo de volver al país le impide aceptar y regresa, como la mayoría de los economistas puros, a trabajar en el Departamento Nacional de Planeación, en donde integra un grupo que se reunía todos los jueves a discutir conceptos y teorías económicas con el gran economista Lauchlin Currie, quien dirigiera buena parte de las transformaciones económicas del país durante una época

Técnico de la Unidad de Desarrollo Regional y Urbano de Planeación, la política de descentralización industrial hace que Carlos Gustavo Cano se traslade al Instituto de Fomento Industrial como asistente de la subgerencia de inversiones, desde donde asesora un proyecto que termina liderando. La idea casi peregrina de unos cuantos algodoneros del Espinal de fundar una industria textil, fue tomando fuerza hasta que Fabricato termina apoyando de manera decidida el proyecto y nace Textiles Espinal S.A. (TEXPINAL), que desde el principio contó con el apoyo no sólo de Fabricato sino délos algodoneros déla zona y la Coorporacion Financiera del Tolima (CORFITOLIMA). El teórico Cano estaba pasando al área de ejecución de proyectos, en una tarea que aún sigue practicando de manera eficaz.

Miembro de la Junta Directiva de TEXPINAL, Carlos Gustavo Cano participa en la elección de Alberto Uribe como gerente general, quien le solicita una lista de posibles candidatos para la subgerencia financiera. Elabora una lista en cuyo último renglón coloca su nombre.

Director administrativo financiero, director de exportaciones y, más adelante, gerente general, Carlos Gustavo Cano permaneció cinco años dedicado a la empresa. Se ocupa desde la compra del lote donde funciona la planta hasta la apertura de mercados en Europa. En 1979 los socios de TEXPINAL deciden repetir el modelo con cuatro proyectos enmarcados en una misma empresa: arroz precocido, reforestación -no sólo como plan ambiental sino también como una tarea con beneficio económico-, frutas -incluida producción y procesamiento- y yuca para alimentación animal como sustituto del sorgo. De esta manera nació el Complejo Agroindustrial del Tolima (CATSA), en donde ocupó el cargo de gerente general por espacio de tres años.

Sin embargo, durante el montaje del primer proyecto, Fabricato cambia de dueño y de política, rompe la sociedad y abandona a CATSA dejándola subcapitalizada y con un sólo proyecto de los cuatro iniciales: el de arroz precocido.

Sería durante esta época que Carlos Gustavo Cano realiza estudios de postgrado en Government Business and the International Economy, en la Universidad de Harvard en Boston, para luego, en 1982, ser llamado por FEDEARROZ a ocupar el cargo de gerente general, que desempeña hasta 1990, así como el de presidente de la SAC hasta 1991, en un período de varios años de los cuales sirvió dos como Presidente Ejecutivo.

Durante este período, Carlos Gustavo Cano comprende la importancia del papel que juega la sociedad civil en la vida pública, en un compromiso que desde entonces ha liderado de manera constante, pues no sólo cree que los gremios sirvan para la defensa de los intereses de sus miembros sino que deben ser también pilares del desarrollo regional.

En 1987, convocó un gran congreso reunido en Bogotá que agrupó no sólo a los agricultores sino también a los ganaderos y desembocó en una idea que ha sustentado desde entonces: el trabajo de la tierra como un espacio geopolítico. Como él mismo afirma, mientras el gobierno no entienda que el trabajo agrario no es únicamente un esfuerzo económico sino una manera de conquista territorial, seguirá perdiendo la tierra con nuevas formas de dominio como el narcotráfico o la guerrilla. Así, Cano ha dirigido el gremio de agricultores con una conciencia política y económica muy clara, que le ha permitido participar en los cambios que sobre el tema se han realizado en el país.

Para 1991, durante la Asamblea Nacional Constituyente, participó activamente en la redacción de los tres únicos artículos que tienen que ver de manera directa con el agro, luchando por la unión rural que, según su concepto, es vital en el desarrollo económico del sector. Sigue en esto un poco las políticas de la Europa de postguerra para la reconstrucción.

Saliendo de la SAC, decide entrar en la contienda política junto a su amigo Alvaro Uribe Vélez. Sin saber cómo se hace una campaña de este tipo, Carlos Gustavo Cano pierde las elecciones y, desilusionado, decide abrir una oficina privada llamada Gestiones, Asesorías y Representaciones, desde donde comienza a realizar labores de consejería a diferentes entidades como la SAC, desarrollando los artículos de la Constitución que él mismo había impulsado en un proyecto de ley que más adelante se aprobaría en el Congreso de la República, y uno ideado por él mismo del cual terminaría enamorado: la Corporación Colombia Internacional (C.C.I.), consolidada con dineros internacionales, en una tarea que lidera en la actualidad mientras, simultáneamente, mantiene su columna en el diario Eí Espectador.

La C.C.I., Corporación Colombia Internacional, es un instrumento de participación mixta especializado en la reconversión y la modernización del sector agroalimentario del país, de cara a la globalización de su economía y a las realidades de los mercados del siglo XXI. El sueño de Cano: lograr un desarrollo acorde con las nuevas políticas.

Hoy, la corporación ya comenzó la instalación de modelos. La Promotora de Empresas Agroexportadoras S. A. (PROMAGRO), no obstante su naturaleza privada, ya está consignada en las bases del Plan Nacional de Desarrollo del presidente Samper, y espera ser imitada por otras empresas de la misma zona.

Gracias a su trabajo hoy existe en el país una nueva mentalidad. Su familia es heredera del vigor que ha impuesto a su vida desde cuando era un estudiante de Economía inclinado por la demografía. Su hijo mayor, Carlos Santiago, hoy, como su padre, también le apuesta con fe al futuro y estudia Agricultura en Costa Rica, nueva agricultura, como él mismo la llama; María Paula espera estudiar Administración de Negocios y José Mauricio, el menor, es campeón nacional de natación y tercero en Suramérica, completando con Lupe, su esposa, una familia a la que dedica invariablemente los fines de semana.

En agosto de 1995, el presidente Ernesto Samper Pizano lo designó como Gerente General de La Caja Agraria.

Este ibaguereño que se complace con Mozart, que le teme a los aviones y a los perros y que aún sigue intentando convencer al país de la importancia de la agricultura, es, sin lugar a dudas, uno de los constructores del nuevo país.

Cano Sanz en 1999 se desempeñó como Consultor externo en Desarrollo Alternativo y Competitividad para la Región Andina de Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el 7 de agosto de 2002 fue nombrado por el Presidente de Colombia, Álvaro Uribe como Ministro de Agricultura, donde estuvo encargado de implementar las reformas que llevaron al ministerio a fusionarse con otras entidades y llamarse Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural., cargo que ocupó hasta febrero de 2005. Es el actual Co-Director de la Junta Directiva del Banco de la Republica de Colombia.

Algunas de las obras publicadas por Cano son: Manejo social del campo, 2002-2006. Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, 2004; Después Del TLC, qué?;, La Nueva Agricultura: Una Contribución Al Proceso De Paz En Colombia y Biotecnología y propiedad intelectual en el agro.

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