TITO LIVIO CALDAS

 

Bonaerense por nacimiento pero «profundamente tolimense» por sus afectos, este abogado, editor, dirigente empresarial, escritor y abanderado de la modernidad en un país que se resiste a entrar mentalmente en ella, ha hecho de su vida un culto permanente a dos grandes pasiones: la política en su sentido más alto y la empresa editorial.

Nació Tito Livio Caldas en la capital argentina el 6 de octubre de 1922. Hijo de padre colombiano y madre española, el viaje que realizara a los tres años a la tierra de su padre se convirtió, debido a la depresión económica de los años treinta, en la mejor disculpa para quedarse en un país que fácilmente conquistó su cariño.

La escuela de los Hermanos Maristas y luego el instituto Jorge Isaacs, le vieron culminar sus estudios primarios, a la vez que el colegio San Simón le otorgó el titulo de bachiller cuando corría el año 1942. Al año siguiente, Tito Livio Caldas viaja a Bogotá, donde inicia sus estudios de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Colombia, que termina en 1951.

Sería el sentido empresarial heredado de su padre, que era contador, el promotor de una institución que es, hoy por hoy, una de las empresas editoriales y de artes gráficas más prestigiosas del país: LEGIS S.A., entidad a la cual ha entregado la mayor parte de sus energías y que en la actualidad cuenta con 560 empleados.

En 1952 la empresa se inició con una revista que a la postre se convertiría en la más importante de su género. El objetivo de la publicación, que se editó quincenalmente, fue compilar de manera sistemática y progresiva todas las disposiciones de tipo económico, adicionando unos breves análisis especializados para la industria y el comercio. Desde el primer momento, la revista tuvo gran aceptación, y aquellos ochocientos pesos prestados que dieron origen a los dos primeros números, rápidamente volvieron a su dueño, un cuñado ibaguereño, como parte de un ejercicio empresarial riguroso y metódico que siempre ha acompañado a Tito Livio Caldas.

El siguiente paso de la editorial fue en 1956 con el libro: Compilación del impuesto a la renta que le daría un vuelco total a la empresa, por lo menos en su presentación. Conscientes de los continuos cambios que surgían en materia de impuestos, y de la inadaptabilidad de un texto pegado al lomo, se crearon las hojas perforadas sustituibles que, de acuerdo a los cambios que en tal materia se registraran, permitiría actualizarlo de inmediato. De aquí en adelante, LEGIS iniciaría un camino en el campo de los libros legales que hoy lidera de manera absoluta.

En la década de los años sesenta la editorial publica el primer libro de Caldas: Régimen laboral colombiano. Al retirarse de la empresa, tras 32 años de dirección ininterrumpida, Tito Livio Caldas había desarrollado y consolidado veintiuna publicaciones legales, económicas y empresariales y siete guías industriales, comerciales y profesionales. Entre éstas dedicó gran interés a Carta de Gerencia, publicación quincenal creada por él en 1966 y que ha llegado a ser la de mayor circulación de su clase en Colombia. LEGIS S.A. cuenta así mismo con filiales en Caracas, Quito y Santiago de Chile.

Pero la editorial no se quedó únicamente con este tipo de publicaciones. Luego de comprar una imprenta, y al advertir la cantidad de tiempo que las máquinas permanecían paradas, Tito Livio Caldas concibió dos ideas que ampliaron el campo de acción de su empresa: El directorio comercial e industrial de Colombia, que en la actualidad es el Directorio comercial e industrial de América Latina, y las Formas Minerva.

De la primera idea surgieron numerosas guías comerciales como el AZ de la construcción y la decoración, Textiles y confecciones y Proficina, que desde un principio buscaron convertir a Bogotá en el Centro de Información Comercial de América Latina que hoy es. En la actualidad el directorio es distribuido por C.D. Room, Correo Electrónico y diversas formas de integración computarizada.

Formas Minerva, por su parte, se convirtió en pocos años en uno de los instrumentos más importantes en la organización de las pequeñas y medianas empresas, hasta el punto de que en la actualidad son miles las papelerías que distribuyen en todo el país estos formatos estandarizados.

Fundador y presidente de la Asociación Colombiana de Editores hasta su fusión con la actual Cámara de la Industria Editorial, Tito Livio Caldas, preocupado por los problemas culturales, publica el libro Industria editorial, cultura y desarrollo en Colombia, que tuvo una gran influencia en el país cultural del momento.

Hoy, después de once años desde su retiro de la dirección de LEGIS, Caldas ya no piensa su empresa de la misma forma en que lo hizo mientras rigió sus destinos. Sigue, sin embargo, absolutamente convencido de que la importancia de ella en el desarrollo económico del país radica en la compilación de toda la base legal del Estado. En su concepto, llenar este vacío, ha permitido que el saber jurídico se consolide y los códigos no sólo sean dominio de cierta clase privilegiada sino de todo el público.

Desde octubre de 1984, fecha de su retiro de LEGIS, Tito Livio Caldas se dedicó al estudio académico de la política, su otra gran pasión. En 1987, junto con Hernán Echavarría y otras personalidades políticas, tanto liberales como conservadoras, funda el Instituto de Ciencias Políticas, institución sin ánimo de lucro que hoy cuenta con más de 150 miembros y de la cual es Presidente Ejecutivo.

El instituto, que ha sido de gran importancia para el cambio de mentalidad de los sectores políticos del país, especialmente en lo que respecta a la apertura, la privatización, la globalización de la economía y, en general, la nueva economía de mercado, le ha permitido a Tito Livio Caldas explotar todas las inquietudes académicas y políticas que, desde 1981, fecha en que corrigió la traducción, prologó y editó el libro El Neoliberalismo, jutu.ro de las instituciones no colectivistas, originalmente publicado en inglés por el Center of Political Research de Atenas, Grecia, parecían no esperar más tiempo en los anaqueles de su espíritu.

Sus instrumentos de difusión son dos revistas: Ciencia Política, que circula semestralmente en varios países de América Latina y en España, de la cual es editor fundador, y Correo de los Andes, ambas editadas por la sociedad que constituyera con Germán Arciniegas, Tierra Firme Editores, de la cual es presidente.

Creó en Venezuela una sociedad semejante a LEGIS, Legislación Económica C.A., considerada hoy como una de las firmas editoriales más importantes del vecino país.

Casado con Luz Margarita Cano desde 1951, padre de siete hijos que se desempeñan en campos tan disímiles como el derecho, la poesía, la arquitectura, la música y la administración de empresas, este amante de la música clásica y admirador de Milán Kundera, se dedica de manera exclusiva a sus revistas y a esporádicos artículos que publica en El Tiempo y en Clase Empresarial, y en los cuales despliega una penetrante mirada política que se complementa muy bien con su lúcido juicio académico.

Caldas considera que a los dirigentes del país les ha faltado y les falta una cultura política moderna. En un artículo publicado en el diario El Tiempo titulado La revolución de los «Think Tanks» (Centros de pensamiento político), señala muy atinadamente: «Sólo en la medida en que los estamentos dirigentes del cuerpo civil de la nación asimilen las ideas democráticas de la filosofía y la cultura política de Occidente -que llegaron de manera tan recortada y tardía a Iberoamérica- podrán tener mayor capacidad de intervención en la política pública y hacerse responsables de tomar a su cargo, como su primer deber ciudadano, la custodia y perfeccionamiento de la civilización que estamos luchando por construir en Colombia, y cuyos fundamentos democráticos de economía de mercado y derechos ciudadanos necesitan el plebiscito diario de sus genuinos defensores».

Su vida está enmarcada por una actividad intelectual lejana a los provincialismos y nacionalismos tan frecuentes en todas las épocas. Tito Livio Caldas es un hombre moderno que mira con ojos modernos al país y escudriña lúcidamente sus necesidades mediatas, que son las definitivas.

De una mentalidad neoliberal, firmemente convencido de que el individuo es el principal actor de la sociedad y consciente de que nuestros países hasta ahora están entrando a la modernidad, Tito Livio Caldas continúa hoy su labor política y académica con la misma vitalidad con la que inició, hace más de cuarenta años, una de las empresas editoriales más importantes de América Latina.

En el año 2009 Villegas Editores publicó su biografía Experiencias y reflexiones de vida en donde relata su periplo vital. Además, Tierra Firme publicó el mismo año el Manual de Ateología en el que reunen a 16 personalidades del país parar hablar de su agnosticismo.

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