SIN ATADURAS

 

Cuando los días se mueran de cansancio,

cuando las noches tengan un sabor a decenio,

cuando te moleste la risa loca de los niños,

y te fastidie, ¡oh! triste,

hasta el tierno arrullar de las palomas...

 

Cuando en el hueco de tu almohada no hagan nido los sueños

porque sólo tendrá cabida la desesperanza.

 

Un día,

cuando en cada amanecer esperes la sonrisa de la muerte,

un día, estará mi silencio entre las sombras, y

sentirás mis manos acariciar tus sienes,

y el recuerdo te traerá recuerdos de cosas que no fueron.

Bueno: no es tarde para amarnos,

no es tarde para darnos,

pero has - hemos llegado tarde para pensar en serio.

 

Es tarde para matar el amor, como lo mata todo el mundo:

amarrando al amor.

Sin duda que el amor nuestro no morirá de hastío;

es mejor fallecer de sed y no de incendio,

el nuestro, el amor nuestro, lo matará la vida y no la muerte.