GERMÁN BOTERO

 

Cuando obtuvo en escultura el Primer Premio dentro del XXVI Salón Nacional de Artes Visuales en 1976, ya el país tenía noticias de su trabajo por la Mención en el Primer Salón Regional de Artes Visuales realizado en Medellín, donde trabajaba, y ante todo por la terca persistencia en un oficio que lo embargaba como una obsesión. Cuatro años antes se había vinculado a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional y estaba entonces participando con entusiasmo contagioso en la fundación de la carrera de artes cuyo departamento dirigió.

A los treinta años cumplidos, el cuarto de diez hermanos estaría recordando la tarde en que su maestro de la escuela de varones del Fresno, donde había nacido en 1946, lo estimuló por su tarea en la clase de manualidades. Desde entonces se enamoró de las figuras que era capaz de producir y el dibujo llamó la atención de buena parte de sus horas. Estas no fueron en vano porque cuando tuvo que escoger una carrera se decidió por la arquitectura y en ella se graduó en la Universidad Nacional en 1972.

Germán Botero, hijo de Teresa Giraldo Zuluaga y Demetrio Botero García, se trasladó con su familia a Bogotá desde los ocho años pero nunca dejó una sola de sus vacaciones sin regresar a la tierra natal. Los años de su primaria en el Liceo de la Salle le dieron a su percepción de niño la combinación de dos paisajes distintos y una concepción particular del espacio y la vida que empezaba a crecer en la capital de la república. En 1962, cuando sus padres deciden irse a vivir a Manizales, tendría la experiencia de los primeros años del bachillerato en el colegio de los jesuitas, estudios que terminaría en el Fresno.

En Medellín, Germán Botero se enamorará definitivamente de su carrera de arquitectura y con varios condiscípulos decide viajar a Quito donde se documenta sobre arquitectura colonial y conoce estudios de artistas, entre ellos el de Guayasamín. Durante su período de formación, encuentra la buena fortuna de presenciar tres bienales en la capital de Antioquia que irán a propocionarle un clima de confrontación artística y a reforzar su sensibilidad.

1.976 marcará el estímulo definitivo a su quehacer artístico no sólo porque gana el premio nacional con su primera obra expuesta en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín, donde obtuvo también su primera mención, sino porque partirá a recorrer en detalle la región del pacífico colombiano a través del río Atrato, desde Quibdó hasta el golfo de Urabá.

Al año siguiente decide realizar su primera exposición individual en la galería La Oficina, de Medellín, y se presenta luego en la Muestra Nacional de Arte en la Sala Suramericana de la misma ciudad, convirtiéndose, de ahí en adelante, en una presencia constante ya que participa en el Segundo Salón Regional de Artes Visuales y es seleccionado para el XXVI Salón Nacional de Artes Visuales en el Museo Nacional de Bogotá. Su trabajo lo lleva a recibir invitación especial a la exposición colectiva que incluye a Hugo Zapata, Jhon Castles y Javier Restrepo, entre otros, al tiempo que prepara una muestra para su segunda individual titulada Espacio producción en la Cámara de Comercio de la capital paisa. Así mismo, instala allí su primera obra pública en el conjunto residencial El Tesoro y en 1979 lo hace con Parrillas, en el Centro Comercial Camino Real, con Columna, en el Centro Residencial Villa del Río y en el edificio El Portón de II en Medellín.

Su anhelo de investigación lo lleva a realizar un estudio sobre arqueología industrial en la región de Antioquia alrededor de los temas de la minería del oro, la producción de fique, cerámica y cuero y viaja en 1979 en plan de observación y estudio con un grupo de arquitectos y urbanistas a recorrer la isla de Cuba.

En 1980 presenta en la Cámara de Comercio de Medellín la exposición de Arqueología Industrial denominada Artesanado y Manufactura en el Oriente de Antioquia en colaboración con su hermano Oscar que hace la fotografía y realiza, en compañía de dos antropólogas, un ensayo sobre Arqueología Industrial, Fique en el Oriente de Antioquia, que es presentado en el II Congreso de Antropología en la Universidad de Antioquia.

En 1981 participa en la colectiva realizada en el centro cultural Skandia y en la de Escultura Colombiana en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, decidiéndose, en 1982, a otra exposición individual denominada Mecanismos e Instrumentos, en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín y en la Biblioteca Nacional de Bogotá, donde hace propuestas escultóricas relacionadas con la investigación de Arqueología Industrial en obras como Telar y Molino de Pisones.

En 1983 obtiene su año sabático y se traslada a la capital del país donde elabora un primer inventario documental sobre la investigación de arqueología industrial y participa con foto fija en la producción del documental Arquitectura de la Colonización Antioqueña que dirige Lisandro Duque Naranjo y que fue realizado en Medellín, Santa Fe de Antioquia, Rionegro, El Retiro, Salamina, Manizales y Calarcá. Antes de instalar en forma definitiva su taller en el barrio la Macarena de Bogotá, participa en una muestra colectiva en el MAM, Museo de Arte Moderno de Medellín.

Con la exposición titulada el Sombrero de Aguadas se presenta en la Biblioteca Nacional de Bogotá y obtiene traslado a la Universidad Nacional como profesor de Diseño Industrial.

Durante los últimos diez años, a partir de 1985, Germán Botero no sólo ha continuado realizando exposiciones y representando a Colombia en el exterior, sino que sus propuestas escultóricas derivadas de sus investigaciones han tenido importantes cambios conceptuales y técnicos. Conocer el proceso de fundición de metales en talleres artesanales, realizar, en particular con el fundidor Edgar Salazar, sus primeras esculturas vaciadas en metal bajo el título simple de Formas, participar en el XXIX Salón Nacional de Artes Visuales en el Museo Nacional de la capital de la república e instalar escultura en el museo de Arte de la Universidad Nacional, comenzarán a darle una nueva dinámica a su trabajo, hasta exponerlo en el Palacio Imperial de Río de Janeiro y el Centro Italolatinoamericano en Roma, a más de su participación en la conocida exposición 100 años de Arte en Colombia que se realizara en 1986 en el Museo de Arte Moderno.

El escultor tolimense recibe continuas invitaciones para participar en eventos propios de su oficio y con su obra Cuatro Docenas, primera pieza realizada en cerámica, participa en el XXX Salón Anual de Artistas Colombianos y realiza cursos de fundición en bronce a la cera perdida. En 1987, con la obra Formas, instalación realizada en fique y la escultura Imágenes, participa en el XXXI Salón de Artistas Colombianos y en la colectiva de escultura realizada en el Centro Colombo Americano de Bogotá.

En 1988 es seleccionado por un jurado internacional para representar a Colombia junto con el maestro Edgar Negret en el Simposio Internacional de Escultura Parque Olímpico en Seúl, Corea, donde conoce colegas de varios países y deja su obra de gran formato denominada Arrastre, para instalarse por un tiempo en Nueva York y dedicar su tiempo al conocimiento de los museos más importantes. En ese mismo año, antes de realizar su viaje al Perú para recorrer las zonas arqueológicas de la cultura incaica, ve que sus obras son seleccionadas para exhibirse en la Biblioteca Luis Ángel Arango y participa en la Primera Bienal de Arte en Bogotá.

Durante un semestre se dedica a conocer museos en París en 1989 y realiza en su taller modelos de la serie de esculturas llamada Pieles, sin abandonar su costumbre de participar en el Salón Anual de Artistas Colombianos y en las exposiciones Doce Escultores Colombianos en la Cámara de Comercio de Cali, en la de Premios Universidad Nacional, la del Centro Colombo Americano de Medellín, la de la galería Diners y la Luis Pérez, al tiempo que viaja a recorrer las zonas arqueológicas de San Agustín.

En 1990 participa en las colectivas Tres Artistas Colombianos en la Sala Rómulo Gallegos, de Caracas, la de Arte Colombiano de los 80's en el Centro Colombo Americano y la de Primeros Premios Antioqueños de Suramericana de Medellín, presentando dos obras de gran formato, la primera, Puesto de Trabajo, en el XXXIII Salón Nacional de Artistas y Guerreros y Tumba en la II Bienal de Bogotá.

Luego de instalar su obra Tumba y Acueducto en el Museo de Arte de la Universidad Nacional, reúne su trabajo más significativo entre 1985 y 1991, con destino a una exposición individual en la Sala Suramericana de Seguros de Medellín, que contó con la curaduría de Luis Fernando Valencia. Al año siguiente es seleccionado para representar a Colombia con otros cuatro artistas en la Bienal Barro de América que hace el Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber, de Caracas, y es invitado a la exposición Colombia Contemporany Images Quens Museum of Arts de Nueva York. Igualmente, su obra Tumba Austral se escoge para la exposición Un marco por la Tierra, itinerante por varios países y realiza dos exposiciones individuales más, una en la Galería Taller Museo de Arte Moderno la Tertulia, de Cali, y la otra en la Galería Arte Graphif CB/ 2 Caracas.

En 1994 es invitado a las colectivas internacionales Arte Actual Colombiano Casa de América en Madrid y a la V Bienal de la Habana, en Cuba, y es seleccionado para representar a Colombia en el Tercer Simposio Internacional de Escultura realizado en Guardalavaca Holguín de Cuba, en cuya costa realiza la obra Guerreros y Tumba en hormigón, mármol y piedra de coral.

En Buckinghamshire Country Museum of Milton Keynes de Inglaterra, además de realizar un taller para artistas, hace su exposición individual Germán Botero Metal y es seleccionado para la exposición Bogotá-Caracas, donación de obras al Museo de Bellas Artes de la capital venezolana. Finalmente participa en Colombia ayer y hoy, realizada en Cartagena, y en 1995, con Torre de Estancias, en la Universidad Nacional de Manizales y con Tumba Austral en la Universidad La Salle de Bogotá. Muestra así, una vez más, un talento que continúa cosechando amplios y valiosos reconocimientos.

En los últimos años las torres y construcciones aéreas fueron cediendo paso a las construcciones extendidas en sentido horizontal, como en el caso de "Molino de pisones para minería de oro" y "Telar para fique". Participa del Primer Simposio de Escultura en Beijing, en el 2002. Gana el Concurso "200 años" de la Universidad de Antioquia, con patrocinio de la Alcaldía de Medellín, en el 2003. En el 2004 participa de la V Bienal Barro de América en Maracaibo, Venezuela. Al año siguiente expone en el VIII Simposio Internacional de Arte In Situ en Montreal. En el 2006 integra la exposición "Ágora de Fuego, cerámica contemporánea de Venezuela y Colombia" en la Biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá. Actualmente vive y trabaja en Colombia.

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