JAIRO ALBERTO BOCANEGRA PEÑA

Desde su más tierna infancia, Jairo Alberto Bocanegra Peña vivió el encanto festivo del pentagrama al vincularse al Conservatorio del Tolima cuando tenía cinco años de edad. Allí comenzó a vivir las maravillas de la música como alumno de Clarita Lucena, su primera profesora, como si iniciara, sin advertirlo plenamente, el camino en el que habría de permanecer hasta los días que corren.

Hijo de Luz Stella Peña y Campo Elías Bocanegra, Jairo Alberto nació en Ibagué el 8 de febrero de 1953, año durante el cual sucedieron en el país acontecimientos políticos que afectaron la placidez de la vida regional empujando la ciudad hacia un desarrollo forzoso que, sin embargo, no logró cambiar al tolimense en aspectos esenciales como su musicalidad.

El cantautor recuerda sus primeras incursiones radiales cuando tenía tres años y era llevado de la mano por su abuela a la Voz del Tolima, emisora que realizaba el programa infantil El Peso Farina, donde cantó a media lengua los versos de los siete enanitos a los que les había inventado música. Luego de hacer un “preparatorio” con la soprano Ligia de Barreto, figura destacada del coro del Tolima en su época dorada, se retira temporalmente del Conservatorio para enrolarse con doce años recién cumplidos en la compañía de Campitos, pionero de la trashumancia en el teatro colombiano.

En estos albores no podía faltar la televisión y la oportunidad se da en el canal Teletigre, hoy segunda cadena, para participar en el programa El jardín de Teletigre, uno de los primeros espacios para niños dirigido por el reconocido actor y productor Mario Sastre. Como si lo persiguiera el deseo de mantenerse en olor a música, por las noches alternaba cantando con los grandes serenateros de Camucol, impulsado por Berenice Chávez.

Después de un año de vivir estas experiencias en Bogotá, regresa a Ibagué para continuar sus estudios de música, piano y canto en el Conservatorio, a la vez que se integra al Coro del Tolima donde muy pronto será jefe de grupo. Durante doce años habría de compartir honores como solista con el desaparecido tenor Nestor Guarín, viajando por centro y suramérica. En 1969 participa en la agrupación que obtuviera segundo lugar en el Concurso Mundial de Coros de Arezzo, Italia.

La actividad con agrupaciones musicales fue bastante significativa en la formación artística de Jairo Alberto Bocanegra. A los nueve años ingresó como contralto al Orfeón Popular de Ibagué, coro fundado por el maestro José Ignacio Camacho Toscano con el cual cantó en el Teatro Colón de Bogotá un concierto al que asistió el presidente Carlos Lleras Restrepo.

Más adelante, cuando ya comenzaba a ser reconocida su potencialidad como intérprete y compositor, el Instituto Municipal de Cultura apoyó su iniciativa de conformar su propio grupo que se llamó Orquesta Los Mohanes, integrada por estudiantes aventajados del conservatorio y algunos profesores. El maestro Humberto Jaramillo, con importantes realizaciones en el ámbito orquestal y coral, estuvo a cargo de la dirección y los arreglos.

El joven Jairo Alberto empieza a cosechar su caudal de premios en el año 1972. Su capacidad interpretativa lo lleva a obtener el primer puesto en el Festival Nacional de Interclubes realizado en el teatro Los Fundadores de Manizales. Al año siguiente, Sincelejo sirvió como escenario al Festival Juvenil de Intérpretes de la Canción donde Jairo Alberto fue ganador ovacionado. Meses después gana otro primer puesto en el teatro Jorge Eliécer Gaitán como cantautor, la óptima presea en el Festival de Juventudes en Armenia y el primer puesto de Interpretación en el Concurso Nacional de Empleados Oficiales en 1974, siempre en representación de su departamento.

En Ibagué, la tierra que lo vio nacer, Jairo Alberto fue condecorado ese mismo año con el Sol de los Pijaos al lado del poeta Eduardo Carranza, los príncipes de la canción colombiana Garzón y Collazos, el escritor Germán Santamaría y el pintor Jorge Elías Triana. Ese mismo año firmó contrato como artista exclusivo de la CBS Internacional, hoy la Sony Music y su voz se internacionaliza al alternar en el exitómetro Los 13 Fabulosos, Volúmen 12, donde están incluidos Roberto Carlos, Leo Dan, Leonardo Fabio y Claudia de Colombia, entre otros, mereciendo el disco de plata.

La prometedora carrera artística de Jairo Alberto Bocanegra, su delicada inspiración, quedó suspendida durante 17 años: una tragedia de amor, como en las grandes novelas, silenció la voz del cantor.

En 1991 se produjo su retorno por todo lo alto: gran concierto en el legendario y honroso escenario del Teatro Colón en homenaje al presidente César Gaviria Trujillo, a su gabinete y a los honorables constituyentes del 91. En lo oficial este concierto estuvo apoyado por el Gobierno del Tolima en cabeza de su máximo representante, Fernando Espinosa Tovar, y en lo musical contó con el respaldo de la Banda Sinfónica del Tolima y músicos de la Orquesta Filarmónica de Colombia.

Jairo Alberto ha mostrado su garra de compositor en las canciones que le han interpretado los maestros Silva y Villalba, tales como Deseo, Cicatrices, Ibagué sueño encantado y Qué bueno es llegar a casa , finalista en 1982 del Concurso OTI.

También el ponderado dueto de Los Inolvidables ha incluido en su repertorio temas de su autoría como Padre río y Yo no quiero brindar. Otros como la danza De fracaso en fracaso, interpretada por Gloria Henao, Mi niña mi amor, Al cielo la llevaste y Desnúdate en mi piel, interpretadas por el propio autor y que enriquecen el repertorio musical del Tolima. Es, además, el compositor del Himno a Melgar, el Himno Nacional al Cooperativismo, el Himno de la Cámara de Comercio de Ibagué y un C.D, con canciones alusivas al ejército colombiano.

Aunque la producción musical de Jairo Alberto no es muy numerosa, ha sido bien acogida tanto por sectores de público adulto como entre los jóvenes, quizás porque siempre ha estado presente el elemento romántico que encuentra eco en todas las épocas. Sus gustos musicales se inclinan por la música colombiana a través de Garzón y Collazos y Silva y Villalba y confiesa que le subyugan los boleros de Agustín Lara y María Grever, al punto que se inició interpretando este tipo de música al lado de Mario Arbeláez, con quien tuvo varias agrupaciones y de quien recibió una marcada influencia.

Jairo Alberto fue profesor de la Universidad del Tolima como asistente de coros y de la tuna que dirigía el nunca olvidado maestro José Ignacio Camacho Toscano. En 1992, cuando se conmemoraron los 500 años del descubrimiento de América, representó a Colombia en el gran concierto de las Américas organizado por la Presidencia de la República y por todas las embajadas iberoamericanas acreditadas en el país, con participación de importantes compositores e intérpretes internacionales. En esta oportunidad actuó acompañado por la Orquesta Filarmónica de Colombia bajo la dirección del maestro Raúl Rosero.

La brillante trayectoria de Jairo Alberto Bocanegra ha sido ampliamente reconocida a nivel nacional y también en su terruño, contradiciendo aquello de que “nadie es profeta en su tierra”. Ha recibido galardones del Concejo de Ibagué y de la Asamblea del Tolima. La fundación Garzón y Collazos y el pueblo tolimense le han brindado una de sus mayores satisfacciones al calificar su canción, Ibagué sueño encantado, como una de las 10 más lindas del Tolima, junto a su querido tío y también compositor Félix Eduardo Peña, otro de los galardonados con su canción Por caminos sin paz.

En el año 1995, una vez más el gobierno departamental destacó sus méritos artísticos al otorgarle la máxima distinción reservada para los hijos ilustres del Tolima, en el marco de un sentido y aplaudido concierto ofrecido por el cantautor en la Sala Alberto Castilla del Conservatorio, acompañado por la Orquesta Sinfónica y los Coros del Bachillerato Musical, en homenaje a la ciudad de Ibagué durante la conmemoración de un aniversario más de su fundación.

Con el apoyo del gobierno nacional y el Ministerio del Medio Ambiente realizó una grabación con mensajes ecológicos, donde compartió honores con sus maestros y amigos Jorge Villamil Cordobés, Rafael Escalona, Alvaro Dalmar e Isaac Tacha, interpretando dos obras de su autoría: El himno a la vida y El derecho a la vida, con participación de la orquesta Sinfónica Juvenil Batuta y los coros Infantiles de la Presidencia de la República.

La existencia de Jairo Alberto Bocanegra siempre ha estado ligada a la actividad musical. Su expresión sobre la vida y el amor se recrea libre como un pájaro junto a su esposa Yolanda y sus tres hijos, Jairo Alberto, Dania Antonella y Linda Cristal, que ya han comenzado a dar muestras del talento heredado de su padres, como es el caso del joven Jairo Alberto a quien el dueto Silva y Villalba le incluyó en su repertorio el tema titulado Debajo del balcón, en ritmo de danza, donde muestra buena capacidad compositiva y una línea melódica exquisita. Padre e hijo comparten a través del espíritu artístico que ronda sus vidas, el encanto festivo del pentagrama.

Ha recibido galardones del Gobierno Municipal, Departamental, Nacional, de las FF.MM de Colombia y de otras Instituciones de carácter privado. Sus canciones han sido interpretadas por reconocidas figuras de la canción y por la Orquesta Sinfónica de Bogotá, Orquesta Filarmónica, Orquesta Sinfónica Juvenil del Conservatorio del Tolima, Banda Sinfónica de Bogotá, entre otras. Es el Compositor entre otras de la Canción Ibagué Sueño Encantado dedicada a su Ciudad Natal, del Himno del Cooperativismo, Canción a Melgar, el Himno “La Canción del Soldado”, el Himno de los 50 años de la Escuela de Lanceros, el Bambuco “Suave y Sabroso” que representa la historia de nuestro café y “El Derecho a la Vida”, obra que ha sido acogida por la Iglesia y habla de una criatura que se encuentra en el vientre de la mamita y se despide de ella porque se da cuenta que lo va a abortar.

El maestro Bocanegra fue nominado en el año 2009, por el Ministerio de la Cultura al Homenaje Nacional Grandes Maestros y actualmente es el Director de la Orquesta Sintónica Iberoamericana y Presidente de la Corporación Coros del Tolima.

En noviembre de 2009, en la Escuela Militar de Cadetes José María Córdoba se estrenó la marcha Himno general José María Córdoba, de su autoria y estrenada por la Orquesta de Cámara de la Sinfónica Iberoamericana con la presencia del presidente y los altos mandos militares del país.

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