BANDAS MUNICIPALES

Hablar de las bandas musicales más destacadas de nuestro departamento no es una tarea fácil, pero al tratar de reconstruir su itinerario se encuentra sin duda el vivo reflejo de ellas como bandera y salvaguarda de nuestra tradición.

Remontarnos hacia el pasado para establecer su origen, nos ubica más o menos hacia el siglo XIV cuando las cortes europeas denominaban bandas o concierto a un número no mayor de veinte músicos que se presentaban en ceremonias suntuosas en una u otra corte de dicho continente.

En nuestro país podemos establecerlas históricamente hacia finales del siglo XVIII bajo una característica estrictamente militar. Eran bandas que alentaban en las batallas de independencia al ejército libertador fundiéndose entre el grito de guerra o de muerte con aires marciales.

En el departamento podemos encontrar bandas tan importantes como la del municipio del Espinal, territorio que sin duda goza de una invaluable riqueza folclórica, además de ser lugar de nacimiento y trabajo de músicos famosos. La primera tiene su origen hacia 1909, fundada por el maestro Domingo Antonio Pérez Rojas, al que le sucedieron en el cargo personajes de la talla de Eleuterio Lozano y Emiliano Lucena. Desde entonces la banda, que ha cumplido casi un siglo de existencia, ha divulgado el folclor de la región desarrollando así una de las labores más completas alrededor de la cultura.

El 6 de octubre de 1966, Nepo Barreto Ortegón funda la banda que buscaba reunir en un nuevo grupo figuras jóvenes que continuaran con la labor de perpetuar la tradición musical de la región. Y así logra representar al país en festivales internacionales y ganar en varias ocasiones el festival de bandas departamentales realizado en Ibagué. Con su director, Gonzalo Sánchez, compositor e investigador del folclor de la región, continúa su quehacer musical animando festividades aquí y allá, dejando una profunda huella a través de su amplio repertorio de melodías de la tierra como Espinaluno, El contrabandista, Año nuevo y Añoranza, entre otras, dentro de una labor que ha caminado el siglo manteniéndose en pie y alimentándose en seminarios como el creado por la biblioteca Darío Echandía del Banco de la República, dirigidos por el maestro César Augusto Zambrano.

La banda del municipio de Saldaña es fundada el 30 de junio de 1982, fecha en la cual se adquieren los primeros instrumentos musicales. Nepo Barreto y, un año después, Nicolás Ortiz García con la asesoría de Cirilo Ortiz García, quienes a medida que iban reuniendo a los músicos, algunos con conocimientos de teoría musical y otros por herencia de sus padres y abuelos, dirigieron un repertorio que parece común a todas las agrupaciones, pero que sin duda alguna adquiere un tono y estilo particular que las diferencia notablemente entre sí. Para 1985 asume la dirección de la banda el profesor Noel Gilberto Charry con quien consolida el trabajo emprendido años atrás, convirtiendo en realidad el sueño de los habitantes de Saldaña de tener una banda que los representara.

Otra de las agrupaciones que con su labor ha venido desde el 14 de abril de 1984 tejiendo en melodías de nuestro folclor la cultura de la región, es la de Venadillo, fundada por el reconocido maestro César Augusto Zambrano bajo el auspicio del municipio. La banda, que inició desde entonces la enseñanza de música para niños, jóvenes y adultos en los instrumentos base de dicha agrupación como el de flautas dulces, mantiene su labor docente reflejada en su conjunto de niños. Desde su fundación cumple una importante tarea en la difusión y recreación de nuestros aires folclóricos, representando al departamento en el Festival Nacional de Bandas llevado a cabo en Paipa, Boyacá. La formación y dirección de la banda ha continuado bajo la batuta del maestro Laureano Betancourt, músico de las bandas departamental y de la Universidad del Tolima, además de compositor de varias piezas musicales entre las que se cuentan la música del Himno del departamento de Risaralda.

Hacia el año de 1930, la histórica ciudad de Chaparral comienza, aunque de manera incipiente, la conformación de su banda municipal con jóvenes que sentían una profunda inclinación hacia la música. Entonces la banda estaba conformada por doce integrantes bajo la dirección de Juan Rosendo Campos quien ejecutaba la trompeta. Es de destacar que dentro de ella también se encontraba el compositor de la afamada pieza musical La sombrerera, Patrocinio Ortiz. En su primera conformación no duraría mucho tiempo. Hacia 1938, el maestro Juan Bautista Sánchez conformó una nueva con músicos de la región, quienes tuvieron la fortuna de lucir por primera vez un uniforme obsequiado por la señorita Flora María Castilla. Comenzó sus primeras correrías por localidades aledañas en su tarea de divulgación.

Para 1945 llega el maestro Balbino Bermúdez al Espinal para proseguir con la dirección de la banda, continuada luego por el maestro Helí Cardozo. Para esta época no contaría con la suerte de otros días. El alcalde del municipio ordenó recoger todos los instrumentos y guardarlos en el almacén municipal donde permanecieron durante largo tiempo. En 1980, la música, antes prisionera por la insensatez del gobernante, vuelve a sonar y a alegrar el espíritu no sólo de los chaparralunos sino de los habitantes de municipios como Ortega, Rioblanco e Ibagué, destinos de las giras de una banda renovada y dirigida por el maestro Guillermo Delgado. Seis años después, el alcalde Jaime Ospina Galindo contrata al maestro Manuel Buenaventura como director, cargo que ocuparía después el también maestro John Jairo Sandoval, quien llega por convocatoria que hiciera el Instituto Municipal de Cultura con el objeto de tener a alguien con experiencia en la dirección y teoría musical.

En Coyaima igualmente se genera la fundación de una banda cuando el profesor José Arnoldo Romero Ríos se dedica a cumplir así con uno de los sueños de su vida. El maestro, quien nació en Santa Isabel el 28 de octubre de 1952 y tiene en su haber estudios universitarios así como cursa música por tres años en el Conservatorio, inicia la conformación de la banda de Coyaima en 1989 con la importante participación de 25 músicos. La dirige por un año pero sus obligaciones como docente le impiden continuar con la responsabilidad, aunque continúa pendiente de ellos. Es así como se le ve participar tocando el saxo, la trompeta y la flauta. Tiempo después, el profesor Arnoldo tiene la satisfacción en su calidad de precursor, de ver cómo hoy por hoy se encuentran formadas dos bandas más.