BANDA DEPARTAMENTAL

La banda departamental ha jugado un papel de vital importancia en la consolidación de nuestra cultura. Ha soportado las crisis gubernamentales y las promesas jamás cumplidas de los políticos de turno. Por encima del tiempo y del hombre, ha perdurado su labor a lo largo de casi un siglo de existencia. Hoy, todo ibaguereño guarda en su memoria las viejas calles, el parque Murillo Toro y las retretas y conciertos de una banda que sobrevive al final del milenio gracias al empuje de tantos hombres que hicieron de ella uno de los símbolos vivos de la capital musical de Colombia. A comienzos del siglo XXI, la crisis ha vuelto y su futuro es incierto.

Carlos Orlando Pardo Viña en su Historia del Conservatorio de Música del Tolima, afirma que “Para la segunda mitad del siglo XIX la banda del Batallón Bárbula ejecutaba retretas en la ciudad con obras de los clásicos dos veces por semana. Fue el origen de la Banda Militar de Música que se institucionalizó en 1889 por el gobernador de entonces, general Manuel Casabianca, quien mediante decreto número 144 del 28 de agosto de aquel año, establecía: “Se organizará una banda militar de música que sirva para los actos públicos en que la necesite el departamento, y que a la vez sea una Escuela destinada a propagar el arte en el Tolima”.

Más adelante agrega: “En la banda se enseñará música gratuitamente a quien lo solicite, siempre que se sujete a las obligaciones impuestas en el reglamento para este caso” y “A los músicos que vengan de los pueblos se les abonará como gastos de viaje seis pesos por cada uno, a voluntad del gobernador”. El primer director de la banda fue el señor Ricardo Ferro B., con un personal de catorce músicos.

Fue esta banda la que se institucionalizó años más tarde como Banda Departamental, desde 1919, en agosto 10, con el decreto 81 de ese año por el cual se creaba con 27 integrantes, anexa a la Guardia Civil del Tolima. Tres años antes sólo funcionaba, bajo la gobernación de Luis V. González, la banda del Batallón y la de una comunidad de juventudes católicas de Ibagué.

En octubre de 1919 se encargó al maestro Guillermo Quevedo Zornosa la dirección de la Banda, adscrita a la policía hasta 1960, cuando por ordenanza de la Asamblea Departamental pasó a depender de la dirección de Extensión cultural de la Secretaría de Educación y, a partir de 1979, del Instituto Tolimense de Cultura.

Grandes maestros como Alberto Castilla, Arturo Trujillo, Manuel Gómez Lagos, Francisco Cristancho, Blas Emilio Atehortúa, José Ignacio Camacho Toscano, César Augusto Zambrano, Libardo Barrero, Fernando León, Roberto Díaz, Germán Augusto Gutiérrez, Florentino Camacho y León Cuyckens, han dirigido la banda que aún conserva la bella tradición de las retretas que cada miércoles llenan de melodías diversas la principal calle de la ciudad.

Desde enero de 1996 y gracias a la ordenanza 958 del 5 de octubre de 1995, la banda es dirigida por el Departamento Administrativo de Cultura, dependencia de la Gobernación del Tolima.

Conformada por un director titular, uno alterno, cuarenta y dos músicos, un arreglista y dos auxiliares, la mayor parte de los instrumentistas son egresados del Conservatorio del Tolima y además licenciados en música en diferentes universidades del país.

En 1996, bajo la administración de Francisco J. Peñaloza Castro, la Banda Sinfónica Departamental del Tolima, con la dirección artística de León Cuykens y la alterna de Tarsicio Esquivel, grabó un compacto llamado Momentos musicales escogidos, en donde recorre, a través de casi una hora, las obras más sobresalientes de su repertorio a lo largo de su existencia. Aquí quedó consignado el Sanjuanero ibaguereño, de Lucena; El Bunde Tolimense, de Castilla; el bambuco Espinaluno, de Sánchez; el Sanjuanero tolimense, de Camacho; Brisas del pamplonita, Rondinela, Noches del Tolima, la Feria de Manizales, El natagaimuno, y obras universales como la marcha de Carmen, la obertura La fuerza del destino y Momento for morricone, entre otras.

Más de mil obras forman parte del repertorio de la Banda. La música clásica, internacional y colombiana, con énfasis en lo folclórico, se ha paseado por decenas de teatros de las principales ciudades del país, llevando a Colombia un pedazo de nuestra alma tolimense, tan musical, tan persistente.

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