ESTACIONES

Fragmentos

 

¿Para qué buscar en el calendario la fecha del invierno,

si en mi alma llueve desde siempre?

Soy ese deslumbrante vértigo

ese temor por no encontrar caída

por no hallar mi otro en el espejo.


Soy, en fin,

la tierra que no piso,

el polvo inabarcable de los siglos,

la luna con su rostro hecho cenizas.


Hoy la palabra me es esquiva,

lejana como todo lo que pasa sin sorpresa,

como todo lo que fluye sin espera.

 

Soy la ausencia que extravió su cuerpo en las tinieblas,

que arrojó su noche a la mortal vigilia del invierno,

que secó sus aguas con la piel dorada de estos versos.


Soy ese otro que teje a solas mi silencio,

ese otro que nunca me pregunta,

ese otro que nunca me perdona.

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