LA ANALJABETA
Muy güenas... projesora. Dios la guarde!
Enestico que la vide, eché pacá,
pa rogarle por la Virgen Milagrosa
que m’ enseñe las vocales y a jirmar.
Mis hermanos mayores me rogaban
a que viera la letra en la cartiya;
que hiciera garabatos en las hojas
y que juera a l’ escuela ‘ e la Cuchiya.
Y yo crerles? Mecuaca...! Ni por naa...!
Los grandes me decían “analjabeta...!”
y yo no me ojendía, ni me ajanaba...
en apenas, no más, torcía la jeta.
Mi máma me zampaba unos sermones...!
y mi taita me juetiaba ende chiquita
peru han de ver que juete ni sermones
sirvieron pa hacermir a la l’ escuelita.
Mi máma? pobrecita. Eya quería
hacer de yo una güena ciudadana;
y mi tàita, hasta regalos me traía
Yo no sé... güén primor...! Qué me pasaba.!
A lo questaban solos, descansando,
me yamaban “la reina de la casa”;
que tan linda que me vieran estudiando
y... endespués, ser una dotora.
Queal inorante toos la burean,
que se burlan, lo ojenden y lu’ engañan;
y ayó me sucedió. Cierto. muy cierto.
Tienen razón los táitas si regañan.
Por eso, asina, ya tan tarde vengo
paque mi’ haga el javor y m’ examine;
pa que vea si el tuste u el caletre
me sirven pa apriender. Vusté opine...!
Si mi’ enseña y yo apriendo, projesora,
unos güevos y’ una cabra le trujera;
pal San Juan, un parrando con lechona...!
Santo Dios.! Qué jeliz que me pusiera...!